Revista Opinión

Intolerancia y mala ciencia

Publicado el 27 febrero 2017 por Vigilis @vigilis
Es comprensible que hoy encontremos un renacer racista debido a la masiva exposición de datos a la que se somete la gente. Esta masiva exposición de datos no viene acompañada de explicaciones que los interpreten, completen y pongan en contexto, así resulta que el campo está abonado para la germinación de mitos pseudocientíficos o mera cháchara que utiliza retorcidamente palabras que suenan a ciencia (y por lo tanto a "listo" y por lo tanto a "tener razón").
No se nos escapa que esto sucede paralelamente a ser sustituido el primer presidente negro de los Estados Unidos por un tipo que recibe el apoyo del Ku Klux Klan y a las consecuencias de una grave crisis económica que hace pensar a algunos en la menor relevancia de Europa frente al supuesto avance económico chino. Es decir, un contexto que nos habla de las consecuencias tangibles de la globalización y de los efectos que tiene sobre los miedos y los prejuicios la competición económica mundial.
Otro factor que explica por qué el gusanito racista asoma la cabeza por el fango puede estar relacionado con la incapacidad de unas instituciones mundiales divididas de dar solución a guerras enquistadas que aumentan la presión migratoria: Somalia, Congo, Afganistán, etc.
Otros factores son menos cerebrales y más prosaicos.
Ante estas y otras cosas (explicaciones de política interna que tocan educación, seguridad, competición en prensa, etc. y de comportamiento social modificado por la tecnología: están desapareciendo los intermediarios en política y en información) parece haber un repliegue de quienes defienden el evidente, empíricamente demostrable y muy real éxito de la historia de los últimos años en términos de prosperidad, seguridad, justicia, etc.
Es complicado responder

Intolerancia y mala ciencia

This.

El envalentonamiento de los mendrugos también lo relaciono con algo mucho más prosaico: por muchos datos que te avalen y por mucha razón que tengas convencer a un mendrugo es complicado. Estoy hablando de destruir el conjunto de ideas preconcebidas y prejuicios que construyen la visión del mundo de una persona. Y no se trata solo de destruir un conjunto de creencias que explican el mundo sino de un conjunto de creencias que explican lo inmediato que rodea a esa persona: sospecho (no lo sé) que es más probable que una persona sea racista si en su barrio hay muchos locutorios extraños. Estamos fabricados para explicarnos el mundo por lo que vemos inmediatamente, el ejercicio intelectual de ir más allá es cansino y además en el colegio no se educa para esto sino para saber lo que es un transportador de ángulos.
Para combatir el racismo, el nacionalismo, el proteccionismo o cualquier otro compendio aleatorio de inseguridad, prejuicio y vagancia intelectual hace falta alguna estrategia que yo no veo por ningún sitio. Muchas asociaciones y partidos progresistas hacen festivales del amor universal y de la tolerancia infinita y a mi juicio equivocan el tiro ya que sustituyen un racismo por otro y un conjunto de prejuicios por otro. Yo no creo que todas las opiniones y creencias sean tolerables y puedan coexistir. Yo no creo que sean admirables ciertas costumbres que machacan la dignidad intrínseca del ser humano. Yo no creo que haya que tolerar la intolerancia (este es un melón lógico muy entretenido en el que nos podemos extender).
Intolerancia y mala ciencia

Armarse de razón para enfrentar el prejuicio banal del día a día cuesta esfuerzo. Quien no es objetivo inmediato del odio y el prejuicio no tiene tantos incentivos para responder y lo deja pasar. "¿Para qué responder si no se meten conmigo?". Personalmente a mí me gusta responder aunque no se metan conmigo por una cuestión de honestidad intelectual y acaso por una razón estética (cada día pienso que la estética es más importante de lo que aceptamos creer). Otra razón —acaso no tan evidente— es que todos somos susceptibles de ser objeto del prejuicio, basta el azar para nacer en el sitio o momento equivocado o basta con que no haya nadie para responder al prejuicio para que este se extienda.
Diferentes odiadores profesionales utilizan diferentes técnicas. Hay características comunes a todos ellos y se ven similitudes entre todos ellos. Por ejemplo, para odiar mucho hace falta pintar una realidad alternativa que suele pasar por extremar las diferencias. Construir el "nosotros" es dificil y se suele construir más fácilmente el "ellos". Una vez que hay cierta idea de "bandos" ya se tiene medio camino hecho.
En España esto es evidente con el problema de los nacionalistas (grupos de personas que se oponen a la igualdad de derechos en todo el país y que construyen una realidad alternativa inventando pasados míticos de ciertas partes del país de las que pretenden apropiarse). En otros países esto se ve muy bien con el racismo. El racismo es otro invento para dividir a la gente en grupos arbitrarios y defender que no todos deben tener los mismos derechos (como curiosidad el racista suele ser el que se queda "arriba". Nadie es racista para decir que forma parte de la raza de los tontos y feos, ¡qué casualidad!).

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La diferencia entre esta gente y el KKK es de dosis.

