Joy

Este viernes se estrena Joy, y aprovechando nuestras habilidades mágicas de visión del futuro, te contamos, amable lector o lectora, las impresiones que nos ha dado.
Joy nos presenta la historia, precisamente, de Joy. Una mujer que ha crecido en el seno de una familia que no llega al esperpento, pero que al menos se queda en algo que podríamos catalogar como de “fuerte complejidad”. La historia es narrada por su abuela, y recorre un espectro que va desde pequeña hasta que ya es una persona hecha y derecha, con sus dos hijos, su casa y su vida de mierda.
Llega un punto en que Joy despierta del pozo emocional en el que está, y decide emprender en el mundo de la venta de productos de tele-tienda, para alcanzar su sueño de infancia como inventora.
Y si todos estamos de acuerdo, dejamos la sinopsis en este punto para conservar la magia. 

Tenemos, pues,  una historia sobre la superación y autorrealización, sobre llegar a la cúspide de la pirámide de Maslow, sobre ser  una cucaracha y acabar siendo un semi-dios; en fin, y en definitiva, sobre la evolución lógicade lo que sucede en casi todos los Grand Theft Auto. Veremos una evolución del personaje principal que gusta, pero que si analizamos más en profundidad es caprichosa y de una justificación bastante simple… pero puede disfrutarse igualmente si no se es picajoso.
Es una comedia dramática, o eso rezan algunos, y resulta dramática en su inmensa mayoría, siendo los momentos cómicos más bien escasos,  con una constancia, y valga la redundancia, algo inconstante, lo que puede hacer que estos parezcan casi, y digo casi,  fuera de lugar cuando suceden.
Ya sé que esto no es Naked Gun pero el patetismo del drama no siempre queda bien suavizado con los puntos cómicos.
Aunque la tónica general es la de un ritmo con escasos altibajos, y eso sí, secundarios que son casi más un adorno que elementos propios de la película, no porque no tengan importancia en la trama (aquí entran sujetos como Robert De Niro o Bradley Cooper) sino porque la película ha sido construida para que el elemento que deslumbre (y realmente lo hace) sea Joy, interpretada por Natalia Verbeke Jennifer Lawrence.
Todo esto la convierte en una película agradable y convincente, pero da la sensación de que se podría haber sacado más de ella y que se esfuerza demasiado en lo dicho anteriormente, presumir de protagonista.
Pero cuidado, porque el resultado realmente no está mal.
En una frase: si gustas de historias en las que el protagonista sufre mientras tú estás comiendo palomitas sin importar las calorías, adelante. Pero él saldrá mejor parado que tú, al menos en el tema calórico.