JIM CARREY: 'Ace Ventura, Detective de Mascotas', de Tom Shadyac. Cuando él lo es todo

Nivel de spoilers: Muy bajo

Hacía mucho que no me ponía manos a la obra con un especial. El que comienza hoy gira en torno a un actor que, si bien se ha ganado un respeto por unos pocos papeles dramáticos memorables, hasta hace no tanto no era más que un payaso que irritaba a un amplio sector de cinéfilos. Sin embargo, cada vez hay más gente que sale del armario y confiesa que se partía de risa con las chorradas que protagonizaba. Si a eso sumamos que entre los de mi generación es todo un ídolo de la infancia, resulta que la percepción actual sobre Carrey es muy distinta: Ya no es un payaso. Es EL payaso. A esa faceta suya vamos a rendir homenaje. Vamos a repasar sus éxitos de los 90, solo las comedias.Empezamos por su primer bombazo de 1994 (tuvo nada menos que tres ese año), una carta de presentación que ya deja bastante claro por dónde irán los tiros. Una película tan estúpida como divertida.
Para empezar, me gustaría defender el humor estúpido. Un humor tan válido como otros más refinados, que puede funcionar o no, como el resto. Y si funciona, si consigue que nos riamos, ¿Porqué despreciarlo?
Tampoco hay que despreciar la capacidad de Carrey en el arte de hacer el tonto. Él solo levanta y sostiene toda la cinta con un personaje hecho a su medida. Un dibujo animado de carne y hueso tanto en apariencia como en personalidad y razón de ser (una especie de Sherlock Holmes en casos absurdos relacionados con animales. Con esa premisa, el film no engaña a nadie).Y como digo, Carrey llena todo la película. Literalmente, en cada segundo que está en pantalla hace algo. Una de sus muecas, un gesto con la cabeza, una convulsión... No hay un momento en el que no se esté moviendo. Y maldita sea, consigue divertirme. Mucho.
Pero no está del todo bien aprovechado. Ya digo que él solito basta para sostener la peli, pero se echa en falta un guion que le de situaciones para lucirse. Necesita una base. Una base que aquí solo le dan muy de vez en cuando, destacando el segmento en el que se hace pasar por loco.
No me avergüenza admitir que con esta parte llego a llorar de la risa. Pero al margen del señalado espectáculo constante que es Carrey, no hay mucho más que destacar. El resto de actores (entre los que encontramos a una Courteney Cox a punto convertirse para siempre en Monica Geller) solo están para darle pie a la estrella, y del mismo modo, la trama es solo una excusa, aunque confieso que llega a interesarme más de lo que esperaba.
En definitiva, no creo que estemos ante una de las mejores cintas de Carrey. Ni siquiera me parece una buena película realmente, como sí me lo parece la próxima a comentar, pero él es genial, el personaje es perfecto para él, y por tanto, cumple su propósito de hacerme reír.
NOTA: 6'5/10