Respecto a la honestidad intelectual y a la estética a mí me chirría particularmente el empleo de la pseudociencia. Me preocupa que donde yo veo una gráfica aleatoria con datos torticeramente interpretados otro vea ahí "ciencia" y por lo tanto se la crea a pies juntillas. Como dije antes, hoy prácticamente no tenemos intermediarios (o son ignorados) que ayuden a los peatones a distinguir la verdad de lo que aparenta ser verdad (una rápida regla de oro es que la verdad es discutible, la verdad científica requiere de muchas explicaciones y plantea muchas otras preguntas, así que la prevención primera debe colocarse sobre aquellos que dicen "mirad, esto es así y no se discute". Dicho de otro modo: el objetivo de la ciencia no es responder preguntas sino plantearlas).
Realidad alternativa
Intolerancia y mala ciencia

El peso de la historia carga las palabras y les concede un poso del que es dificil deshacerse. El nacionalista no se venderá como un tribalista, presuntuoso, gregario, servil, avaricioso y egoísta sino como un "demócrata". Lo que pretende es que "su" pueblo arbitrario "decida" su futuro político. Que formen parte de una comunidad política que otorga los mismos derechos políticos a todos parece no importarles. Que decidan junto al resto de sus conciudadanos el devenir político de la nación común para ellos no es relevante. Claro, porque se les cae el aparato. Tratan así de vender una situación de injusticia: "nuestra región está ocupada", "nos tratan de forma diferente".
La descripción de la falsa realidad inventada con la que persiguen su victimización y la cohesión grupal también exige una apología de la diferencia: "somos diferentes". Para negar esta bobadita se pueden emplear exactamente los mismos argumentos que contra los racistas. Para ir tirando os puedo adelantar que dados varios grupos arbitrarios de personas las diferencias dentro de cada grupo son mayores que las diferencias entre los grupos.
La apología de la diferencia es extrema en el caso del racismo (nota: podríamos debatir cuándo el nacionalismo es un caso particular de racismo). Pero como dije las palabras llevan el peso de la historia. Dificilmente el racista se identificará como tal. Hoy abundan los eufemismos que tratan de lavar la cara al puro y simple racismo. Uno de los que me gustan es el que habla de biodiversidad humana. Tú lees "biodiversidad humana" y lo primero que piensas no es en un campo de concentración nazi sino en una ONG con buenas intenciones. (Curiosamente así se vendían los nazis en su época: la eutanasia era algo moralmente bueno: ahorraba costes médicos, etc. El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones... y marketing).
Racismo y pseudociencia
Un primer problema que plantea el rechazo discursivo del racismo es que el racismo no cuenta con un corpus doctrinal estandar. Aunque uno presente argumentos contra unas tesis racistas puede aparecer un racista que rechace esas tesis y defienda otras con lo que técnicamente su discurso no es rebatido. Al no tratarse de prncipios ideológicos claros ni constantes en el tiempo ni por supuesto de algo remotamente parecido al conocimiento científico el racismo es una masa amorfa, variable y constantemente ad hoc que puede con casi todo. Digamos que la construcción de argumentos contra el racismo requiere de un esfuerzo similar al de la construcción de argumentos contra el tarot o la astrología. Cada caso es fácilmente refutable pero cada caso precisa de una refutación distinta.
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Sea como fuere sí se pueden establecer ciertas premisas transversales debido a ciertos principios comunes similares que comparten los racistas. Por ejemplo, el primero sería que afirman la existencia de razas humanas biológicamente separadas que se pueden categorizar en función de rasgos físicos visibles. Para evidenciar esto muestran sujetos con fenotipos muy diferentes (todo lo diferentes que pueden ser dos fulanos... que en la especie humana serían fulanos muy parecidos). Este tipo de argumento falaz es muy utilizado por gente que maltrata la estadística. Dejando a un lado que las diferentes supuestas razas humanas han variado a lo largo del tiempo (los mexicanos son blancos y dejan de ser blancos cada treinta años más o menos en función de la mano de obra barata que necesiten los gringos. Cuando los japoneses empezaron a vendernos radios dejaron de ser iguales que los chinos, etc.). El tomar de ejemplos a personas físicamente diferentes ignora completamente lo que ocurre en las zonas de frontera: la superposición de poblaciones, la migración y los cruces generan amplias capas de población mestiza cuya mera existencia imposibilita la categorización discreta de las poblaciones humanas.
Un argumento muy repetido tiene que ver con la herencia de la inteligencia (este tema es la Superbowl de los racistas). Existen innumerables estudios de inteligencia en grupos de personas y los racistas sin atender a metodología (tamaño de la muestra, incertidumbre, etc) los comparan alegremente y en resumen acaban "demostrando" que los negros son más tontos que por ejemplo los blancos. Para respaldar sus prejuicios utilizan estudios que interpretan torticeramente (por ejemplo este sobre los subsaharianos). El problema (uno de ellos) es que no cuentan la historia completa: por ejemplo sabemos que la malnutrición infantil tiene un efecto reductor de la inteligencia (Alderman, Nutrition, malnutrition and economic growth). Sobre qué tipo de test de inteligencia es válido para poblaciones que no tienen la misma educación y experiencias ni me meto.

