Revista Política

Interpretación de los datos de consumo eléctrico para analizar el seguimiento de la huelga general del 14N

Publicado el 14 noviembre 2012 por Trinitro @trinitro

Versión draft (estoy en el equipo de huelga y hago lo que puedo!!, previsión de actualización esta noche)

Tenemos la siguiente gráfica que se consigue de comparar el consumo eléctrico durante las huelgas generales según las dos metodologías analizadas  aquí.

Interpretación de los datos de consumo eléctrico para analizar el seguimiento de la huelga general del 14N

En este caso tenemos un “output” pero que debe interpretarse. Antes de la realización de la huelga general ya sabíamos internamente que la industria no seguiría la huelga con la misma intensidad que en anteriores convocatorias y que el sector servicios respondería algo mejor. 1 Cuando los sindicatos hablaban de una “huelga más social” se referían precisamente a esto. A una mayor implicación de sectores que clásicamente no siguen tanto las huelgas generales ( pequeño comercio, servicios, etc..) ya que el músculo sindical se mostró en la huelga del 29 de marzo y se asumía que los trabajadores que ya se habían movilizado en el 29M costaría más que repitieran.

No somos Grecia y estamos acostumbrados  a hacer huelgas generales cada lustro, no dos en un mismo año, y a poco más de dos años de una tercera anterior.

El sesgo hacia un mayor peso de servicios hace que la caída de consumo por % de seguimiento de huelga sea menor

Un sesgo hacia un mayor peso en el sector servicios es algo  que puede explicar un menor consumo de energía en la huelga del 14N. Una oficina gasta casi lo mismo con el 50% de la plantilla que con el 100%, un trabajador industrial en cambio tiene un mayor coste energético que un oficinista para poder realizar su actividad. Eso es así y aunque no hay forma humana de poder establecer patrones de consumo por trabajador y sector, ni tampoco forma humana de diferenciar el consumo empresa a empresa, tendremos que asumir esta variable con pinzas. No sabemos el “cuanto” atenúa la caída de consumo eléctrico, simplemente sabemos que existe. Tendremos que ser hábiles para detectarlo, y poder ponderarlo.

 

29 M contra 14 N, un resultado claro a favor del seguimiento en marzo

Por tanto era previsible que la caída de consumo eléctrico 14N vs. al 29M fuera inferior. Los cualitativos que se consiguen pisando el terreno  indican que en ambas huelgas el seguimiento del comercio y el sector servicios más visible ha sido más o menos parecido. Al menos en ambos casos superior a la huelga general del 29S donde el comercio no secundó la convocatoria (y se vieron esas fantásticas fotos de piquetes en bares descansando). Por tanto, a pesar de que el 29 M y el 14N tengan una componente de seguimiento industrial distinta (favorable al seguimiento aparente de la huelga del 29M), la diferencia es muy grande y se sostiene (ver anexo I).

Por otro lado aunque exista un sesgo a favor de  un mayor peso del sector servicios y comercio en la huelga del 14 de noviembre, con respecto a la huelga del 29 de marzo, el cualitativo da datos parecidos en la visibilidad de la huelga en servicios y comercio de proximidad, por tanto es muy probable que a pesar de que el sesgo “mayor peso del sector industrial” fuera favorable a la huelga del 29 de marzo, seguramente también fue como mínimo tan seguida como la huelga del 14N en sectores de servicios. Y seguramente más.

Por tanto es indiscutible, la huelga general del 14N ha tenido menos seguimiento que la del 29M

 

29S contra 14N, un sesgo más industrial a la primera, un mayor peso del sector de servicios en la segunda.

Si analizamos el anexo I, podemos deducir que durante las horas que mayor peso tiene el sector industrial (6:30h, 9:30h) el saldo es claramente neto a favor del 29S pero que queda más reducido en los horarios de oficina y llega casi a 0 en las 13:00h punto del máximo de consumo antes del descanso de medio día y donde se alcanza el máximo de consumo del sector servicios vs. el del sector industrial. Esto coincide con el cualitativo en el que claramente el pequeño comercio no hizo huelga el 29S, frente a lo que como mínimo parece un paro parcial de este sector en el 14N, con el cualitativo que nos indicaba que varios polígonos era difícil que pararan. Pero por otro lado es concordante con los datos. La diferencia de caída de consumo cae a medida que el sector servicios crece en peso durante la actividad diaria.

El anexo I demuestra que la componente de servicios es mayor en el 14N que en las huelgas del 29M y 29S, y la única manera de que una huelga con menor peso industrial igual en consumo en algún momento de la mañana (13:00h) es que haya suficientes trabajadores de servicios en huelga en exceso a un menor número de trabajadores industriales.

