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La modelo ha subido en dos instantáneas diferentes, el perfil de sus glúteos seguidos de sus interminables piernas, para alegría y rgocijo de sus admiradores, entre los que se encuentra Alejandro Pumarino, aunque le parece a uno excesivamente escuálida, como la mayoría de sus compañeras de profesión. No sabe uno si el lío sonado con el astro brasileño fue montaje, o no; importa poco, la pareja oficial de guapos paseó palmito y más cosas por medio mundo, y en el rastro indeleble de la red queda el recuerdo gráfico de lo acontecido, ahí es nada. La chica alegra la vista a cualquiera, sobre todo a los varones heterosexuales, y no creo que suponga envidia en las féminas, dado lo inalcanzable siquiera de saludarla personalmente. Icono gráfico como la Jane Mansfield de los años cincuenta; a esa la dejaremos para mañana. Que lo disfruten.