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Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)

Publicado el 30 octubre 2023 por Moebius
Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)

Seguimos con la trayectoria musical del Jorge Reyes solista, ahora junto a Antonio Zepeda en un disco con todo el peso de su historia detrás; el nombre del trabajo se lo debe al Dios Azteca del sol y la guerra, llamado "Huitzilopochtli", cuyo nombre significa "Colibrí de color azul a la izquierda", y de ahí el nombre del disco.... Aclaro que en este disco todo está en clave azteca; metáforas herméticas pero con un sentido profundo enlazan esta mezcla entre progresivo electrónico y música prehispánica, en un disco hondamente místico y épico. Un disco conceptual por excelencia, cuya implicancia cultural va más allá de la música y abarca terrenos históricos y políticos... Por todo ello y por su valía musical, es que no podemos dejarlo sin recordarlo en el blog cabeza.

Artista: Jorge Reyes y Antonio ZepedaÁlbum: A la izquierda del colibrí
Año: 1986
Género: Progresivo Atmosférico / Etnica Ambiental
Duración: 35:58
Nacionalidad: México
Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)
El Dios Azteca del sol y la guerra, llamado "Huitzilopochtli", cuyo nombre significa "Colibrí de color azul a la izquierda". Aclaro que en este disco todo está en clave azteca. Y que los músicos parecen hacer un homenaje a Nezahualcoyotl (el revolucionario rey poeta). No importa que no sepan a que o quien me refiero, sigan leyendo este posteo, por favor.
Y sepan que éste es un disco más profundo de lo que parece a simple vista y abarca un amplio rango de experimentación sonora, incorporando instrumentos prehispánicos, algo de jazz y rock y mucha música electrónica. Un disco conceptual por excelencia, su implicancia cultural va más allá de la música y abarca terrenos históricos y políticos, donde el rock progresivo se enlaza con la música prehispánica y la música electrónica para brindar un reconocimiento a un héroe increíble y desconocido... pero no me adelanto, continúen leyendo todo el post y tendrán una idea de que viene todo esto...
Comencemos el post desde el principio;
Jorge Reyes Valencia fue un músico mexicano, famoso por hacer fusiones de distintos tipos de música, difundir la música prehispánica a través de sus discos y por haber sido miembro de la legendaria banda mexicana de rock progresivo Chac Mool.
Antonio Zepeda es un músico mexicano caracterizado por su ardua investigación y recuperación del sonido de los instrumentos precolombinos. Por ese gran respeto a la música prehispánica y esa costumbre de enardecer con costumbres milenarias a los dioses extranjeros, Zepeda se ha ganado un lugar muy especial entre los bohemios, los cultos y los contagiados.
A mediados de los 80's Jorge Reyes y Antonio Zepeda se unen para crear la que para muchos es una de sus mejores obras: 'A la Izquierda del Colibrí', la cual es la más cercana al rock progresivo que ambos músicos han hecho, asemejando un poco lo hecho en proyectos como Chac Mool o Vía Láctea pero con toques más atmosféricos y prehispánicos.
En este disco escuchamos un impresionante despliegue musical que, aún hoy día, es ampliamante reconocido tanto en México como en muchas partes de Europa, podríamos decir que este disco es la carta de presentación perfecta para ambos músicos, la mayoría de sus tracks han sido utilizados por la BBC de Londres, CBS de Estados Unidos, CBC de Canadá, WDR de Alemania y ORTF de Francia, para musicalizar programas especiales referentes a las culturas precolombinas de México, e incluso ambos (aunque por separado) llegaron a grabar piezas exclusivas para algunos de esos programas.
A la Izquierda del Colibrí no es el único trabajo conjunto de Jorge y Antonio, ambos se han ayudado con colaboraciones esporádicas para sus propias producciones en solitario, aunque lamentablemente esto ya no sucederá mas, nos queda el legado forjado por ambos grandes etnomúsicos (palabra que Jorge gustaba por emplear para describir su trabajo).
Dark Ritual

Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)

Este disco es muy interesante pues se trata de una obra de transición en la trayectoria de Jorge Reyes; esto se da, en parte, por la participación como compositor de Antonio Zepeda, por un lado nos encontramos con elementos de la música electrónica, como las bases repetitivas de sintetizadores, la improvisación con flautas por parte de Reyes, que recuerdan aún a la música New Age; por otro lado la instrumentación de Zepeda con ocarinas y tambores, lo que se volverá una constante en los demás discos de Reyes; por un tercer lado está el tema que da nombre al disco “A la izquierda del colibrí”, donde todavía se ven algunos rasgos del trabajo que venía realizando con Chac Mool.
A la izquierda del Colibrí (intro dura casi los 3 primeros minutos). Completamente instrumental el tema fue estructurado a base de Ocarinas, Silbatos (entre ellos el Ehecachichtli: el prehispánico Silbato de la Muerte con forma de calavera) , asistido ligeramente en el fondo por Teclados.
A la izquierda del Colibrí (canción). El tema que da nombre al álbum es en sí novedoso, una especie de fusión electrónica rock con música prehispánica, dotado de un texto creado por Jorge y cuya narración corrió a cargo del destacado actor Alejandro Camacho, fue complementado por el canto de unos versos(en náhuatl) del Rey Nezahualcoyotl. El nombre en sí puede ser una alusión al sistema religioso mexica equiparándolo a la religión católica, Huitzilopochtli (Colibrí del sur ó Colibrí Zurdo).
Estoy tan acostumbrado a estar vivo
Que ni cuenta me di cuando me volví Zopilote
Cuando vuelo no tengo miedo, nadie me ha alcanzar
El la casa del Colibrí no se ha escuchado la última palabra.
