Revista Cuba

Indemnizar es importante

Publicado el 27 octubre 2015 por Yusnaby Pérez @yusnaby
Electricidad Cuba

En Cuba, a diferencia de en otros países, los servicios públicos están totalmente centralizados por el Estado, a través de sus diferentes empresas de electricidad, gas, teléfonos, acueducto y alcantarillado, comunales y otras. Al ser partes del mismo, se consideran intocables y hacen y deshacen a su libre albedrío, sin tener en cuenta las afectaciones que producen a los ciudadanos y a los negocias, tanto estatales como particulares. Así, conectan y desconectan la energía eléctrica según sus intereses. Igual sucede con el servicio de gas, el telefónico y el de agua potable. Además, para hacer sus mantenimientos y reparaciones, rompen calles y aceras, interrumpen el tránsito y crean múltiples molestias. Las reparaciones de lo destruido, tardan en ejecutarse y, por lo general, son de mala calidad. Todas estas acciones causan pérdidas económicas a los negocios de todo tipo, de las cuales nadie responde.

Sería saludable que estas afectaciones, cuando no sean causadas por fenómenos naturales, fueran indemnizadas económicamente por las empresas causantes de las mismas, entregando a los afectados un monto por los daños infligidos: a una fábrica o a un comercio el valor de lo que dejó de producir o vender.

Esto, además de ser lo justo, obligaría a estas empresas a ser más eficientes en su trabajo. Es de suponer que, donde actualmente se utilizan 10 ó 12 horas para reparar una avería, con una brigada donde son pocos los que trabajan y más los que conversan o descansan, si tuvieran que indemnizar, se verían obligadas a realizar los trabajos en menor tiempo y con solo el personal mínimo necesario. Además, el resultado de los trabajos sería de mejor calidad, pues ejecutarlos sin ella afectaría económicamente a las empresas.

Es un tema para pensar, aunque personalmente considero que muchos de estos servicios pudieran ser prestados, con menor costo, mayor calidad, menor tiempo y más eficiencia, por empresas privadas contratadas para ello, práctica generalizada con magníficos resultados en muchos países.

Publicado por Fernando Dámaso en su Blog Mermelada


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