Revista Cine

Interstellar

Publicado el 10 noviembre 2014 por Apetececine

Por Josemanuel Escribano 

Dir.: Christopher Nolan Pro.: C.N., Lynda Obst, Emma Thomas Gui.: Jonathan y C.Nolan Int.: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain

La primera película estrenada comercialmente de Christopher Nolan fue Memento (2000), un extraordinario ejercicio de estilo que significó su carta de presentación por todo lo alto. Después llegaron Imsomnia, El truco final y Origen, e, intercaladas con ellas, las tres consagradas a revitalizar y profundizar el mito de Batman. Cine espectacular, salpicado de momentos brillantísimos y también de imágenes y conceptos hiperbólicos, metafóricos y surrealistas, no siempre justificados.

INTERSTELLAR
De todo eso tiene Interstellar, una historia firmada a dúo con su hermano Jonathan, que atraviesa, como su nombre indica, el mapa del universo y sus rincones; desde este planeta malherido hasta los confines del espacio y el tiempo, con sus infinitas galaxias llenas de posibilidades, peligros, atajos y trampas. En un futuro no muy lejano, la Tierra, en efecto, está al borde del colapso. Los recursos naturales han disminuido a ritmo creciente y apenas hay ya otra posibilidad que sembrar maíz y esperar que las continuas e inclementes tormentas de arena no acaben por arrasarlo todo. Al propio tiempo, la cultura y la educación han sufrido un severo retroceso, mientras la tecnología se ha estancado en niveles que ya resultan rudimentarios.

Cooper es un ingeniero que en otro tiempo habría resultado altamente capacitado, y un piloto excepcional… si hubiera algo que pilotar. Y también –y principalmente- es padre de dos hijos, cuyo incierto futuro le preocupa muchísimo: el mayor es un chaval que no podrá ir a la universidad, y la pequeña es una niña espabilada, intuitiva y cariñosa, con la que tiene una conexión especial. Y un día, padre e hija descubrirán el secreto mejor guardado de todo el planeta: los planes del gobierno para salir al espacio en busca de una solución para la raza humana.

INTERSTELLAR
Aunque ha tardado un tanto en llegar aquí, hasta el momento la historia funciona perfectamente, en el terreno de la ciencia-ficción apocalíptica que tanto cunde últimamente. Pero al mismo tiempo que la nave espacial que lleva a nuestro héroe –no lo he dicho, pero, con gran dolor de su corazón, Cooper se despide de su familia y se lanza al espacio-, se dispara también la imaginación de sus creadores. La nave “Endurance” –nota para el catálogo de nombres rutilantes, al lado del “Halcón milenario”, la “Nostromo” o la “Enterprise”- se dirige hacia un agujero de gusano, con ánimo de encontrar el rastro de anteriores exploradores.

El agujero de gusano es un camino hacia la cuarta –o quinta- dimensión, una especie de atajo que permite comprimir muchísimo el espacio y atravesarlo rápidamente para aparecer en otro tiempo y otro sitio; lo que viene siendo el metro de Madrid, pero con escafandra. Y es que lo siento, pero cuanto más en serio se toma Christopher Nolan, más cómico me resulta a mí.

Y todavía más cuando el argumento va, por un lado, siguiendo todos los cánones del más trillado cine de aventuras, mientras por otro se sumerge –o lo pretende- en muy trascendentales temas, que dinamitan los principios de la física –cuántica o gravitatoria, que a estas alturas ya se hace uno un lío- para aterrizar en una propuesta cósmica que enlaza con una sonrojante sensiblería familiar. Todo ello aderezado con impactantes imágenes fabricadas en el ordenador, y con una apabullante banda sonora de Hans Zimmer, que no cesa ni un momento y que en muchas ocasiones protagoniza más que complementa la película. Que, por lo demás, sería un estupendo entretenimiento si no fuera tan larga y tan pretenciosa. No hace falta decir que los intérpretes cumplen y que Nolan y su numeroso equipo han conseguido una factura técnica de altísimo nivel; aunque no sé si la película encantará a mucha gente ni si a estas alturas será capaz de sorprender y emocionar. Desde el respeto a un trabajo tan multitudinario y tan costoso, tengo que reconocer que a mí, no: todo me resulta en Interstellar muy poco original, como ya visto en otras ocasiones y otros maestros. En Ridley Scott y en Steven Spielberg; y en Kubrick, cuyos ecos resuenan con frecuencia, desde luego.


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