Nadie recuerda exactamente cuando me vieron por última vez
cazando con las manos conejos de fuego en la oscuridad
como una greca palpitante, siete víboras al acecho
en el fulgurante mar de arriba solo perdura mi canto
Después del eclipse de sangre ya casi ni gente somos
Aquí donde llueve tierra los signos están rotos
Xolotl bajo al infierno en forma de perro, solo quedan las casas
Y los Indios colgados en el viento encendido.
Mi sombra empolvada cae sobre el tambor de piedra
En el espejo humeante soplan las flautas funerarias
En el lago del ombligo de la luna, casi siempre hay una respuesta
solo hay que saber cual es la pregunta correcta.
Jorge Reyes
Esta canción específica de Jorge es una de las pocas que tiene letra, y además tiene muchas referencias a la cultura prehispánica, usando unas cuantas metáforas un tanto herméticas. Uno puede seguir la musicalidad de las frases sin entender qué dicen y que ello resulte muy placentero de por sí, pero resulta que, además de ello, uno puede embarcarse en un viaje sin fin en la búsqueda de más información al respecto de las letras y la música de este álbum interesante e inspirador. Los textos de los que habla Jorge Reyes son tomados de diversas fuentes como los trece poetas del mundo azteca. En referencia a "Nezahualcoyotl", este rey de la alianza azteca del cual los músicos toman poemas para musicalizarlos en el disco, estaba en desacuerdo con las masacres llevadas acbo por sus compatriotas, por otro lado el no adoraba los dioses tipicos aztecas, el mismo es un existencialista y humanista en su época, creía en un mundo social en armonía con la naturaleza, mientras que su palacio estaba rodeado de belleza y de todas partes del reino traia poetas, pintores, escultores. etc. Todo un capo el tipo, lástima el nombre... que significaba "coyote hambriento". Según Miguel Leon Portilla: "su vida fue azarosa, perseguido, ocultandose siempre, haciendo honor a su nombre "coyote hambriento" descubrio el dios del cerca y de junto, el inventor de si mismo, tloque nahuaque in tlalticpac, por lo que su poesia es profundamente filosofica asi como hermosa".
Todo un revolucionario en contra del conservadurismo de la época y la región, al que le hacen honores en este disco, incluyendo además sus propias letras y poesías:
Xopan Cala Itec Tzontecochotzin Zantic Mayahua In Puyuma Xochitl
Amoxtlacuiloi in Moyollo In Tic Tzotzoma in Moheuheu
La traducción de este poema de Nezahualcoyotl es la siguiente:
En el interior de la Casa de la Primavera Soy el Papagayo de la Gran Cabeza Tu solo nos das Flores que embriagan
Libro de Pinturas es tu Corazón Haces resonar los tambores
Creo que este escrito de Jorge Reyes fue inspirado, al menos en parte, por el libro "La Visión de los Vencidos" de Miguel León Portilla, es como un canto a la muerte y el ocaso de la cultura mexica luego de que los españoles los derrotaron.
Pero todo queda en mi pobre insterpretación, influenciada también por el punto de vista de un tal Roberto Serrano, e incluso del responsable del blog "Música Pacheca", pero repito que mi interpretación es básica y pobre, al final de los comentarios del disco voy a agregar una interpretación mucho más seria del mítico contenido de este disco. Vamos a los comentarios entonces.
Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)
Un encuentro de dos amigos y de dos mundos se plasman en este inolvidable disco. La música contemporánea con la supuesta música prehispánica se unen en las personas de Jorge Reyes y Antonio Zepeda, altamente reconocidos en sus respectivas trayectorias en la difusión de la música precolombina. Cabe aclarar que ambos tuvieron sus inicios en búsquedas experimentales y rockeras, sobre todo Jorge, que integró aquél grupo de rock progresivo mexicano Chac Mol, pero ambos terminaron rendidos a la exploración de la antigua música mexicana y sobre todo, que cada quien logró un gran dominio del escenario con su gran variedad de instrumentos incontables, todo un bello espectáculo. A pesar de los tantos años de escuchar la música de este dueto, los temas 1 y 6 aún me hacen estremecer por su belleza.
Sólo música andina
Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)

Sobre el disco (por Marco Antonio Rueda, 1986):

En su estancia por México, Giovanni Ariola, líder de The Mixers de Los Ángeles, California, comentó en una entrevista: "Desgraciadamente, por falta de difusión, no conocemos lo que están haciendo los roqueros mexicanos... Pero yo sí creo que hay músicos que representan una nueva corriente, jóvenes que están haciendo algo nuevo, que podrían representar al rock mexicano, no sólo como grupo local, sino con repercusión a nivel internacional".
Hago referencia a este concepto vertido por Giovanni porque todavía abundan los escépticos que piensan que el músico mexicano no tiene la posibilidad de trascender en el infinito espacio de la creación musical. Que el roquero totonaca es de tercera o cuarta categoría, al que se le ningunea y se le ignora y que por el sólo hecho de ser del país no se le permite la entrada a los medios de difusión masiva.
El disco de Jorge Reyes y Antonio Zepeda, A la izquierda del colibrí, es sin duda una muestra palpable y audible que destroza todos los argumentos vertidos por esos fariceos incrédulos que pregonan la ineptitud y la falta de imaginación del mexicano.
Este elepé es importante porque es la búsqueda de nuevas formas de expresión, donde se cuidan la calidad y el contenido. La mezcla de instrumentos autóctonos y prehispánicos con la electrónica dan un sello particular a esta producción de indiscutible calidad. El antecedente inmediato es Ek-Tunkul, de Reyes, disco en el que vislumbraba una concepción diferente sobre la música mexicana. Algo que no se puede negar, es que el equilibrio del trabajo se debió a la participación de Antonio Zepeda.
Nunca nadie está contento con los logros de terceros. Los incrédulos califican de snobismo esta búsqueda y argumentan que se estereotipa la cultura y los rituales precolombinos. Pero el trabajo demuestra que va más allá de esas simples pretenciones, que el punto de partida es la búsqueda de la identidad, y que otros grupos la buscan en el huapango u otro ritmo de nuestra raza.
