Irkutsk

Llegada a Irkutsk a las 8 y media de la mañana hora local después de cuatro días de chuuuchuuu y tracatrá de tren y vías. Todavía ahora, varios días después, no estoy convencida de que la estación no se moviera. Aprovecho el wifi de la estación mientras llega la hora del check in en el albergue y mi móvil se vuelve loco al conectarse dando notificaciones de mensajes, actualizaciones, avisos y todo lo que llevaba cuatro días conteniendo. Es como cuando después de estar estreñido tienes diarrea. Mientras él se vuelve loco en mi bolsillo me pongo como misión conseguir un poco de bebida decente, esto significa cualquier cosa menos agua con gas, de la máquina que está frente a mí y me mira desde que me he sentado. Me levanto y miro a la máquina, ella sigue sin quitarme los ojos de encima, le pido que no se trague el dinero, que me suelte lo que le pida, que no sea agua con gas y que funcione. Me responde con un mudo “ya veremos”. Introduzco el billete en la ranura, busco el agua y al lado del agua de sabores veo Moxuto con hojas de lima y menta que me parecen superrefrescantes. Y es imposible que sea agua con gas. Meto el billete en la ranura, marco los números, se lanza a la trampilla, lo cojo, recojo el cambio, agradezco silenciosamente a la máquina su buen funcionamiento y me giro para abrir la botella. La abro y bebo un trago con miedo. ¡Ostras! ¡¡¡Pues está super bueno!!! Ya con más ganas le doy un trago más grande y algo cae en mi boca. Muerta de asco retiro la botella de mi boca y contengo un gran iuuuuuuughhh, de paso me mojo media camiseta (¡oh! ¡No! La limpia que me había puesto para bajar del tren). Miro sin querer saber que ha golpeado mi boca y veo que en el interior de la botella hay una pajita para beberla. Sensación de alivio inmediato. Los siguientes tres días en Irkutsk fui una adicta a la bebida, de hecho debe ser de las pocas palabras que pronuncio bien en ruso.

Mi albergue, Balalaika, estaba apenas a 10 minutos de la estación así que después de cuatro días lavándome como podía fui hacía allí. La chica, con un inglés perfecto, fue extremadamente amable y paciente mientras me presentaba la habitación y yo sólo repetía: “Ducha! Donde está la ducha?”. Finalmente ella sonrió condescendiente como si todo el mundo se volviera loco de esta manera y me dio una toalla que ya tenía preparada junto a mis sábanas. Ni dos minutos después ya estaba dentro de la ducha de agua caliente más maravillosa que me he dado en mucho tiempo.

La estación de tren y mi albergue están en la orilla oeste del río mientras la ciudad se encuentra en el este así que, ya duchada y feliz me fui a dar una vuelta y conocer la ciudad. El mejor consejo que os puedo dar es que vayáis a Información y Turismo. La dirección es 21 Fridrikh Engels, Irkutsk, Russia para ponerla en google maps pero está indicado con carteles por toda la ciudad.

Aquí una gente increíblemente maja, que habla inglés, alemán y francés os van a explicar lo que podéis ver, lo que no vale la pena, las diferentes opciones para ir al lago Baikal, los precios, donde y como hacer las rutas, un mapa, una guía de la ruta verde, un DVD (a pesar de decirle que no tengo donde verlo) de la ciudad y si le dais un poco de charla lo mejor de todo es un papel con fotos de todas las comidas y bebidas rusas con explicaciones en inglés, francés, alemán, la palabra en ruso y su pronunciación.

Simplemente maravilloso, a partir de ese momento puedo señalar que quiero agua sin gas en lugar de explicarlo con una mímica que deja mucho que desear ^^ ¡Ah! También os explicaran cosas imprescindibles en las que no habíais caído como que para el tranvía se paga a la señora que te viene a cobrar una vez dentro pero para el autobús tienes que pagar al conductor cuando bajas. Por si fuera poco el edificio de Información está situado cerca de la estación de autobuses, de varios edificios históricos, así como varios monumentos y recordatorios a los decembristas y las mujeres de estos.

¿Quiénes fueron las decembristas? Hay que ver qué poca historia rusa os daban en el cole :p Allá por diciembre del 1825 unos tres mil soldados, varios políticos y muchos aristócratas se sublevaron contra el imperio ruso aprovechando que el Zar Alejandro I había muerto sin dejar un descendiente claro. Hubo un golpe de estado en toda regla que fue sofocado por el Zar Nicolas I. Como consecuencia se realizaron varios ahorcamientos, dicen que se rompió la soga y tuvieron que ir a buscar otra para seguir ahorcando gente, varias sentencias a prisión y varios líderes fueron enviados a Siberia. ¡Sí, aquí es donde entra Irkutsk! Algunas de sus mujeres decidieron seguirlos voluntariamente y formaron una elite de “alta sociedad” donde se celebraban reuniones, fiestas etc. A todos ellos se les puso un monumento, un museo y hasta se pueden ver algunas casas.

Para ver lo más interesante de Irkutsk, como en la mayoría de ciudades, lo importante es perderse y dejarse llevar. Para encontrarte cosas tan geniales como un grupo de gente bailando al lado del río con la puesta de sol como fondo como si no hubiera un mañana, osos, renos, camellos, ponis, colarte en un hospital pensando que es un mercado, encontrar un montón de pianos listos para ser usados en la calle, un monumento a la foca del Baikal, al turista (¿La cara de bobo es a propósito?), el distrito histórico 130 con su monumento al símbolo de la ciudad (un tigre siberiano con una Marta en la boca) y por supuesto no sería una ciudad rusa sin alguna que otra estatua a Lenin. Pero si queréis ver edificios históricos y aseguraros de no perderos nada podéis seguir la Green Line. Una ruta verde marcada en el suelo que te lleva por todos los lugares de interés de Irkutsk, con explicaciones de la historia en cada uno de ellos y en la que es literalmente imposible perderse.

En general Irkutsk me pareció una ciudad muy acostumbrada al turista pero a la vez muy llena de polvo, donde las casas típicas de madera bajitas, con ventanas rotas y techos estropeados no eran sólo un recuerdo histórico sino un sitio donde la gente vivía y hacía su vida. En la plaza del mercado, cuando ya descubrí la diferencia entre un hospital y un mercado, vi varias furgonetas ofreciendo comida a los mendigos y gente pobre en general por todos lados. Todas las rutas del Transiberiano pasan por ahí y es una de las dos paradas principales para ir al Lago Baikal así que supongo que Irkutsk es un oasis del turismo dentro de Siberia.

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