Revista Historia

Jesús Maeso, escritor: “La Pepa es el momento estelar de la Historia”

Por Masonaprendiz
Jesús Maeso de la Torre, escritor e historiador, presenta hoy en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cádiz, a las 20 horas la novela 'En una tierra libre'.
“El trienio liberal lo levantaron los masones gaditanos, los del Taller Sublime”

Insiste una y otra vez en que 'En una tierra libre', su última novela publicada (Grijalbo), es un regalo a Cádiz con el que, humildemente, trata de devolver todo lo que esta ciudad le ha dado. Gaditano de adopción, afecto y gracia, el historiador y literato ubetense Jesús Maeso de la Torre (1949) se adentra en la convulsa España de principios del XIX para ofrecer una trepidante historia de aventuras en la que se mezclan sentimientos y pecados universales: la codicia, el engaño, la búsqueda de la libertad y el amor. Jesús Maeso. Foto: ÓSCAR CHAMORROHabía anunciado que su novela sobre el Doce iba a llamarse 'Ciudad de las luces', ¿por qué el cambio?
Me gustaba 'Ciudad de las luces' porque era una especie de agasajo a Cádiz y también como homenaje a mi maestro de literatura, Alejo Carpentier, pero la editorial me recomendó mejor en 'Una tierra libre' para no confundirla ni con París ni con la obra de Carpentier. El título hace referencia tanto a Cádiz como a ese tierra que termina buscando mi protagonista en América. Puesto que aquí la libertad se había roto con la llegada de Fernando VII, él se va a Caracas y encuentra una república nueva con Simón Bolívar a la cabeza.

