Revista Religión

Jesús cura a la mujer encorvada en el día de reposo (Lucas 13:10-17)

Por Cristina Rubio @crisrubse
Jesús cura a la mujer encorvada en el día de reposo (Lucas 13:10-17) Y Jesús enseñaba en una de las sinagogas en el día de reposo. Y había allí una mujer que tenía espíritu de enfermedad hacía dieciocho años, y estaba encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera.Viéndola Jesús la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante ella se enderezó y alababa a Dios.Respondiendo entonces el jefe de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese curado en el día de reposo, dijo a la multitud: Seis días hay en los cuales se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en el día de reposo.Entonces el Señor le respondió y dijo: ¡Hipócritas! ¿No desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber en el día de reposo? Pero a esta hija de Abraham, a quien Satanás había atado durante dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?Y al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios ante él; y todo el pueblo se regocijaba de todas las cosas gloriosas que él hacía.***Este pasaje describe una de las curaciones que hace Jesús en el día de reposo, Sábado o Sabbath. Según el Antiguo Testamento los israelitas no podían trabajar en ese día, sólo debían dedicarlo al culto a Dios. (Éxodo 20: 8-11). Y la transgresión de este precepto se castigaba con la muerte (Éxodo 31:15).

Mientras Jesús enseñaba en la sinagoga vio a la mujer encorvada que estaba enferma desde hacía dieciocho años “y no podía enderezarse de ninguna manera” (Lc. 13: 11). A pesar de ser el día de reposo, la mujer acudió a la sinagoga a escuchar a Jesús por lo que tenía mucha fe. Por eso posteriormente Jesús se refiere a ella como “hija de Abraham”, para anunciar que es una mujer de mucha fe. Puesto que Abraham es el “padre de todos los creyentes”.[1]Es interesante resaltar el hecho de que la mujer tenía muy pocas posibilidades de que Jesús la viese ya que dentro de las sinagogas al fondo “había unas barreras y un enrejado que separaban el lugar destinado a las mujeres”[2]Sin embargo Jesús advirtió su presencia, la llamó, puso sus manos sobre ella y al instante quedó sanada.Imaginemos la alegría de la mujer después de tantísimos años mirando siempre hacia el suelo, y de pronto poder caminar erguida y levantar su mirada hacia arriba. Así es como Jesús quería ver a las mujeres: erguidas y no encorvadas. Pero rápidamente el jefe de la sinagoga en vez de alegrarse por la pobre mujer, se enojó y  recriminó la curación de Jesús por ser el día de reposo: “Seis días hay en los cuales se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en el día de reposo” (Lc. 13: 14). “¡Hipócritas!” (Lc. 13:15) contestó Jesús al jefe de la sinagoga y a cuantos pensaban como él. Y de forma brillante les preguntó:  ¿No desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber en el día de reposo? Pero a esta hija de Abraham, a quien Satanás había atado durante dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?  (Lc. 13:15-16).Con estas preguntas Jesús vuelve una vez más a dejar sin palabras a sus enemigos. Les llama hipócritas porque presumen de cumplir la ley pero en realidad la utilizan según su conveniencia. ¿Para dar de beber a sus animales si pueden trabajar pero para curar a una persona no?  ¿Qué mejor forma de rendir culto a Dios que curando a una persona enferma? Jesús además aclaró que Dios no es quien enfermaba a las personas tal y como se pensaba en aquella época, sino Satanás, y, Él, Jesús era el Enviado de Dios para liberarlas de todo mal.

Fuentes:Biblia- Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. SCHULTZ, S.J. (1960): Habla el Antiguo Testamento; p. 68. New York: Editorial Portavoz. JEREMÍAS, J. (1980) Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social del mundo del nuevo testamento; p.385. Madrid: Ediciones Cristiandad. ANGELINI, G. (1996): El Hijo. Una bendición, una tarea; p.86. Colombia: Editorial San Pablo.




[1] ANGELINI, G. (1996): El Hijo. Una bendición, una tarea. p.86 Colombia: Editorial San Pablo. [2] JEREMÍAS, J. (1980) Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social del mundo del nuevo testamento. p.385

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