La inclusión de fragmanetos del poema de Nezahualcoyotl, en el dialecto náhuatl, le da a este disco una originalidad tal, nunca antes alcanzada en el campo de la música moderna mexicana, que recuerda un poco a los jóvenes húngaros, austriacos, israelitas, catalanes o de otro país, que graban y cantan el rock en su lengua nativa. El náhuatl tal vez no sea nuestra lengua común, pero es la representación verbal de nuestros orígenes y que la colonización, aún la electrónica, no han podido borrar de la memoria histórica.

De la revista "Cuadernos de Revolver 1", primera y única edición de 1986.

Pero hay mucho más escrito y por escribir sobre este trabajo...
Recién escindido de la banda Chac Mool, Jorge Reyes presentó su primera producción musical al lado del destacado músico Antonio Zepeda, la influencia del rock progresivo esta patente en algunos temas, no obstante el apoyo recibido de Antonio, quien es un experto en instrumentos y música prehispánica viene a complementar el trabajo de Reyes de una manera bastante interesante.
El tema musical Ce Acatl hace referencia al año del nacimiento y muerte de la deidad Quetzalcóatl dentro del calendario mexica. En este tema se combinan los instrumentos: Rhytm Composer, Teclados Yamaha DX9, Korg y Roland,Flauta traversa, con los instrumentos prehispánicos como: Raspadores, Silbatos, Ocarinas logrando una atmósfera musical novedosa. Ambos músicos hacen coros
A la izquierda del Colibrí (intro). Completamente instrumental el tema fue estructurado a base de Ocarinas, Silbatos, asistido ligeramente en el fondo por Teclados.
A la izquierda del Colibrí (canción). El tema que da nombre al álbum es en sí novedoso, una especie de fusión electrónica rock con música prehispánica, dotado de un texto creado por Jorge y cuya narración corrió a cargo del destacado actor Alejandro Camacho, fue complementado por el canto de unos versos(en náhuatl) del Rey Nezahualcoyotl. El nombre en sí puede ser una alusión al sistema religioso mexica equiparándolo a la religión católica, Huitzilopochtli (Colibrí del sur ó Colibrí Zurdo).
Versos incluidos en la canción:
Xopan Cala Itec:
En el interior de la casa de la primavera
Tzontecochotzin:
Soy Papagayo de la gran Cabeza
Zantic Mayahua
Tú sólo nos das
In Puyuma Xochitl
Flores que embriagan Amoxtlacuilol in Moyollo
Libro de pinturas es tu corazón
In Tic Tzotzona in Mohuehue
Haces resonar tus tambores
Nezahualcoyotl
El hacedor de lluvia. Recreando una atmósfera rítmica similar a las danzas mexicas, predomina la instrumentación prehispánica a base de tambor tarahumara, caparazón de tortuga, cascabeles raspadores, caracoles, y ocarinas además del palo de lluvia. Al inicio se escucha la voz de una persona que al parecer habla otomí.
Wawaki. Tema bien logrado a base de recrear una átmosfera de naturaleza, la riqueza fundamental de la pieza yace en la interpretación de la Flauta Traversa además de que está dotada de un ritmo agradable.
Lejos te llevas el espejo de tu rostro. Poseedor de matices de evocación o nostalgia. La instrumentación incorporó el uso de flautas de Afganistán, quizá buscando la sonoridad de las chirimías, al parecer es un tema fúnebre o de despedida.
Managua. Tema que lleva el nombre de la capital nicaragüense, basado en la combinación experimental de Jorge y Antonio surge con una sonoridad un tanto misteriosa, muy influenciado por el rock progresivo.
Lejos de verse favorecido por la proyección en el mercado discográfico popular, la obra de Jorge y Antonio sólo se podía conseguir inicialmente en librerías y discotecas especializadas en música de New Age. El disco en su momento fue presentado y elogiado en Radio Educación.
Wikipedia
Jorge Reyes nació en 1952 en Uruapan, Michoacán, el 7 de febrero del 2009 se quedó dormido y nunca despertó. Es el músico que más difundió la música prehispánica fuera de México. Estudió música clásica, electrónica y jazz en Alemania y música tradicional hindú y tibetana en la India. Posteriormente regresó a México e hizo algunas bandas como Al Universo y Nuevo México, pero fue hasta 1980 que logró confirmar su primer banda trascendental llamada Chac Mool.
Por su parte Antonio Zepeda es un músico mexicano que desde principios de los años sesentas estudia los instrumentos precolombinos. Formó parte de agrupaciones de free jazz y algunas otras tendencias de vanguardia en NY y Europa. A su regreso en los setentas, hizo una investigación que consistió en visitar comunidades indígenas de todo México para encontrar músicos autóctonos reales y organizó un festival con estos músicos en el Museo de Antropología.
“A la Izquierda del Colibrí” es un disco donde conviven muchas referencias de estilos, tiene algo de rock progresivo, algo de new age, electrónica, pero sin duda lo que lo hace ser un disco trascendental son las fusiones con la música prehispánica, en este sentido es sumamente rico en texturas y sonidos, la cantidad de instrumentos prehispánicos desconocidos como caparazones de tortuga, tambores tarahumaras, carrizo, teponaztle, huéhuetl nahua, etc. combinados con su contraparte como cajas de ritmos y teclados Korg y Roland que en ese momento representaban lo más novedoso.
Aquí hay que destacar que toda la parte de electrónica y de sonidos más actuales vienen de Jorge Reyes, ya que Antonio Zepeda es un músico con un estricto apego a los instrumentos autóctonos acústicos.
Un disco mágico que no se pudo haber dado en ningun otro momento ni en ningún otro lugar, aquí se alinearon 2 músicos apasionados del tema prehispánico, con estudios y conocimiento en tendencias vanguardistas de la época.
