Revista Opinión

Jesús sana a un ciego de nacimiento

Por Campblog
Jesús sana a un ciego de nacimiento
Muchas veces nos encontramos con gente que es muy imprudente, gente que le encanta opinar sobre la vida de los demás.  —Que oye, ya viste como se puso aquella, se puso bien gorda, o flaca seguro esta enferma, o la dejo el novio— y no respetamos la vida de los demás. En esta ocasión vamos a recordar en Juan 9, 1-41 aquel momento en que un hombre ciego que era conocido por toda la comunidad, todos sabemos que los ciegos desarrollan muy bien el oído, imagínense que doloroso es escuchar a hablar a los demás de cosas maravillosas, y que toda una muchedumbre corren y se empujan porque que quieren ver a Jesús, mientras que este hombre ciego no lo iba poder ver, no lo iba poder tocar y su corazón ardía de ganas por tener un acercamiento con Jesús.
Así como puede ocurrir que tengamos una ceguera física, también podemos tener una gran visión espiritual, y muchas veces nosotros creemos que lo sabemos todo, muchas veces nosotros tratando de buscar respuestas a las preguntas más profundas de nuestra existencia, terminamos confundidos, revueltos, terminamos ciegos; fue lo que le ocurrió a los Jefes de los Sacerdotes que comenzaron a confrontarse con Jesús, y también lo que le paso a un hombre que siendo ciego de nacimiento termino descubriendo una visión espiritual y hasta ver el rostro de Jesús.
Al pasar por el templo, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento —Ese hombre nació ciego y mientras yo esté en este mundo, yo soy la luz del mundo. 
Enseguida Jesús escupió en el suelo, hizo un poco de lodo, y se lo puso al ciego en los ojos. Entonces ordeno: «lavarle los ojos.» Le llevaron y se lavó, y al terminar ya podía ver. 
—Puedo ver, ya no estoy ciego, puedo verlo todo, puedo ver el mundo, mis ojos están abiertos, puedo verlos a todos— Rápidamente la noticio llegó a oídos de los Jefes de los Sacerdotes: —¿Qué tienes que decir del hombre que te ha curado?—  a lo que respondió: —Es un profeta no hay duda alguna—, Pero que has dicho, la vista te la ha devuelto Dios no ese hombre, que es un pecador—, entonces el hombre le dice: —No lo se, yo no se si es un pecador o no, pero si se una cosa, que estaba ciego y ahora puedo ver, y ahora tengo que ir a buscarle y darle las gracias—. Una gran multitud alborotados por lo ocurrido seguían a este hombre, hasta que los discípulos de Jesús lo tomaron y le llevaron hasta donde estaba. 
En eso le dice a Jesús: —Puedo ver, puedo ver—, y Jesús le pregunta: —Crees en el hijo del hombre—, —Quién es Señor, para que puede creer en él— Jesús le dice: —Ya lo estas viendo, es Él quien te está hablando—, el hombre respondió: —Creo en ti Señor—.
Hay momentos en la vida en que te encuentras con gente animosa, entregada, dispuesta a darse por entero a aquello en lo que cree. Estar junto a ellos y ellas suele ser una experiencia que te marca, que te alegra, que inflama tu vida y que nos enseña a mirar las dificultades de otra manera más sencilla.
Este hombre ciego es como estas personas, que a pesar de sus limitaciones, su alma sigue llena de ilusión por cambiar, por seguir adelante y tenía cuatro limitaciones:
  1. Era ciego. Por lo que queda limitado en aquella sociedad; no puede trabajar, ni valerse por sí mismo. No puede caminar por la vida en libertad.
  2. Era mendigo. Totalmente dependiente de la caridad de los demás y al vaivén de las crisis económicas.
  3. Está sentado. Que es la postura del que no actúa, del que no se defiende, del que no avanza.
  4. Está al borde del camino. Fuera de la vida, de donde circula la sociedad y el mundo. Está al margen.
Todas estas dificultades, podrían provocar la depresión más absoluta. «No hay remedio, no hay solución», podrían decir; pero ahí esta Él esperándonos, Jesús nos espera a todos. Cada vez que Jesús llegaba a una población se armaba un gran revuelo. Mucha gente tenía un deseo de conocerle por lo que habían oído de Él y otros lo hacían por mera curiosidad.
Cristo es la luz del mundo. Acércate al Señor el te iluminará, a veces el peor enemigo de uno mismo, es uno mismo, hacemos cosas que ni siquiera sabemos porque las hacemos, reconoce que necesitas ser curado, aunque no te lo creas necesitas ser sanado, primero de ti mismo, ser salvado de esas noches de oscuridad, reconoce que necesitas un salvador, alguien que te salve de esta situación que estas viviendo, el Señor es la luz del mundo, ver a Jesús significa una amistad, un amor, la verdad de sus palabras, de sus promesas; reconocer que su enseñanza nos conducirá a la felicidad y, finalmente, a la vida eterna.
Tu amigo, Daniel Espinoza¡Consuela a mi Pueblo! BlogJesús sana a un ciego de nacimiento

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