Revista Cocina

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Por Bertusvicus

Para ir de Udaipur a Jodhpur no existen trenes directos y la opción más corta es ir en autobús. Nuestro autobús salía a las 7 de la mañana, cerca de la estación de autobuses. Cuando llegamos a la oficina de la compañía de autobús nos mandaron esperar ya que no había llegado, y allí nos quedamos esperando a que llegara. Pasado 20 minutos de la hora oficial por fin apareció, pero no enfrente de la oficina, tampoco había sitio, si no lejos en la carretera y el encargado nos indicó que fueramos de prisa para coger el autobús. Subimos como pudimos y nos encontramos con que la mitad del autobús eran asientos, y la otra mitad eran sitios adaptados como camas. El conductor nos mandó sentarnos al final del autobús.

Lo primero que notamos al sentarnos es el poco espacio que teníamos entre nuestra cabeza y la “cama” que estaba encima nuestra, lo segundo fue la amortiguación, era como estar en una montaña rusa subiendo y bajando todo el tiempo. Al menos el conductor conducía bien y no era muy agresivo, cosa que se agradecía bastante y más cuando vimos un camión volcado en uno de los terraplenes de la carretera. El viaje se hizo bastante largo y un poco tortuoso, al no haber apenas amortiguación nuestras espaldas empezaban a doler, y en mi caso en uno de los “saltos” del bus me di con la cabeza con la “cama” de encima nuestra.

Finalmente llegamos al destino, pero nos encontramos con la sorpresa de que el encargado de cobrar los billetes empezó a echar a la gente antes de llegar a la estación de autobuses, y claro está a nosotros incluidos. No sabíamos lo que estaba pasando ya que nuestro billete era hasta la estación de autobuses y aún faltaban 4 KM, pero al ver salir a tanta gente los seguimos. Cuando salimos fuera nos dimos cuenta de que esto fue una trampa ya que nos habían dejado en una parada de tuk tuk y alguna gente no había bajado aún cuando el autobús siguió su camino. No tuvimos ni tiempo de acordarnos de la madre del revisor, ya que nos habían rodeado los conductores de tuk tuk y nos estaban atosigando para que fuéramos con uno de ellos. Cómo siempre empiezan pidiéndote un precio desorbitado, nos pidieron casi el mismo precio que nos había costado el billete hasta allí, pero con el mosqueo que tenía nos fuimos de allí diciéndoles que no íbamos a pagar más de 100 rupias (poco más de 50 céntimos por persona en total) el que llevaba la voz cantante del grupo no cedió, pero otro conductor accedió. Así que volvimos y nos subimos. Cuando ya estábamos en el motocarro nos empezó a hablar de que nos podía llevar a otro hostal, a lo que ya mosqueado le grité que nos lleve al sitio acordado o llamo a la policía. Cosa que pareció finalmente entender, aunque como no nos fiábamos estábamos todo el tiempo comprobando con el GPS si iba bien o no y le íbamos corrigiendo el rumbo si se desviaba.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Mercado Sardar Market

El tuk tuk nos dejó finalmente en donde le habíamos pedido, el mercado de Sardar, desde allí fuimos caminando al hostal que estaba a pocos metros y atravesando una calle llena de tiendas. Creo que debería de tener cara de muy pocos amigos, porque ni uno se me acercó a venderme nada. Llegamos al hostal sin problemas y por fin pudimos relajarnos después del ajetreado viaje.

Ya duchados y descansados nos fuimos a comer, ya se notaría de que estaba relajado porque esta vez si que se acercaron para tratar de vendernos cosas. Uno incluso nos contó la historia de su vida y el tiempo que pasó viviendo en Francia. Una vez que nos “libramos” de todos los pesados bajamos a comer en el bulevar de Nai Sarak. Al final del mismo encontramos un restaurante de comida rápida India, que tenía muy buena pinta y además estaba lleno de gente de la zona. Así que fuimos a comer allí, la comida estaba muy buena, y era abundante además que era barata. Nos pedimos un Dosa y un Thali.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Dosa

Ya comidos nos fuimos a caminar por la ciudad vieja, entramos en el mercado de Sardar, pasamos por delante de varios palacetes, por uno de los estanques de la ciudad y uno de los pozos con escaleras (stepwell) típicos de India. En este había varios chavales nadando y tirándose desde lo alto al pozo. Aún nos quedamos un rato mirando como se tiraban. Cómo ya estaba anocheciendo y nos habíamos levantado temprano decidimos volver al hostal a descansar. Desde la terraza del hostal se puede ver el fuerte de Mehangrath iluminado por la noche.