Pondré un ejemplo, imaginémonos que los trabajadores del sector servicio consumen 100 unidades de energía y los del sector industrial 200, si la caída de consumo es de 1000 unidades y se que todo esto lo consumen trabajadores de servicios para un caso y trabajadores industriales para el otro, tendré que en el primer caso habrán hecho huelga 10, y en el segundo 5.

Lo cuál lleva a una conclusión, ha habido más huelguistas el 14N (al menos durante la mañana) que en el 29S, y que estos han tenido un mayor peso en el sector servicios que respecto a huelgas anteriores.

 

Conclusión:

Esta huelga del 14N ha sido una huelga de los sectores menos clásicos y más homogénea entre sectores, con más seguimiento que la del 29S pero menor a la del 29M. Es posiblemente la huelga más homogéneamente repartida entre sectores de la democracia.

Es algo que ya preveían los convocantes, y que al llamarla “huelga social” y enfocarla en este sentido estaban anticipando el menor músculo industrial con respecto al 29M. La caída de consumo respecto a huelgas generales anteriores siempre es bueno cotejarla después con variables cualitativas (el indicador no deja de ser un proxy), sobretodo cuando tiene comportamientos tan interesantes como se contemplan en el anexo I.

 

Anexo I:

La siguiente gráfica compara el diferencial de caída de consumo eléctrico entre huelgas generales. Se puede ver que mientras la huelga general 29M y 29S mantienen una relación parecida (unos 20 puntos favorables de forma constante para la del 29M), tenemos que la huelga general 14N y la del 29M y 29S se reducen paulatinamente en 20 puntos a medida que avanza el día y tiene mayor peso la actividad de servicios.

Interpretación de los datos de consumo eléctrico para analizar el seguimiento de la huelga general del 14N

Este comportamiento solo puede ser explicado si la componente de huelguistas es distinta entre los trabajadores que han hecho huelga el 14N y los que hicieron huelga el 29S y el 29M. Queda claro que la huelga general del 29S y 29M el componente industrial es mayor, mientras que la del 14N es menor.

 

Anexo II, diferencias con otros modelos

 

Existen dos modelos adicionales que se han publicado, el primero de ellos es el de “Economistas frente a la crisis”, sus datos no coinciden con el mío aunque según su descripción metodológica utilizan métodos muy parecidos al modelo 2. Aún así producen outputs distintos. La diferencia es el punto de “consumo base” que utilizamos. En mi caso es el punto más bajo que se haya producido durante la semana, en este caso el domingo, ellos utilizan otra forma de calcular del consumo base que no comparten o describen especialmente. Sus predicciones son 10-15 puntos mejores para una interpretación favorable a la huelga, siendo mi sesgo natural (por trabajar en un sindicato) contra el que intento combatir el hacer análisis favorables a los convocantes. Si un análisis independiente que utiliza una metodología parecida a la mía tiene resultados más favorables a los convocantes de la huelga quiere decir que como mínimo mi sesgo natural lo he mantenido a raya. Por otro lado sí que desearía conocer como calculan el consumo base, ya que para mí (y para quien no sea el que haya hecho los cálculos) ahora mismo eso es una caja negra.

El segundo modelo es el de Politikon, que repreoducen algunos medios, que analizan la caída de consumo “en bruto” con respecto al valor previsto. Este modelo tiene dos problemas. No nos permite normalizar, conseguir una percepción aproximada de “como está yendo la huelga”, y se come todos los efectos de estacionalidad que los hay en el consumo privado (la gente enciende estufas en noviembre, más que en septiembre) que hace que los percentiles de caída de consumo sean mayores en el segundo caso que en el primero. Por otro lado no apantallan los efectos de caída de actividad económica y consumo global. En la huelga general del 14N el consumo eléctrico medio del mes anterior fue un 2% inferior al del mes de octubre del año de la huelga general del 2010. Todo esto conlleva que el modelo haga predicciones que son incompatibles con los cualitativos, como que la huelga general del 29S del 2010 fuera más seguida que la del 29 de marzo del 2012. Es sesgo es inevitable que lo tengan, y creo más potente un modelo que intenta de alguna manera eliminar el efecto del consumo privado de los hogares de alguna manera (desconocida en el caso de economistas contra la crisis, o sencillo en mi modelo).

 

1 Diversos opinadores y expertos de la red recibieron esta información la semana pasada para que pudieran tenerlo en cuenta en sus análisis.

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