Como en cualquier novela histórica, en ésta, ¿dónde está el límite entre la ficción y la realidad?
Lo que es absolutamente verídico es el marco histórico, los personajes de la historia son absolutamente verídicos. Pero esto no es ni un libro de ensayo ni de texto, es una novela que se hace para entretener y emocionar, hay un porcentaje muy alto de fantasía, pero siempre dentro de los parámetros de la vida social de la época. En una presentación en Italia, Umberto Eco me dijo que lo más importante de una novela es que corresponda con el pensamiento de la época. Eso es fundamental, Germán Galiana es un naviero gaditano que piensa como los hombres de entonces, Soledad es una bailaora pasional, típica de su tiempo; e Inés Muriel, una chica encorsetada del Cádiz del XVIII. La verdadera maestría del novelista histórico es que el lector no perciba dónde está la frontera entre la realidad y la fantasía. Por lo demás, la Historia es la más inexacta de todas las ciencias porque la escriben los vencedores.
Cádiz es una protagonista más de la historia. En este sentido, aprovecha el escenario para desmontar ciertos mitos...
Toda la novela está llena de Cádiz. El Café Apolo, donde se discutían los artículos que se iban a aprobar después en San Felipe; la Casa de la Camorra de la calle Arbolí, la bolsa de las Españas, donde se marcaba todo el comercio hispanoamericano y casi mundial. La calle Ancha era el Wall Street. En lo social, Cádiz era fascinante, la única ciudad empedrada de España. Era la única ciudad junto a París donde había cafés y por lo tanto tertulias. Aquí nació la prensa... Yo daría un brazo por vivir en esa ciudad. Los gaditanos vivían bien porque la flota inglesa nos protegía. Todo era fabuloso, y encima, en un oratorio de la calle Santa Inés se estaba gestando el texto más fundamental que ha tenido España en toda su historia.
¿El más importante?
Hasta tal punto que el político Fernando de los Ríos dijo que el momento estelar de la historia de España no es el descubrimiento de América, ni Al Andalus, sino Las Cortes de Cádiz, porque se cierra la puerta al Antiguo Régimen y aparecen los derechos individuales. Leí una carta de Pentham a Thomas Jefferson que decía que la esperanza del mundo entonces estaba en Cádiz. Y era importante por dos cosas: Napoleón iba a ser derrotado por vez primera, y segundo, se estaba gestando el sistema político más avanzado de toda la historia de la humanidad.
Que poco duró y del que tanto se habla ahora.
Para lamento de todos los gaditanos, la Constitución aquí nace, aquí se desarrolla y aquí muere con unos episodios lamentables. Cuando llega Fernando VII es apoyado por la burguesía gaditana, destruye la Constitución y desde el balcón del Ayuntamiento parte la medalla conmemorativa de la proclamación de la Carta Magna. La Constitución tuvo una vida muy efímera y utópica. Solo fueron conscientes de su importancia el grupo de indignados que la originó.
En la novela no tiene reparos en dibujar a un malvado Fernando VII, se puede decir que ha introducido una novedad en su forma de retratar a los personajes.
Fernando VII no fue El deseado, sino el rey más indeseable de toda la historia de España. Traidor, felón, pésimo gobernante. Nunca tomo partido por los personajes históricos, pero esta vez me ha traicionado mi conocimiento de la historia y mi pasión y sentimiento. Fue un gobernante deleznable, un personaje abyecto.
Sin embargo, los españoles le prefirieron antes que a José I, ¿habría cambiado mucho la historia del país con el hermano de Napoleón?
José I era un abogado, un hombre culto. Napoleón le retiró el apoyo militar, aunque era rey, los que gobernaban eran los mariscales de Napoleón. Cuando llegó hizo mucha labor social y arquitectónica, quiso conocer la idiosincrasia de los españoles, pero el pueblo no lo acepta por eso de ser extranjero. Sin embargo, se volcó con nuestro traidor, Fernando VII. Eso sí, muy mujeriego. Tuvo muy poco tiempo, pero pienso que habría hecho buenas cosas porque traía todos los ideales de la Revolución Francesa y la Ilustración.
'En una tierra libre' trata de ser un homenaje al Cádiz liberal. ¿Qué mensaje le gustaría que calara entre los lectores?
Es un canto a la libertad, es el mensaje que le da Cádiz al mundo en aquellos momentos. Quiero mostrar al lector que la lucha entre el oscurantismo y el progreso siempre ha existido en esta país, incluso ahora, con los indignados. También es una metáfora de lo que está pasando hoy en día, ¿cuál es la causa de la crisis que está azotando al mundo? El ansia de poder y la codicia. No hemos cambiado nada, el hombre siempre se comporta igual, decía Voltaire.
En esta historia introduce un elemento olvidado por muchos historiadores, la presencia de la masonería. ¿Ha sido una decisión o una casualidad?
Lo he hecho a propósito para desenmascarar otro tópico. La casa de la Camorra era la logia de Cádiz. Quintana Argüelles, Alcalá Galiano eran los masones de la época. El trienio liberal lo levantaron los masones gaditanos, los del Taller Sublime. Los historiadores han pasado de puntillas por esta historia, era un sociedad secreta muy filántropa, tuvieron una importancia vital y eran los más ilustrados. Parece de justicia recuperarlos.
Es curioso, también se incluye la historia de los países iberoamericanos que resultaron de la independencia. Ahora esos estados tienden la mano a España y, por fin, nos han dado un baño de humildad.
Esos países aparecen como naciones emergentes en política y economía y ahora nos tienden la mano. Todos los que hicieron la independencia eran criollos, ese cordón umbilical nos mantiene todavía unidos. Esa relación la mantengo en mi novela para que vean que los de aquí y los de allí somos iguales, solo nos separa un océano. Siempre hemos ido de prepotentes, de conquistadores, pero eso fue un episodio más de la historia, debemos considerarlos como hermanos, como un pueblo igual al nuestro.
Cuenta en su haber con once novelas, ¿ha encontrado ya su estilo?
Ya lo he encontrado definitivamente. Tenía mucho bagaje de lectura, pero mucho clásico. Hasta el día que me di cuenta de que existían más cosas, leí mucho a Conrad y dije hasta aquí, ese no es el camino. Ese estilo barroco tuvo su momento, era muy estético, pensé que se podían embarrar en mis tramas y lo cambié. No he abandonado la musicalidad de mis historias, pero las escribo de forma más directa.
Fuente: LA VOZ DIGITAL.es - 16.11.11 - ROCÍO VÁZQUEZ

Volver a la Portada de Logo Paperblog