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Stepwell

Al día siguiente por la mañana fuimos a comprar los billetes de tren para ir a Jaiselmer, la ciudad dorada, que nos había recomendado el dueño de la casa de huéspedes de Udaipur, y el billete de Jaiselmer a Jaipur, la ciudad rosada. Si cómo has visto a la gente le encanta poner nombres de colores a las ciudades en India.

Al llegar a la estación de tren fuimos a preguntar por las opciones que teníamos y la más conveniente era la que salía a las 7 de la mañana. Lo que nos resultó curioso es que la señora que nos atendía parecía como si no nos lo quisiera vender, nos ofrecía otras opciones con horarios peores, a las 4 de la mañana o a las 7 de la tarde llegando a las 3, o nos insistía si no lo queríamos comprar mejor al día siguiente por la mañana antes del viaje por si cambiábamos de idea. Después de perder 10 minutos con esta conversación nos tuvimos que poner serios y exigirle que nos emitiera el billete. Para el billete desde Jaiselmer a Jaipur teníamos que ir a otra oficina que estaba fuera de la estación, otra vez como en Bombai. Esta vez sí que el hombre nos lo vendió a la primera, pero con el inconveniente de que no aceptaban tarjetas de débito y no nos llegaba el dinero que teníamos para los dos billetes… Tuvimos que salir fuera a buscar un cajero y claro los que estaban más cerca no funcionaban o no tenían suficiente dinero. Al final tuvimos que volver al centro para encontrar uno que funcionara y de vuelta a la estación de tren. Al final lo que pensábamos que nos iba a llevar media hora nos llevó casi tres. Con el poco tiempo que teníamos nos fuimos en dirección a la fortaleza callejeando un poco por el casco viejo de la ciudad.

Llegamos a lo alto del castillo sin fuerzas y medio derretidos por la calor. Compramos los billetes, obviamente 20 veces más caro para nosotros que para los indios, los cuales incluían una guía de audio. Como necesitábamos recuperar líquidos después de la subida nos paramos a tomar algo en la terraza cafetería de la entrada que tenían unas limonadas de un color muy raro. Ale más conservadora cogió una de limón, yo cogí una de color verde que no sabíamos lo que era, ni nunca lo sabremos, el sabor era peculiar un poco dulce, pero con un regusto a regaliz amargo que lo hacía único. Mientras estábamos tomando nuestro refrigerio una ardilla se vino a jugar con la pareja que estaba al lado nuestra, principalmente porque tenían comida, así que tuvimos entretenimiento mientras tomábamos las bebidas.

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Subiendo al castillo – Going up to the castle

Nos pusimos las audioguías y empezamos nuestro recorrido por la fortaleza. Mención especial para la audioguía, nunca habíamos escuchado nada así, primero empezó con una música estilo Bollywood, seguida del “presentador” que nos introdujo al Majará del castillo, el cual nos contó su vida, ya acabado (saltado la presentación a mitad del rollo) siguió el presentador que nos introducía a “fantasmas” del pasado para contarnos su historia con una voz tratando de ser tenebrosa… Después seguía el presentador con una voz aburridísima que hacía que te quedaras dormido incluso caminando. Lo mejor todo esto sin ni siquiera entrar al castillo… Visto por dónde iban los tiros yo dejé la audioguía para enfocarme en el castillo, aunque Ale fue valiente y continuó escuchándola por un rato.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Sigo escuchando – Im still listening

La entrada al castillo es enorme, te sientes pequeño mientras vas pasando por ella, tenemos que tener en cuenta que también pasaban los elefantes por ella, nos dirigimos hacia las murallas para ver la ciudad azul desde lo alto de la ciudadela. El principal origen de pintar las casas en azul es que evitan que los mosquitos se acerquen, debido a la mezcla usada para los colores que emite un olor imperceptible para el ser humano, pero insoportable para los mosquitos. Hoy en día las casas nuevas no siguen usando este método, así que ya no se ve tan azul. Dentro del castillo/palacio pudimos ver varias exhibiciones. Lo que notamos es que aquí había muchísimos más turistas locales que extranjeros, ese día debía de haber 100 indios por cada extranjero, así que estábamos un poco empaquetados caminando por los corredores y salas. Por suerte una vez sacada su foto seguían y no se paraban así que entre grupos de gente podíamos leer y prestar atención a los detalles. También decir que las fotos no eran solo con ellos y el monumento, si no de vez en cuando entre ellos y nosotros, de vez en cuando te pedían permiso en otras ocasiones se ponían delante y sacaban la foto contigo sin permiso. Un claro indicativo que no hay todavía un turismo de masa en la India.