Región Cuatro
Los motivos instrumentales electrónicos y prehispánicos con que Jorge REYES VALENCIA (varios teclados, flauta traversa, tubo musical, ocarina, guitarra, coros) se presentó como músico solista con el álbum "Comala" son evidentes también aquí, en "A la Izquierda del Colibrí", álbum con las mismas motivaciones musicales pero que incluye cantos en náhuatl en un tema. En esta segunda se beneficia con ideas y ejecución de Antonio ZEPEDA (ocarinas, flautas, cántaros, coros, raspadores, silbatos, tubo musical, percusiones), músico con harta experiencia y pasión por los sonidos con que nuestros padres invocaban a los Dioses. Para completar la alineación y favorecer la representación de los sonidos se invita a Alejandro CAMACHO en narración y a Antonio GINER en programación de instrumentos midi, logrando así un álbum importante para la música progresiva hecha en México, orgullo nacional en todo el mundo.
Personalmente pienso que "A la Izquierda del Colibrí" es el álbum de Jorge REYES † más relacionado al rock progresivo. Éste inicia con una peculiar atmósfera planteada desde alientos prehispánicos y teclados electrónicos; esta combinación de timbres y de Eras musicales será el lienzo sobre el cual de pintarán cada uno de los temas subsecuentes, caracterizados cada uno por su propia peculiaridad. ‘1 Caña’ (fecha azteca del nacimiento y muerte de Quetzalcóatl) es el primero de seis temas instrumentales, contemplando un uso hipnótico de teclados tangerinezcos, decorados con flauta traversa. ‘Wawaki’ es un tema más de corte sui géneris, una especie de “música electrónica prehispánica” a manera de introducción para el tema que da nombre al álbum, la única canción del álbum; aquí se narra un texto de Jorge REYES VALENCIA, interactuando con los cantos en náhuatl de un poema de Netzahuacoyotl sobre ritmo cadencioso y evocador. ‘Lejos te llevas el espejo de tu rostro’ cambia un tanto la instrumentación, utilizando flautas dobles de Afganistán, caracol, silbatos de viento, cristales y tambor tarahumara, otorgando ambientes peculiares, exentos por completo de influencias electrónicas. ‘Lejos’ y el siguiente tema, ‘El hacedor de lluvia’, son dos piezas donde Antonio ZEPEDA hace composición también, motivo por el cual la música es más de corte precolombino, aunque ‘El hacedor’ retoma un tanto la utilización de los teclados, entrelazando correctamente el tema anterior con el siguiente, logrando además una bellísima composición de corte progresivo atmosférico de sonido muy original, muy mexicano. Así llega ‘Managua’, que desde el ya característico sonido que lograron sus intérpretes concluye el álbum, cediendo su misterio sobre un último tema no acreditado, fusión extraordinaria del peculiar sonido del progresivo electrónico con el misterio musical azteca.
Aunque "A la Izquierda del Colibrí" se puede percibir desde contemplaciones de música prehispánica con apoyo en la electrónica, es un gran álbum que por su concepto musical y progresión sonora puede disfrutarse desde perspectivas rock progresivo electrónico o progresivo atmosférico. Un álbum además adelantado a su época y ni qué decir de su originalidad, donde el misterio ancestral se funde con la modernidad tecnológica a favor de la creación de música inteligente, otorgando nacionalismo a su inmersión en músicas del mundo.
Alfredo Tapia Carreto
Música electrónica con música prehispánica. La idea de usar música prehispánica ya venia rondando desde mucho tiempo atrás la cabeza de Jorge Reyes, mostrando experimentos en las bandas Nuevo Mexico y con Chac Mool, combinando rock con ciertos toques de música indígena; pero fue cuando se unió con Antonio Zepeda que pudo fusionar perfectamente los ritmos occidentales con la música prehispánica. El tema "A la izquierda del Colibrí" es quizás el mas “comercial” del álbum: toques electrónicos con atmosferas mesoamericanas, cantadas en náhuatl, extraídas de un poema de Netzahualcoyotl , el rey poeta.
Antonio
El tema musical Ce Acatl hace referencia al año del nacimiento y muerte de la deidad QUETZALCOATL dentro del calendario mexica. En este tema se combinan los instrumentos: Rhytm Composer, Teclados Yamaha DX9, Korg y Roland,Flauta traversa, con los instrumentos prehispanicos como: Raspadores, Silbatos, Ocarinas, logrando una atmósfera musical novedosa. Ambos músicos hacen coros-
A la izquierda del Colibrí (intro). Completamente instrumental el tema fue estructurado a base de Ocarinas, Silbatos, asistido ligeramente en el fondo por Teclados.
A la izquierda del Colibrí (canción). El tema que da nombre al álbum es en sí novedoso, una especie de fusión electrónica rock con música prehispanica, dotado de un texto creado por Jorge y cuya narración corrió a cargo del destacado actor Alejandro Camacho, fue complementado por el canto de unos versos(en náhuatl) del Rey NEZAHUALCOYOTL. El nombre en sí puede ser una alusión al sistema religioso mexica equiparándolo a la religión católica,HUITZILOPOCHTLI (Colibrí del sur ó Colibrí Zurdo).
El hacedor de lluvia. Recreando una atmósfera rítmica similar a las danzas mexicas, predomina la instrumentación prehispánica a base de tambor tarahumara, caparazón de tortuga, cascabeles raspadores, caracoles, y ocarinas además del palo de lluvia. Al inicio se escucha la voz de una persona que al parecer habla otomi Wawaki. Tema bien logrado a base de recrear una átmosfera de naturaleza, la riqueza fundamental de la pieza yace en la interpretación de la Flauta Traversa además de que está dotada de un ritmo agradable.
