Revista Viajes

Islas del sol y de la luna

Por Dfranco

Días atrás estaba releyendo el libro de Germán Sopeña, “La libertad es un tren”. En él, este genial periodista argentino describió sus experiencias viajando en ferrocarril en los más diversos lugares del planeta. Y lo hizo con tanta pasión que uno siente el deseo de embarcarse, más temprano que tarde, en alguna de estas travesías. En el capítulo dedicado a los rieles latinoamericanos, Sopeña cuanta su viaje desde Cuzco, Perú, hasta Puno, a orillas del lago Titicaca, en la frontera con Boliva.Fue por este motivo que me puse luego a leer sobre este lago y en particular sobre dos de sus islas, las llamadas “del sol y de la luna” situadas en el lado boliviano del lago
Sin entrar en detalles voy a recordar que el Titicaca es el lago navegable más alto del mundo y el mayor lago de agua dulce de América Latina.
Desde Cochabamba, Bolivia, se navega el lago por aproximadamente una hora hasta llegar a la Isla del Sol.
Una vez allí, se pueden realizar caminatas por sus bosques, siempre rodeados de un lago que acompaña todos los paisajes y recorridos por las islas y que parece no terminar nunca. Las islas tienen también un legado arqueológico que se remonta a la cultura Inca En la parte sur de la isla se pueden visitar los restos Arqueológicos de Pilkokaina, y realizar una caminata por las escalinatas de Yumani, que llevan a la parte alta de la isla hasta llegar a una fuente de agua de tiempos precolombinos.En la Parte Norte de la Isla se puede  visitar la Roca Sagrada y Chinkana, una construcción laberíntica única en el mundo.
La Isla de La Luna, es menos visitada pero también encierra numerosos atractivos. Si bien los tours ofrecen excursiones de un día, también es posible pasar la noche en las islas, para poder disfrutar de este viaje sin tanto apuro.


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