Cuando acabamos de ver los interiores fuimos hacia uno de los laterales de la ciudadela donde se encuentra un templo, como el calor seguía siendo extremo nos sentamos a la sombra de las murallas a los pies del templo. Mientras estábamos allí sentados los turistas indios comenzaron a sacarse fotos “con nosotros”, al cabo de un rato como la cosa seguía pues me puse ha hacer el indio y empecé a pedirle dinero por las fotos. Ya se sabe si no puedes con ellos únete a ellos. Por suerte para nosotros otra pareja de extranjeros se sentó cerca de la entrada así que ellos eran los que recibían ahora la atención.

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Delante del templo – Infront of the temple

Ya agotados por la calor, la subida a la ciudadela, la visita a la misma, y de sentirnos como una estrella de cine, bajamos de nuevo para comer algo por el centro. Aunque los precios eran bajos en comparación con estándares europeos, para nosotros nos resultaban caros sabiendo cuanto costaban realmente, aunque al final acabamos entrando en uno de estos “caros” con jardín y cerrado a la calle principal.

Ya descansados fuimos dando un paseo por el centro con dirección hacia el museo gubernamental Sadar. Por el camino varios niños nos paraban para pedirnos dinero o comida, en mi caso al ver que no eran niños realmente pobres “contraataque” pidiendole dinero a ellos ya que ellos decían una rupia y yo: “no tú me das diez rupias”, en algunos casos se reían y se iban en otros nos dijeron: “no, tú eres el hombre rico”, a lo cual contestaba: “ok, entonces dame sólo cinco rupias” y con eso ya acabábamos la charla riéndonos por las dos partes. Parecía como si algunos de los niños estuvieran acostumbrados a pedir dinero a toda la gente que fuera extranjera, sin importar si lo necesitaban o no, al menos algunos nos pedían chocolate como si todos los extranjeros tuviéramos con nosotros. En estos casos lo mejor es unirse a ellos y seguirles la corriente, pero no darles dinero para que no se acostumbren a pedir.

Cuando llegamos al museo estaba cerrado, y parecía que desde hace mucho así que volvimos en dirección al alojamiento con intención de hacer una parada en el centro comercial y ver que películas había. Cuando llegamos nos encontramos con un centro comercial casi totalmente vacío con tres tiendas y los cines, que no tenían películas subtítuladas. Cuando estábamos en el centro comercial empezó a caer una tormenta de verano bastante fuerte que no nos dejaba salir, pasado media hora finalmente la lluvia parecía remitir pero dejaba todas las calles medio inundadas en el área donde estábamos. Así que con las calles llenas de aguas volvimos al hostal, para ducharnos y ver una película, en este caso vimos outsourced, para sentirnos un poco identificados con el personaje.

Al día siguiente salimos temprano para coger el tren. Cuando llegamos a la estación quería encontrar a la que nos vendió el billete el día anterior y abofetearla por tratar de que compráramos el billete en el mismo día. Dentro de la estación nos encontramos con colas inmensas que salían del edificio y todas las taquillas, quince, abiertas y no daban abasto para reducir las colas. Si no había más de mil personas, poco le faltaba. Y pensar que la señora de la taquilla quería que lo compráramos ese mismo día. No lo hubiéramos logrado, aunque empujaramos y nos colasemos como hacía la gente. Toda una experiencia para ver.

En nuestro caso contentos con nuestros billetes nos fuimos a sentar en el tren a esperar que saliera, y esperamos a la hora, y 10 minutos más y después otros 30 y finalmente una hora hasta que empezamos nuestro viaje hacia la ciudad dorada, Jaiselmer.

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La ciudad azul – The blue city

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Torre del reloj – Clock tower

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Lago artificial – Artificial lake

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Palacio – Palace

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Dentro del palacio – Inside of the palace

There are no direct trains between Udaipur and Jodhpur and the shortest option is to go by bus. Our bus was leaving at 7 in the morning, from a ticket office close to the main bus station. When we got to the office, the bus hadn´t arrived yet, so they told us to wait for it. The bus came twenty minutes after the official departure time, not in front of the office – there was´t any space anyway – but a bit further, on the road and the person from the ticket office told us to hurry up to go on the bus. We went in and we saw that there were seats and bed-like seats. The driver sent us towards the end of the bus.

