Jornada Mundial por la Paz

Hoy se celebra la 50ª Jornada Mundial de la paz. Desde este blog, nos sumamos al deseo de paz que dio origen a la Jornada, hace ahora 50 años, cuando Pablo VI convocó la primera, en 1966.

Si la sociedad del siglo XVI ponía el acento en la diferencia, marcada e irreconciliable, entre unos seres humanos y otros: hombre/mujer, noble/plebeyo, libre/esclavo… Teresa de Jesús presenta en su libro de las Moradas una valoración nítida y sin fisuras de la extraordinaria dignidad de toda criatura humana.

Todas las personas estamos llamadas a emprender la misma búsqueda, imantadas por el mismo Amor, convocadas al mismo banquete.

Hermosura, dignidad y gran capacidad. Esas tres cualidades las percibe Teresa en cada uno, y las deja consignadas ya desde el primer párrafo de su gran libro del castillo Interior.

Ella desea que sus hermanas carmelitas, y cualquiera que tenga acceso a su lectura, caiga en la cuenta de que todo ser humano –también por el hecho de ser imagen de Dios, que es comunidad-Trinidad–, es creado para la relación: con el Otro, con los otros.

Solo la conciencia de esa grandeza nos permitirá reconocer al otro como un misterio semejante a mi propio misterio, y al Misterio que es Dios.

Y del respeto al otro, diferente, podrá brotar, como un fruto maduro, la paz.

Recogemos estas palabras, expresadas por el papa Francisco en su mensaje de este año, en que aboga por la no violencia activa:

Deseo la paz a cada hombre, mujer, niño y niña, a la vez que rezo para que la imagen y semejanza de Dios en cada persona nos permita reconocernos unos a otros como dones sagrados dotados de una inmensa dignidad. Especialmente en las situaciones de conflicto, respetemos su «dignidad más profunda» y hagamos de la no violencia activa nuestro estilo de vida.