Revista Viajes

Je ne suis pas “jesulin”

Por Los Viajes De Milu Miguel Y Lucía @losviajesdemilu

Que duda cabe que el gran matador de toros, Jesulín, "el de Ubrique", ha llevado el nombre de su ciudad por todo el mundo. Desde cualquier rincón de España, hasta las plazas más ilustres de latinoamerica y sur de Francia.

Esa fama, que ha ido paralela con el nombre de su ciudad, con el paso de los años, quizás haya sido una publicidad algo negativa, por el hecho de en los últimos años haberse convertido en "espectáculo" su vida privada. Si ya hablamos de la "princesa" del pueblo, mejor dejarlo. Y es que, entre "Sálvames" e historias de "Ambiciones". El pueblo de una forma un otra ha sufrido su desgaste.

Tanto, que solo cuando se habla de Ubrique es para referirnos a dos cosas: La piel de Ubrique y Jesulín, "el de Ubrique". Es justo reconocer también, que Tanto Monta-Monta Tanto Jesulín como Fernando, es decir; quizás sin la personalidad y la profesión del "maestro", Ubrique, no se sabe, tuviera otro protagonismo.

Pero si repasamos con veracidad y pasamos la página de un libro como el que escribieron sus habitantes, nos encontramos con un pueblo cargado de una belleza que podría ser la "ambición" de cualquier jefe bereber enamorado del al-andalus.

Ubrique se ubica entre la sierra de su mismo nombre y rodeado de dos Parques Naturales, el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y el Parque Natural de los Alcornocales. Muchos no saben quizás, que se encuentra dentro de la ruta de los bellos Pueblos Blancos. con casas encaladas y un casco histórico de tradición mozárabe.

La piel, que su ubicación geográfica y los recursos de la zona, dieron lugar a las primeras curtiderías de la zona. Dando paso con los siglos, al trabajo de la piel más cotizado de todo el mundo. Firmas como o Louis Vuitton, la primera en este caso, posee fábrica en Ubrique. Lo que primero nos sorprende si vistamos sus talleres, es el secretismo y recelo con que evitan mostrar sus diseños, siendo muy cautelosos y haciéndonos ver otros aspectos.

Volviendo al tema patrimonial e histórico, no se sabe muy bien los orígenes de Ubrique, siendo de gran valor y muy interesante (merece la pena subir a verlo por sus vistas), la ciudad romana de Ocuri.

El casco histórico es un juego de quiebros entre subidas y bajadas (más subir que bajar), con calles sinuosas a las que algunas no llegan al metro de ancho.

Ubrique posee varios miradores, siendo el de San Antonio y Ubrique Alto los que dan un visual del pueblo bastante interesante. El Museo de la Piel, San Juan de Legrán, Iglesia de la O (con un crucificado de Lastrucci), la Ermita del Calvario; enclavada en la roca, etc. Son algunos de los ejemplos que añadidos a las fotografías, nos dice de Ubrique mucho más que el apodo de un personaje de actualidad.

Sin duda, bien merece Ubrique un lugar en la Sierra de Cádiz. De obligada visita, nos sorprenderá tanto su acogida como su luz que las casas encaladas nos transmiten.

JE NE SUIS PAS “JESULIN”

Fuente y Fotografías: Los Viajes de MiLu.

Agradecimientos: Excmo. Ayto. de Ubrique, Concejalía de Turismo y a Maite (técnico de turismo), por el recibimiento, la acogida y la profesionalidad que nos transmitió a la hora de mostrarnos su pueblo.


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