The first thing we noticed when we sat down was how little space there was between us and the “bed” that was above us, the second thing was the bus´suspension, we felt like in a roller coaster, going up and down all the time. At least the driver was good and he wasn´t very aggressive,  thing we appreciated a lot when we saw a truck tipped over on the slopes. The trip was quite long and not so pleasant, with almost no suspensions our backs started to hurt and in my case, one of the “jumps” of the bus made me hit the “bed” above with my head.

We finally arrived to our destination, but we were surprised to see that the bus driver started to tell people to go out before arriving to the bus station, so of course this applied to us too. We didn´t know what was happening, given that our ticket was until the bus station and we were still 4 km far from it, but seeing so many people going out, we followed them. When we went out, we realized that it was a trap and that they dropped us to a place full of tuk tuks and some people still stayed in the bus. We didn´t have time to do anything, because we were quickly surrounded by the tuk tuk drivers, who were insisting to take one of their rides. As usual, they start by asking a ridiculous price, they asked almost the price of the bus ticket until there, but being already annoyed due to this situation, we told them that we won´t pay more than 100 rupees (a bit more than 50 cents per person), the “leader” of the group didn´t give in, but another one did. So we turned back and got in his tuk tuk. When we were already on the way, he started to tell us that he can take us to another hostel, so I started to raise my voice and asked him to take us where we had asked him or I was going to call the police. He finally seemed to understand, but we still didn´t trust him and we were checking the way on the GPS and we were giving him directions if he took a different route.

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Mercado Sardar Market

He eventually left us where we had asked him, the Sardar market, from there we walked until the hostel, which was quite close, just passing by a street full of shops. I don´t think that I had a very friendly face, because none of them came to sell anything. We arrived without problems at the hostel and we could finally relax after the troubled trip.

After a shower and a bit of rest, we went to eat, it seems that this time I was more relaxed, because people were trying to sell us things. One of them even told us the story of his life and how much time he spent living in France. After we “escaped” from the annoying sellers, we went to eat on the Nai Sarak avenue. At the end of it, we found a fast food where they were serving Indian food, which looked good and it was full of local people. So we went to eat there, the food was very tasty, the portions were big and cheap. We had a Dosa and a Thali.

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Dosa

After we ate, we went for a walk in the old part of the city, we went in the Sardar market, we walked by several small palaces, by one of the city´s ponds and by one of the stepwells, typical in India. Here, a few boys were swimming and jumping from the higher steps into the stepwell. We stayed there watching them for a while. Since it was getting dark and we had woken up early, we decided to go back to the hostel to rest.  From the hostel´s terrace, you could see the Mehangrath fort illuminated during the night.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Stepwell

Next day in the morning we went to buy the train tickets to Jaisalmer, the Golden city that was recommended to us by the owner of the guesthouse in Udaipur, and the ticket from Jaisalmer to Jaipur, the Pink city. Yes, as you can see, people like to give color names to the cities in India.

When we arrived at the train station, we went to ask what were the options we had and the most convenient for us was a train that was leaving at 7am.  The weird thing was that she didn´t really want to sell us the tickets to that train, she was offering us other options, worse for us – at 4am or leaving at 7 in the evening and arriving at 3 am, or she was telling us that it was better to buy it in the morning in case we changed our minds. After wasting 10 minutes discussing about this, we had to ask her to sell us the tickets we wanted. For the tickets from Jaisalmer to Jaipur, we had to go to another office, outside the train station, like we did in Mumbai. This time, the man sold them to us immediately, but the problem was that we couldn´t pay by card and we didn´t have enough cash for the two tickets…. We had to go out and look for an ATM and of course, the ones that were close by did not work for international cards or did not have enough money. In the end we had to go to the center to find one that worked and then back to the train station. What we thought would take half an hour took almost three hours. With the short time we had, we went towards the fort, walking in the small streets of the old city.