Lejos te llevas el espejo de tu rostro. Poseedor de matices de evocación o nostalgia. La instrumentación incorporó el uso de flautas de Afganistán, quizá buscando la sonoridad de las chirimías, al parecer es un tema fúnebre o de despedida.
Managua. Tema que lleva el nombre de la capital nicaragüense, basado en la combinación experimental de Jorge y Antonio surge con una sonoridad un tanto misteriosa, muy influenciado por el rock progresivo.
sonoro2000
Estoy tan acostumbrado a estar vivo
que ni cuenta me di cuando me volví zopilote.
Cuando vuelo no tengo miedo,
nadie me ha podido alcanzar.
En la casa del colibrí no se ha escuchado
la última palabra.
Nadie recuerda exactamente
cuando me vieron por última vez
cazando con las manos conejos de fuego en la oscuridad.
Como una greca palpitante,
siete víboras al acecho.
En el fulgurante mar de arriba
solo perdura mi canto.
Después del eclipse de sangre
ya casi ni gente somos.
Aquí donde llueve tierra
los signos están rotos.
Xolotl bajó al infierno en forma de perro.
Solo quedan las casas
y los indios colgados en el viento encendido.
Mi sombra empolvada
cae sobre el tambor de tierra.
En el espejo humeante
soplan las flautas funerarias.
En el lago del ombligo de la luna
casi siempre hay una respuesta.
Solo hay que saber cuál es la pregunta correcta.
Este es el texto que se escucha recitado durante la canción A la Izquierda del Colibrí, del músico mejicano Jorge Reyes.
No voy a intentar hacer un análisis completo sobre su significado, pero he encontrado algunos datos interesantes que logran ampliar su comprensión.
Antes les cuento que esta canción pertenece al segundo disco solista de Reyes, editado en 1986. El primero fue en 1985 y se llamó Ek-Tunkul (El tunkul es un instrumento de percusión de origen maya. Un tronco ahuecado, acostado, con dos lengüetas en la parte superior, una más corta que la otra, que al percutirse emiten diferentes sonidos. También se conoce como teponaztle entre los Nahuas).
Reyes pertenecía a un grupo de rock progresivo llamado Chac Mool, pero comenzó a dibujar su camino personal interpretando ritmos y fusiones con instrumentos de origen prehispánico. Inició sus estudios en la Escuela Nacional de Música de Méjico (UNAM), y viajó a Alemania donde estudió improvisación de jazz. También percusión y música tradicional hindú en Sri Lanka. Pero su trabajo se caracteriza fundamentalmente por una línea de exploración basada en lo precolombino.
A pesar de la gran cantidad de hallazgos arqueológicos en Méjico, poco se sabe sobre cómo se ejecutaba la música precolombina. Se puede especular sobre el uso festivo o ritual de las distintas sonoridades, pero no hay documentos fidedignos sobre ello.
Se atribuye al músico mejicano Luis Pérez la primera incursión en la mezcla de instrumentos de origen precolombino con instrumentos eléctricos cuando sacó su disco En El Ombligo De La Luna, allá por 1982.
Por su parte, cabe mencionar que A la Izquierda del Colibrí obtuvo una mención honorífica en la Academia de Ciencias de Rusia. Contó con la participación de Antonio Zepeda, otro mejicano que rinde culto en sus conciertos a la música prehispánica. Se diferencia levemente del proyecto sonoro de Reyes por una enfática búsqueda de estructuras netamente acústicas, sin la intervención de instrumentos eléctricos, intentando recrear así atmósferas antiguas. En escena, Zepeda toca únicamente instrumentos como flautas de barro y carrizo, teponaztle, caparazones de tortuga, tambores mayas y tarahumaras, huéhuetl nahua, etc.
Reyes y Zepeda lograron amalgamar sonidos emulando otros tiempos, trayendo la presencia de la selva -interpretada desde sus silbatos, ocarinas y palos de agua-, o recurriendo a bases de batería elaboradas en modernas cajas de ritmo. Insistentes percusiones tocadas en troncos y tambores, y también melodías que surgen desde las flautas o desde los teclados, creando una música uniforme donde ya no importa qué se ejecuta, sino una última forma que trasmite emoción y la sensación de participar en algún antiguo ritual de magia .
La canción A la Izquierda del Colibrí es la única en ese disco con textos cantados y recitados. Lo demás es puramente instrumental.
Me atrevo a decir que hasta ahora, es la mejor composición de Reyes que he escuchado en lo que refiere a música con textos o poemas incluidos. El sonido de la voz tiene un efecto que le permite ser claro y misterioso a la vez, sin parecer “sobreactuado”. Hace poco escuché su último disco (Pluma de Piedra) y si bien el contenido hablado en el primer track era inspirador (poesía fúnebre), no me pareció tan integrado ni entendible como en A la Izquierda del Colibrí. Cuestión de gustos nomás.
Estoy tan acostumbrado a estar vivo
que ni cuenta me di cuando me volví zopilote.
Cuando vuelo no tengo miedo,
nadie me ha podido alcanzar.
En la casa del colibrí no se ha escuchado
la última palabra.
En los tiempos del antiguo Méjico proliferaban los relatos sobre las transformaciones de los brujos en animales. Así que no resulta tan desatinada la imagen del individuo convertido en zopilote. “¿Qué es un zopilote?” es la primera pregunta que nos surge a los “no mejicanos”.
Su nombre viene del Nahuatl tzopilotl. “Tzotl” significa “inmundicia” y “pilotl” quiere decir “colgar”, lo cual se refiere a que estas aves de rapiña vuelan llevando pedazos de animales muertos. Son carroñeras (se alimentan de animales en putrefacción o alimentos descompuestos). Hay tres tipos, pero el más común es el de “cabeza negra”.
Si bien los párrafos de A la Izquierda del Colibrí funcionan como imágenes independientes, estos tres primeros tramos están vinculados al vuelo, aunque no comparten una totalidad.
