El burro le dijo al tigre:— El pasto es azul.El tigre respondió:— No, el pasto es verde.
La discusión subió de tono hasta el punto de enfrentarse seriamente, y los dos decidieron someterlo a la decisión del rey de la selva, el león.
El burro se alegró mucho y siguió su camino, contento y repitiendo, una y otra vez:— El pasto es azul, el pasto el azul...El tigre aceptó su castigo, pero, antes, preguntó al león:— Su Majestad, ¿por qué me ha castigado? Después de todo, el pasto es verde.
El león respondió:- Cierto, el pasto es verde.El tigre preguntó:— Entonces, ¿por qué me castigas?El león respondió:— Eso no tiene nada que ver con la pregunta de si el pasto es azul o verde. El castigo se debe a que no es posible que una criatura valiente e inteligente como tú pierda tiempo discutiendo con un burro, y, encima, venga a molestarme a mí con esa pregunta.La peor pérdida de tiempo es discutir con el necio y fanático al que no le importa la verdad o la realidad, sino solo la victoria de sus creencias e ilusiones.
Jamás pierdas tiempo en discusiones que no tienen sentido. Hay personas que, por muchas evidencias y pruebas que les presentemos, no tienen la capacidad de comprender, y otras, están cegadas por el ego, el odio y el resentimiento, y lo único que desean es tener la razón aunque no la tengan.
Cuando la ignorancia grita, la inteligencia calla. Tu paz y tranquilidad valen mucho más.