Intolerancia y mala ciencia

:)

Utilizando este cherrypicking de estudios deslabazados van construyendo teorías sobre el mundo. Teorías similares a las de hace unas décadas que como la ponzoña que acecha bajo el fango van resurgiendo como si fueran grandes y recientes descubrimientos.
Muchas veces el problema que veo no es que mientan sino que a veces cuentan una parte de la verdad (lo que al mezclarse con las mentiras es más perjudicial que la pura y simple mentira). Esto entraña una dificultad de partida muy importante que los racistas pasan por alto: sus teorías no es que sean equivocadas, es que son inútiles. Existen teorías equivocadas que son útiles pues muestran errores y de esto se aprende. Existen teorías que han sido descartadas por un mayor conocimiento posterior y que se siguen enseñando como muestra del avance del conocimiento humano. El problema de las explicaciones globales racistas es que no enseñan nada.
¿Por qué no enseñan nada? Pues porque no diferencian los datos de la hipótesis. Ante una medida estadística plantean una hipótesis que pretenden confirmar con los datos con que se obtuvo previamente esa medida estadística. Se trata de un razonamiento circular que no resiste su aplicación a una muestra distinta. Confirmar una hipótesis para una muestra no aporta luz al mundo si la hipótesis no resiste otras muestras.

Intolerancia y mala ciencia

Este es un ejempo de estadística trucha: es cierto lo que dice, pero no cuenta toda la historia. Igual da más información presentar los datos en función de la renta. Igual.

Lo explico de otra forma: tienes unos datos y observas un patrón. Planteas una hipótesis y tratas de confirmarla con esos mismos datos. Pues bien, demuestras que tienes razón pero te has quedado igual que estabas porque sin otros estudios, sin variar la muestra, etc. puedes haber obtenido un falso positivo. Es decir, tienes razón sobre un asunto... del que no puedes afirmar su veracidad.
Esto es densito explicarlo pero la gente lo tiene que saber para no verse desbordada ante las estadísticas y la pseudociencia de los racistas.
Un ejemplo similar sería lo que hacen los propagandistas racistas en las redes sociales: solo comparten historias que confirman sus prejuicios y descartan las que no. Así, viendo el timeline de algún mendrugo se diría que en Suecia solamente hay moros violadores o que Francia está en una especie de guerra civil étnica extrañísima.
En inteligencia artificial diríamos que este es un problema de sobreajuste. Cuando entrenas una máquina con resultados de problemas conocidos para que dé respuesta a nuevos problemas, si hay sobreajuste tenderá a fallar más que una escopeta de feria.
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Llegados a este punto os preguntaréis cómo es posible que estando tan equivocados y no sabiendo manejar la información los racistas continúen erre que erre. La explicación rápida es que se trata de fanáticos (tratan los datos como una excusa, no como datos), la explicación lenta es que no les importa contradecirse y adaptar su discurso a las circunstancias (sobreajustan hasta el infinito y continúan añadiendo parámetros a sus modelos).
Los racistas siempre tienen un nuevo gen (inventado) para explicar cualquier diferencia entre poblaciones humanas. Y cuando no llega el gen, lo que hacen es explicar floridamente historietas que le dan un toque de color al asunto (los serbios son belicosos por lo escarpado de su orografía, los escandinavos son creativos por los recursos naturales limitados que tuvieron, etc). Este tratamiento florido de la historia de los pueblos es entretenido leerlo en los libros de historia de hace cien años pero hoy no se puede tomar en serio. (Aquí una critica a un libro que cuenta este tipo de historietas).
La teoría pseudocientífica racista acaba teniendo una explicación para cada problema, con lo que su número de parámetros iguala al número de datos observados, sus hipótesis se explican circularmente y aunque lo expliques todo, eres incapaz de predecir nada. Esto es justo lo opuesto a lo que hace un modelo científico: la ciencia normal... a veces falla, planteamos nuevas hipótesis y contrastamos con nuevas pruebas. El modelo racista nunca falla, como el Corán.
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Ok. El número de personas a las que le importa esto se acerca a doce en el planeta Tierra (y una está en coma). Pero estas cosas las tengo que decir para que sepáis que no todas las gráficas o los datos que nos enseñan son interpretables, algunos no lo son (o siendo interpretables esa interpretación no explica nada). Cuando veo a un trumpista ex-libertarian famoso por pretender fundar una secta realizar largos videos con un montón de gráficas y pretender con eso convencer a los incautos me echo las manos a la cabeza. Esta gente pasa desapercibida pero tiene más audiencia que los periódicos y los noticieros y esto en unos años tendrá consecuencias (me temo que ya las está teniendo).
En un momento de la historia en que nos creemos más listos que nadie y pasamos de intermediarios que nos explican el mundo, los charlatanes están de enhorabuena. A todo el mundo le gusta "buscar la verdad" y desafiar a lo "establecido". Ser prosistema no está de moda pero hay que recordar a la platea que lo establecido no llega a ser establecido por azar (excepto la penicilina y los copos de maíz tostados).

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