Se supone que el relator ha olvidado el valor de estar vivo, y se encuentra alienado, inmerso en una dieta de hábitos, olvidado de la sorpresa y el asombro. Entumecido por las costumbres, ni cuenta se dá cuando se vuelve zopilote. Se ha transformado y no lo ha sorprendido. Y aquí vuelvo a suponer. O bien ese ritmo de vida tibio y cómodo lo lleva a una vida de carroñero, de no alimentar su espíritu más que con refritos, o quizás lo haya agarrado la magia al transformarse en un pájaro.
De todas formas, cuando vuelo no tengo miedo remarca su cualidad de pájaro libre y digno, no de carroñero. Tal vez la imagen del zopilote sea tomada como una metáfora de libertad, teniendo en cuenta que entre los mejicanos antiguos era común el respeto hacia los animales, quienes eran tratados como espíritus y dioses (están presentes en los relatos de sus mitos).
Posteriormente menciona la casa del colibrí, lo cual nos recuerda al título del disco.
Sucede que la frase A la Izquierda del Colibrí puede ser tomada como un símil de la casa del colibrí. Y paso a las explicaciones.
Huitzilopochtli es un nombre compuesto de dos: de Huitzilin, que significa colibrí, y de opochtli, que significa cosa izquierda.
Era el dios azteca del sol y la guerra. En forma de colibrí guió la migración de los aztecas hasta el Valle de Méjico. Las imágenes de Huitzilopochtli lo muestran como un guerrero con armadura y casco hechos de plumas de colibrí, mientras que sus piernas, brazos y la parte inferior de su cara están pintadas de azul. La parte superior de su rostro era negra. Y usaba un penacho muy elaborado.
Varios especialistas afirman que lo izquierdo se debe a que Huitzilopochtli se asignaba al sur del cosmos, que es la izquierda en relación al camino del sol de oriente a poniente. El sur es la casa del dios Huitzilopochtli, el colibrí.
También sabemos que de acuerdo con el mandato de Huitzilopochtli se fundó la capital azteca Tenochtitlán (1325 dc), en el Valle de Méjico, y en ella el primer santuario consagrado a este dios.
(En la época prehispánica los colibríes eran considerados como la personificación de los guerreros muertos, ya fuera en combate, en la piedra gladiatoria o sobre el altar de sacrificio. Se creía que quienes habían fallecido en estas circunstancias pasaban a formar parte del radiante cortejo que durante cuatro años acompañaba al Sol en su diario recorrido diurno; después de cumplida su honrosa misión, los guerreros retornaban a la tierra convertidos en esas pequeñas aves, cuyas plumas de color metálico brillaban, según se creía, por la cercanía que habían tenido con el Sol).
Nadie recuerda exactamente
cuando me vieron por última vez
cazando con las manos conejos de fuego en la oscuridad.
Al igual que la mención de la transformación en zopilote, podemos ver una clara alusión a un estado visionario (seguramente bajo el efecto de alguna planta de poder).
Aún así, respetando la energía de esta imagen, no dejo de pensar en los animales elegidos a lo largo del texto (zopilote, colibrí, conejo, víbora y perro), y como decía antes, en el vínculo íntimo que unía a los habitantes del Méjico prehispánico con los animales y sus mitos.
Extrañamente y anticipándome a una mención posterior, explico que el conejo estaba relacionado con la Luna.
Tochtli significa Conejo en Nahuatl. Es el símbolo de la fecundidad en la tierra por medio de la Luna, porque su ciclo de gestación corresponde con el ciclo lunar.
En muchas culturas se cree que las manchas en la Luna forman la imagen de un conejo: “el conejo de la Luna”.
Según el calendario Azteca, Tochtli es un día para el sacrificio personal, servir en algo más grande que uno mismo. Un día místico, asociado con las fases de la luna, ideal para ponerse en contacto con la naturaleza y el espíritu, y malo para atacar a los demás. Asociado a la Luna, confiere abundancia.
Como una greca palpitante,
siete víboras al acecho.
La greca es una franja, un borde, un bajorrelieve como los que se observa en los templos de piedra construidos por los Toltecas y más tarde habitados por los Aztecas. Generalmente tiene motivos abstractos basados en los diseños de los tejidos, o pueden ser dioses como Quetzalcoatl, la “serpiente emplumada”. La greca palpitante sugiere movimiento en lo pétreo, magia, mundos despiertos.
Las siete víboras al acecho, expectantes, palpitan como un adorno vivo en la roca.
Hay una leyenda que cuenta al respecto:
No, no es que la gente invente, pero muchos ya la han visto. Los macutenos de las villas, que robaban la comida al pueblo y metían sus pencos al temporal (a los sembrados) ¡se llevaron un sustote cuando la vieron! ¿Que qué vieron? ¡Pues a la víbora de siete cabezas! Estaba allí, entre sus triques, enroscada. ¡Sabrá Dios lo que buscaba en ese montón de zoquiaque y tiliches hediondos por tanto sudor!
Cuando la encontraron y divisaron su ramal de cabezas, que parecía un molcajete, se pelaron para nunca volver por esos rumbos.
La Revolución se ponía cada día más dura. Otros macutecos vinieron de por Zimapán con su alboroto y se metieron en las barrancas del cerro de Juárez, que está entre Zimapán y Tasquillo. Dicen que adentro hay siete ríos y siete lomas que de lejos se ven como víboras. Bueno, pues los macutecos subieron hasta la mera punta del cerro y se echaron a dormir en la capilla de la Asunción, desde donde se clarea todo el valle del Mezquital.
