Jericó
Revista Cultura y Ocio
Jericó
Y todos aquellos que nos pervirtieron,
hoy se desgañitan en los acantilados
y se rasgan sus camisas doradas.
A ellos, entregamos nuestros sueños,
la comunidad del bien y la competencia.
Agitan, nerviosos, las enseñas de un ideal
que ellos mismos pisotearon sin escrúpulos
y señalan a otros ladrones lejanos.
Nos invocan a todos nosotros
húmedos aún de sus orines
para hacer todavía más altos
los muros de la sagrada Jericó
a fin de que ningún recién llegado
pueda pisar sus calles antiguas.
Los escucho, desde la atalaya de los sentidos,
y no sé decir quiénes son más bárbaros. §