Según un estudio publicado por la Revista de la Sociedad Americana de Nefrología, los inhibidores de la bomba de protones podrían aumentar significativamente el riesgo de padecer fallas en los riñones.
Sólo en Estados Unidos, unos 15 millones de estadounidenses tienen prescripciones para ellos, aunque como se pueden comprar libremente el número de personas que los consumen puede ser mucho mayor.
Son tan populares porque alivian los síntomas rápido, y hasta este momento se creía que eran de baja toxicidad.
Pero al examinar datos de 173.321 personas que tomaban regularmente esta medicina y de estudiar su salud tras cinco años de usarla, encontraron que un gran porcentaje de esos pacientes desarrollaba problemas en los riñones.
Los pacientes que tomaron los inhibidores tenían un 96% de riesgo de tener fallas en los riñones y un 28% más de riesgo de tener enfermedades crónicas en ese órgano, comparado con el grupo de control.
Estudios previos han mostrado que tomar esta medicina está vinculado con desarrollar inflamación en los riñones, lo que también lleva a fallas renales. Otra investigación que se hizo en enero también encontró una relación entre los inhibidores y un mayor riesgo de enfermedad crónica renal.
Estos estudios no son suficiente evidencia para plantear una relación, pero según una de estas investigaciones “incluso una relación casual entre este fármaco y enfermedades renales debería tener un efecto considerable en la salud pública, debido uso tan popular de estos medicamentos”.
Fuente: CNN
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