Como no tenían qué comer, los macutecos bajaron a las laderas a cazar venados y a robar las reses, dejando más pobre a la gente. ¡Ah, pero fue allí en donde otra vez la vieron! Cuando regresaron de cazar, la encontraron en la puerta de la capilla. Sacaron sus carabinas y ¡pas! le tiraron a las siete cabezas. Zumbaban las balas, pero la serpiente no se movía. Entonces todos huyeron en bola muy espantados, como quien ve el mal. Ya no se les volvió a ver por ahí.
La que sí se ha vuelto a ver por esos montes es la víbora de siete cabezas, en su casa muy húmeda, como si fuera a salir un manantial. Vive en ese cerro como cuidándolo... ¡Que ni se atrevan a matarla!, porque pueden suceder dos cosas: o se seca todo y se queda pelón o se revientan los siete ríos que hay dentro del cerro y salen por las siete lomas que están en donde empieza la montaña.
Hace mucho que nadie sube por allá y no sabemos si allí sigue la víbora de siete cabezas o ya se fue por otros rumbos.
Jorge Reyes tiene un tema titulado Siete Serpientes en su disco Tonami (1995). Y allí aparece una referencia al nombre explicando que durante las fiestas de cosecha del maíz, había una mujer extraña acarreando las mazorcas antes que la gente. Su cara estaba radiante y la proximidad con ella traía alegría y esperanza. Siete Serpientes es el nombre dado al proceso de producir la primer cosecha de maíz del año. Y esta mujer fue llamada La señora Siete Serpientes.
Pero la leyenda transcripta –vinculando las siete víboras al cerro y a la roca-, se ajusta mejor a la imagen proporcionada en A la Izquierda del Colibrí. De hecho el álbum Tonami fue editado bastantes años después.
En el fulgurante mar de arriba
solo perdura mi canto.
El brillante mar de arriba es una metáfora que señala al cielo. Es una comparación con un uso extendido, presente en muchas poesías y citas que así lo describen.
Octavio Paz dice en su poema El mismo tiempo:
Nubes, gestación y ruina y más nubes,
templos caídos, nuevas dinastías,
escollos y desastres en el cielo.
Mar de arriba,
nubes del altiplano
¿dónde está el otro mar?
Eduardo Galeano en su libro Memorias del Fuego también dice:
Los arahuacos, habitantes de la zona del primer "contacto" con los invasores europeos, tenían un lenguaje que estaba cargado de poesía. Al arco iris lo llamaban "serpiente de collares", al cielo le decían "mar de arriba". Para ellos el rayo era "el resplandor de la lluvia". Al amigo lo llamaban "mi otro corazón" y al alma "el sol del pecho". La lechuza era "ama de la noche oscura". Para decir baston, los ancianos decían "nieto continuo" y para decir perdono decían "olvido".
El Presidente chileno Ricardo Lagos dijo en la celebración del centenario del natalicio de Pablo Neruda:
¿Cuántos y sorprendentes nombres encontró Neruda para la lluvia? Mar de arriba, cielo desbocado, golpe de pétalos oscuros, manto tempestuoso. ¿Cuántos y sorprendentes nombres para la lluvia y para tantas otras cosas que él nombró y a las que dio vida, tantas vidas como nombres les atribuyó?
O en esta Oración de los Incas en busca de dios:
Oyeme
Desde el mar de arriba en que permaneces
Desde el mar de abajo donde estás.
Creador del mundo,
Alfarero del hombre,
Señor de los señores,
A ti,
Con mis ojos que desesperan por verte
O por una gana de conocerte
En el mito venezolano Kuai-mare, el dueño del mar de arriba, divulgado por Manuela M. de Cora (1972), se dice: “Muy lejos de la tierra y por encima de ella, está el mar de arriba, que es de color azul y tiene el agua del fondo cuajada y espesa, para que no pueda derramarse sobre el mundo habitado por los Guaraos. Los cerros y las montañas de arriba se ven desde aquí, como nubes blancas y en ellas tienen los zamuros sus conucos, en los cuales cultivan yuca, ñame, plátanos y otros frutos, cuyas semillas fueron arrojadas desde allí a los hombres, hace muchas lunas, por el gran zamuro Kokou y por eso las gentes poseen desde entonces conucos iguales a los de aquella tierra”.
Después del eclipse de sangre
ya casi ni gente somos.
Una obvia referencia a la época de la conquista donde “eclipsaron” dos culturas. Oscuridad temporal, tiempo de guerra y muerte, de invasión y gente despojada.
Si bien los Aztecas no eran ningunos angelitos -y no lo digo por su costumbre relacionada con los sacrificios humanos y los corazones ofrendados al dios de la guerra, sino por su constante invasión a los otros pueblos indígenas-, fueron brutalmente arrasados por los conquistadores españoles.
Tras los constantes ataques y saqueos en busca de riquezas, prácticamente fue destruida su cultura.
(Como curiosidad cabe agregar que poco antes del arribo de Hernán Cortés a la costa mejicana, ocurrió un eclipse de sol).
Xolotl bajó al infierno en forma de perro.
Es el Dios del rayo y la muerte, representado con una cabeza de perro. Xólotl es el guía de los viajeros al mundo de los muertos.
“Como estrella de la mañana y de la noche, Quetzalcoátl era el símbolo de la muerte y la resurrección. Se decía que junto con su amigo Xolotl, un dios con cabeza de perro, había descendido al infierno subterráneo del Mictlán (reino de los muertos) para recoger los huesos de los antiguos muertos. Untó estos huesos con su propia sangre, y así dio a los hombres que habitan el universo actual”.
En el espejo humeante
soplan las flautas funerarias
El espejo humeante es un espejo mágico hecho con obsidiana que representa los secretos más profundos de la humanidad.
Y también es el señor de la dualidad. Conocido también como Tezcatlipoca (Espejo Humeante), que fuera derrotado por Quetzalcoatl. Se lo vincula con la oscuridad y la noche.
En el lago del ombligo de la luna
casi siempre hay una respuesta.
Solo hay que saber cuál es la pregunta correcta.
