A los mexicanos nos tienen encasillados como flojos y nada productivos, tenemos muy mala sala de prensa, no somos tan malos como se nos ve y si podríamos ser mucho mejores económicamente hablando tan solo cambiando percepciones internas y externas.
En nuestras filas tenemos al hombre más rico del mundo y se han forjado empresas muy exitosas en el ámbito internacional como lo son Bimbo, Cervecería Corona, Cervecería Moctezuma, Cemex, América Móvil, Elektra, un largo etcétera y la empresa que trae a colación todo esto hoy Comex, líder en el país de pinturas y esmaltes.
En esta década, las dos cerveceras más importantes del país han cambiado de manos, las dos empresas más grandes de cerveza en todo el mundo las adquirieron, fueron muy atractivas por su situación pasada, presente y futuro prometedor por sus marcas, hoy nos enteramos que Comex es adquirida por su competidor norteamericano Sherwin Williams.
Las reacciones en Twitter que revisé hoy por la mañana son de desaliento, de criticar de manera negativa una empresa mexicana que ya no lo será.
A final del día eso ya poco importa, en un mundo globalizado las marcas van y vienen, sus dueños son capitales muchas veces desconocidos por el consumidor final; lo que requerimos como mexicanos es que esas marcas produzcan empleo en el país, que paguen impuestos y que sus productos tengan la calidad requerida a un excelente costo, que quienes sean los dueños hoy poco debe importar.
No estoy de acuerdo con ese falso patriotismo de personas que se rasgan las vestiduras porque una empresa de socios mexicanos deja de serlo. Al contrario, bienvenido el capital extranjero, junto con este llega más conocimiento y nuevas oportunidades.
Y por último ¿porqué negarles a los forjadores de Comex el premio a su esfuerzo? y no permitir que vendan lo que construyeron con éxito.
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