We arrived to the castle without any power and almost destroyed by the heat. We bought the tickets, obviously 20 times more expensive for us than for the locals, and they included an audio guide. Since we needed to recover a bit after the hike, we stopped to drink something at a terrace which was at the entrance to the fort and which had some limonades in weir colors. Ale, more conservative, took one with lemon, I took a green one, we don´t know what it was and we never will, the taste was particular, a bit sweet, with a flavor of salty licorice, which made it unique. While we were having our drinks, a squirrel came to play with the couple that was sitting close to us, mainly because they had food, so we had some entertainment to go with our drinks.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Subiendo al castillo – Going up to the castle

We put the audio guide on and we started to walk around the fort. There is something specific to mention about the audio guides, we had never heard something similar, first the music was Bollywood style, with a narrator who “introduced” us to the Maharajah of the castle, who told us his story, after this (because we skipped the second half of the introduction), the narrator introduced us to “ghosts” from the past, who were as well telling us their stories, with a spooky voice… The narrator was continuing with a boring voice, which made us feel sleepy even if we were walking. The best part was that we hadn´t even gone inside the castle… Seeing how this was going on, I didn´t listen to it anymore and focused on the castle, although Ale was brave and listened to it for a short while.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Sigo escuchando – Im still listening

The entrance to the castle is huge, you feel small when you pass by it, we need to keep in mind that the elephants were also passing through the same entrance; we went towards the walls in order to see the blue city from up. The main reason for painting the houses in blue is to avoid mosquitoes coming close – the mix used for the colors has a smell that cannot be felt by the humans, but it is unbearable for the mosquitoes. Nowadays, the new houses don´t use this method, so you don´t see so much blue in the city. We could see a few exhibitions in the castle/palace. We noticed that here there were much more local tourists than foreigners, that day there must have been 100 Indians for one foreigner, so it was a bit crowded on the corridors and in the halls. Luckily, after taking the picture, they kept going and did not stop, so in between groups we could read and pay more attention to the details. We need to say that the photos were not only of themselves and the monument, but once in a while they were just sitting in front of you and taking a picture without asking. This clearly shows that mass tourism does not exist yet in India.

After seeing the inside of the palace, we went to one of the sides of the citadel, where there is a temple – since the heat was quite strong, we sat down at the shade of the walls, close to the temple. While we were sitting there, the local tourists started to take pictures “with us”, at some point, because this was never ending, I started to make fun and ask money for the pictures. As you know, if you cannot defeat them, join them. Fortunately, another couple of foreigners sat down close to the entrance so they were now the center of attention.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

Dentro del palacio – Inside of the palace

Tired from the heat, the hike to the fort and the visit itself and from feeling like movie stars, we went down to the center to eat something. Although the prices are low compared to the European ones, they were still expensive for us, knowing how much the food should really cost; we ended up in an “expensive” place, with a closed garden.

After this break, we went for a walk towards Sadar Government Museum. On the way, several children stopped us to ask for money or food, but me, seeing that they were not really poor, I “counterattacked” asking them for money, so when they were saying “one rupee”, I was replying “no, you give me ten rupees”. Some of them were laughing, some were saying “no, you are the rich man”, and I was replying “ok, then give me only 5 rupees” and with this both parties were ending this story and laughing about it. It seemed like the kids were asking money to any foreigner, no matter if they needed them or not, some of them were asking chocolate, as if us, the foreigners, always carry a chocolate with us. In this situation, the best thing is to join them, make fun with them, but do not give them money, because asking will become a habit.

When we arrived at the museum, we saw that it was closed and it seemed that already for a  while, so we decided to go back to the hostel, thinking to make a stop at the shopping center and see what movies were on. We arrived there and we saw an almost empty shopping center, there were three shops and the cinema, where there were no subtitled movies. While we were inside, a strong summer storm started and we couldn´t go out until half an hour later. The rain had stopped, but the streets were half flooded in the area where we were. So we walked through the streets full of water and we went back to the hostel, to take a shower and watch a movie- we chose Outsourced, to identify ourselves with the character.

We left early in the morning to catch the train. When we arrived at the train station, we felt like finding the lady who sold us the tickets and slap her for suggesting that we could buy them in the morning, before picking up the train. There were huge queues inside the station, even going outside, and all the 15 counters were busy selling tickets. There must have been almost one thousand people inside. Thinking that the lady had told us to buy the tickets in the same day… We wouldn´t have made it, even if we were pushing and queuing like the local people. This is a must see experience.

We were glad we had our tickets and we went in the train, waiting for it to leave, at the expected time, 10 minutes later, 30 minutes later and in the end, on hour later we started the trip to the golden city of Jaisalmer.

Jodhpur: la ciudad azul – Jodhpur: the blue city

La ciudad azul – The blue city

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Torre del reloj – Clock tower

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Lago artificial – Artificial lake

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Palacio – Palace

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Dentro del palacio – Inside of the palace

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