Según la tradición, la palabra México proviene de tres voces del idioma náhuatl: metztli, que significa luna; xictli, ombligo o centro; co, lugar. Tanto en sentido literal como metafórico quiere decir "en el ombligo de la luna"; o dicho de otra manera: "en el centro del lago de la luna". ¿Por qué esa denominación? Porque el contorno de los antiguos lagos que ocupaban la cuenca de México, se parecía a la figura de un conejo, similar a la silueta que forman las manchas lunares vistas desde la tierra. Y como la gran ciudad de Tenochtitlan estaba en el centro de estos lagos, simbólicamente se ubicaba también en el "ombligo" del conejo de la luna.
(La información fue extractada de diversas fuentes en internet, textos del recopilador Antonio Trejo Martín y su informante Susana Hernández Basilio, David Cortés en su artículo "Esculpiendo Milagros", agosto de 1994, Francisco Javier Clavijero, Historia antigua de México, Arturo Tena Colunga, D.R. José Ignacio Vértiz Gargollo, Sandra García Peregrina, asistente del Departamento de Ornitología, México desconocido No. 275, Yug librería, así como de las carátulas originales de discos de Jorge Reyes y Antonio Zepeda)
Alejandro Aguerre
Not unlike a Techno shaman, this Mexican artist eschews musical cliches in his deliberately elusive music. Using ancient instruments such as the clay whistle, shells, rattles, bamboo and the water drum, Jorge Reyes adds electronic textures to create a mythic pre-Columbian dreamscape. Sounds based on natural elements such as wind and rain enter like foreboding notices of the eternal, underpinning the unnerving percussion. Though mostly instrumental, the odd chant is employed to evoke the indigenous culture of the Americas from a time before the arrival of the Spanish conquistadors. Much of his music may be classified as Ambient, but Reyes' jazz background shows in the sophisticated compositional structures.
Mexican Space Music at its best, with influences from Prehispanic music
Robert Leaver
Jorge Reyes and Antonio Zepeda are two Mexican experimental percussionists that have been working with pre Columbian instruments for more than a decade, mixing these ancient sounds with electronic sampling and processing, all kind of synths and rhythm boxes, and even electric guitar.
The use of modern technology doesn’t take any of the ancient mystic mood to their music. Actually they re-create the Aztec rituals in all their splendour and all their darkness. Let’s not forget that this was a culture which worshipped death and believed in a dusty, gloomy, and eternally nocturnal underworld in where feathered snakes, sinister humming birds, and dog-headed people dwelled, hunted and wandered. They were also very keen of human sacrifice. (The favorite way of performing the sacrifice was taking out the heart of their victims while still beating, specially the heart of enemies captured in battle).
So, among smoking mirrors and other peyote induced visions Zepeda and Reyes recreate for us the ritual side of a still very much misunderstood culture. The album has a flavor of jungle, of primitivism, atavism and aboriginal hopes and fears.
It goes from the luminous “Caña” to the terrifying “A La Izquierda del Colibrí” ("To the left of the Hummingbird”)
Ancient ritual gone Modern and Progressive.
Recommended, indeed…
Keep Listening…!!!
Jaime Antonio Alvarez
Es obvio que el maestro Jorge Reyes, lamentablemnte fallecido, es quin imprime el alma de este disco. Jorge fué un músico muy metido en su quehacer, pero como músico tan sólo fue bueno, pero con una increíble creatividad y espíritu investigador. Creo que Antonio Zepeda, maestro de la ENAH especializado en música prehispánica, es más un investigador que un músico, aunque tiene grabados como media docena de discos. Yo pude verlo de casualidad una mañana en el Museo del Templo Mayor donde solía dar pláticas gratuitas sobre música azteca. Al final el sonido del disco es muy equilibrado entre los mundos de los artistas-investigadores.
Musicalmente, el disco recrea una atmósfera rítmica similar a la de las danzas mexicas, predomina la instrumentación prehispánica, a veces a base de tambor tarahumara, incluyendo caparazón de tortuga, cascabeles raspadores, caracoles, y ocarinas además del palo de lluvia y muchos otros intreumentos no tradicionales, voces en idioma otomí, poemas en nahuatl. Es un conjunto de percusiones prehispánicas mezclados con cajas rítmicas ochenteras (primitivas, y que suenan más a electrónica new-wave), y pasajes de flauta transversa, que es el fuerte y entrenamiento original de Reyes. La música no es de ninguna manera compleja; de hecho, es sencilla y nada pretensiosa. El uso de la electrónica es simple, parecido a lo que hacían los grupos alemanes setenterosos; y sin embargo no me parece repetitiva hastiante como a veces son los teutones.
Es una lástima que este tipo de música no sea lo suficientemente difundida tanto en México con en los demás países de América Latina, y hacemos otra reparación histórica desde nuestro humilde espacio. En momento, cuando valoremos nuestras raíces y reencontremos nuestra escencia, estas obras estarán allí, esperándonos, ensándonos a descubrir que debajo de nuestra cultura permanece la de nuestros ancestros.
Un disco increíble, recomendable ampliamente, inclusive más allá de lo musical.
Un saludazo a toda la raza Azteca.

Lista de Temas:
1. I Caña
2. El hacedor de lluvia
3. Managua
4. Lejos te llevas el espejo de tu rostro
5. Wawaki
6. A la izquierda del Colibrí

Alineación:
- Jorge Reyes / Teclados, flautas, tubo musical, coros, guitarra electrica, caracol de viento.
- Antonio Zepeda / Tambores, teponaztli, flautas, ocarinas, caparazon de tortuga, cristales, palo de lluvia, silbatos, cantaros, coros, raspadores.
Invitados:
Alejandro Camacho / Narración
Antonio Giner / Sampleo, programación

Jorge Reyes y Antonio Zepeda - A La Izquierda Del Colibrí (1986)

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