Aumenta la gente que se siente independentista española frente a los separatistas catalanes que pretenden robarle parte de su cultura, historia, sistema de vida, logros sociales y territorio, pero que a la vez esperan mantener el sistema económico que les permite vivir del comercio con el país del que quieren desgajarse.
En las listas de los activistas del separatismo catalán que aparecen en innumerables medios en orden alfabético el primer firmante es Abdelouahed Allaoui, Mohamed, lo que da una idea de por qué Artur Mas le promete a los musulmanes escuelas con clases en árabe y del Corán, mientras trata de que se vayan de Cataluña los latinoamericanos, menos Messi.
Detrás de Abdelouahed aparecen entre otros firmantes por el derecho a decidir, qae es el de secesión, Andréu Buenafuente, Josep Carreras, Jordi Ébole, Pau y Marc Gasol, Sergi López, Gerard Piqué, y muchos más a los que los españoles admiran.
Los independentistas españoles se prometen no dar un euro por nada que haga esa gente, y si Piqué y los Gasol vuelven a las Selecciones nacionales, perderán todo interés por esos equipos trufados de quienes desprecian a sus conciudadanos.
También comienzan a decidir que no explotarán a los trabajadores independentistas de empresas que viven del vender en el resto de España al menos el 60 por ciento de toda la producción catalana.
“Espanya ens roba” dicen esos catalanes que viven de los consumidores, por lo que los independentistas españoles proponen no seguir explotando a ese alto número de trabajadores que, junto a sus empresarios, quieren, como siempre, protección arancelaria para no tener competencia y cobrar el doble.
El problema es la injusticia que pueden sufrir otros catalanes como Freixenet, Isabel Coixet, Anna Maria Moix, Montserrat Caballé, Albert Boadella, Judith Mascó y tantos otros despreciados en su tierra por sentirse catalanes y españoles.
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