Revista Cultura y Ocio

Jorge Pérez Blanco: el espía impune

Publicado el 22 julio 2013 por Fabianscabuzzo @fabianscabuzzo

El colega Ricardo Marconi aporta a “El Periodista en su Laberinto” parte de un capítulo de un libro en elaboración, dedicado al espía y represor Jorge Walter Pérez Blanco, que falleció el 11 de Julio pasado, tal como anticipara esta web,  en libertad y convertido en “reverendo” de un culto vinculado a la ultra derecha violenta. Agradecemos y compartimos este interesante material. Para no olvidar. FS

Perez Blanco con Viñeta Jorge Pérez Blanco: el espía impune

El represor Jorge Walter Pérez Blanco. Murió en Julio de 2013, sin justicia.

(Por Ricardo Marconi) Tras poner negro sobre blanco con su firma en la orden respectiva, el ex-juez Francisco Martínez Fermoselle estaba convencido que abría una nueva caja de Pandora, ya que había tomado la determinación de allanar la casa de Santiago 1254 de Rosario, donde habitaba Jorge Walter Pérez Blanco, quien era investigado en función de haber sido jefe del grupo de actividades especiales de inteligencia, torturador y secuestrador del CCD Granadero Baigorria y Fábrica Militar Ovidio Lagos.Tenía el rango de IN 10 y habría actuado bajo los nombres de guerra “Doble V” y “Walter West”, resultando impune por la Ley de Punto Final.

Martínez Femoselle no se había equivocado en hacerle caso a las pruebas que había acumulado y el 19 de septiembre de 1984 dispuso que la policía ingresara en el domicilio del sospechado, donde las autoridades se hallaron frente a un panorama impensado. Allí secuestraron 3.000 tarjetas, ordenadas alfabéticamente por nombres y entidades que remitían a un archivo central.

Pérez Blanco tenía en su poder datos de identidad de estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Rosario e incluso fuentes consultadas admitieron que algunas tarjetas tenían marcas de distinto tenor –cruces por ejemplo- y hasta figuraba la tarjeta de un juez, en la que se señalaban datos personales y actividades que permitían encuadrarlo políticamente. Había también una tarjeta de componente de la delegación local de la CONADEP. Y como si esto fuera poco, se agregaban resúmenes de reuniones y asambleas –mecanismo que utilizaba la División Informaciones de las policías de la provincia, como método de trabajo para recolectar datos- y una agenda de seguimientos minuciosos con datos de las personas vigiladas, fechas de tareas de espionaje y las firmas de los responsables. Incluso se le comentó a quien esto detalla, que aparecían menciones a personas desaparecidas entre 1977 y 1978.

En el operativo judicial se habrían secuestrado credenciales de la Policía Federal, de la provincial de Santa Fe y del Ejército, a nombre de Jorge West.

Una versión insistente que escuchó el autor de la investigación que nos ocupa es que antes que llegara al lugar Fermoselle, el Ejército y la Policía Federal retiró ficheros del lugar y que la esposa de Pérez Blanco fue interrogada exhaustivamente.

No fueron estos los únicos lugares que Martínez Fermoselle decidió intervenir judicialmente. Se allanó por su decisión el domicilio de Eduardo Rebecchi –Dorrego 1638- y de Teresa Gaona de Cobe, cuya captura había sido solicitada el 5 de octubre de 1984. Por razones que el autor no pudo determinar, la documentación hallada en la finca de Rebecchi no se había secuestrado, pero sí pudo escuchar que el grupo de tareas que posteriormente ingreso a la casa del mismo sí se apoderó de los “papers”.

El juez autorizó también el allanamiento de las oficinas de Córdoba 1792, 3er. Piso, sede de la Asociación Rumano –Argentina, donde había documentación de una empresa exportadora perteneciente a Pérez Blanco y hasta una foto del mismo acompañado del ex presidente paraguayo Alfredo Stroessner.

En la madrugada del 8 de octubre de 1984 se realizó un golpe comando a los Tribunales provinciales de Rosario por parte de 15 sujetos, ingresaron al Juzgado de Instrucción de la 10º Nominación para apoderarse de alrededor de 150 sumarios y registros que acreditaban puntillosamente la persecución política de militantes, políticos, estudiantes, obreros y profesionales. La documentación robada había sido supervisada en su momento por el teniente coronel Guerrieri, -quien tenía al ya mencionado Blanco como su hombre de extrema confianza- había tenido la responsabilidad de dirigir el CCD La Calamita, de donde sólo se conocen dos sobrevivientes.

En Rosario, Jorge Pérez Blanco se presentaba como pastor de una Iglesia Luterana Unida [1] , de la zona sur de la ciudad y con esa “pantalla” hacía inteligencia en reuniones sacerdotales del 3º Mundo, -Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos- e incluso, habría integrado la comisión que detuvo al sacerdote Santiago Maguire en 1971 [2].

Pérez Blanco, quien se hacía custodiar la casa por la policía las 24 horas, en el colmo de caradurismo, llegó a dar clases de postgrado en criminología y recién fue suspendido en 1998, aunque, como muchos otros, terminó beneficiado por la Ley de Punto Final. El agente de inteligencia era considerado un quinta columna del Ejército y entre la Agrupación Actividad Especial de Inteligencia o Reclutamiento de Información habría incluido fichas falsas y prontuarios inventados para generar desinformación que habría elaborado en una oficina ubicada en el Pasaje Pan, en pleno centro de Rosario.

La por entonces fiscal Griselda Tessio, llegó a pedir la indagatoria de Pérez Blanco y el  9 de noviembre de 1984 prestó declaración indagatoria en el Juzgado de Instrucción de la 10ª  Nominación, donde aún se investigaba el hallazgo de archivos de la represión, entre los que se contaban datos del  agente de inteligencia Rebecchi, quien se hacía pasar por estudiante de abogacía en la universidad para recoger información. También se investigaba a la agente de inteligencia Teresa Gaona de Cobe.

Francisco Scilabra y Pérez Blanco  –según declaró el espía Gustavo Francisco Bueno- eran los principales responsables de las operaciones psicológicas.

Gustavo Francisco Bueno,  integró el Destacamento 121 de Inteligencia del Ejército donde se elaboraban las “operaciones”, que no eran otra cosa que cargarles a los subversivos hechos en los que el único responsable era el Ejército, como por ejemplo el caso de dos militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo que fueron acribillados en la intersección de San Juan y España, en 1975 y que se dio a conocer como “un ajuste de cuentas entre dos organizaciones políticas”.

Pérez Blanco fue detenido por orden del magistrado federal Marcelo Bailaque el 25 de abril de 2008, en razón de la investigación por la causa denominada “Jordana Testoni”, elevándose a juicio oral bajo el nombre de Guerrieri, la que concluyó el 15 de abril de 2010 con la condena a prisión perpetua de Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo.

En la parte de esa causa que continuaba en etapa instructoria, El juez Bailaque decidió dictarle falta de mérito a Pérez Blanco, a pesar de las presentaciones judiciales de la querella representada por el abogada Gabriela Durruty.

[1] Pérez Blanco falleció siendo clérigo de la Iglesia Bielorrusa Argentina, que es dirigida por otro ex espía de Inteligencia del ejército, Mario A. Mingolla, tal como se cuenta en el artículo “Pérez Blanco, Narco Iglesias y otros curas truchos” de esta web (Nota del editor)

[2] La Capital –Suplemento Señales –29/12/07. Osvaldo Aguirre .Página 5


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