Revista Política

Juan Carlos I el Desleal y su corte de mamonas

Publicado el 05 marzo 2013 por Peterpank @castguer

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El “rey” Juan Carlos I, también conocido como el Felón, es un corrupto que nos ha vendido al integrismo. Bueno, esto muchos ya lo sabían,¿no?, como también saben que su instrumento de negocio personal es la valija diplomática a través de la cual ha trapicheado a lo largo y ancho de esté mundo.

Por su parte, La Corinna es la amante que quería ser reina y que entre otras cosas se dedicaba a recoger las comisiones del Borbón Felón a Kuwait, Qatar y Arabia Saudí.

Este sujeto es el jefe de la casta parasitaria que a y está asolando este país. Se lo montó mediante la compra abrumadora de voluntades y estómagos agradecidos deseosos de continuar en el poder, y por tanto es el mayor corrupto de la nación. La putrefacción en las sociedades empieza, como en los peces, por la cabeza. Corrupción de un jefe de estado perpetrada al servicio de las petromonarquías integristas y especialmente de Riad y La Meca.

Juan Carlos es la estricta indignidad nacional, el mal con ausencia de todo bien, capaces de soportar el escrutinio de la opinión pública, de la verdad sin tapujos. Abrir la veda es abrir una senda por la que luego otros transitan, con los riesgos que ello conlleva. Es el problema de los pioneros o de los atalayaderos, como se decía en los tiempos medios. La respuesta de los medios ha sido una espesa censura lacaya cuyo valor a presentar a su amo y señor es haber conseguido inutilizar las mentes de millones de personas.

Durante cuarenta años no han informado de nada que pudiera perjudicar a Carlitos y sus mariachis, posibilitando así el mantenimiento de la infinidad de privilegios de toda una casta de políticos, banqueros, empresarios del pelotazo y la comisión, periodistas cortesanos y sus aguerridas parientas que se han enbolsao la pasta a manos llenas y lo siguen haciendo.

La Presan ha ocultado la realidad, han mentido. Los medios de comunicación españoles han engañado literalmente a la sociedad española llegando a la impostura de presentar a “la familia real” como ejemplar. El fundamento de tanta mentira y ocultación ha sido sostener al cabeza de un régimen político corrupto basado en el expolio y la prebenda: el Felón. Todo el expolio de las preferentes, todas las burbujas de la corrupción, todo el hundimiento de las clases medias a manos de una jauría de depredadores codiciosos se fundamenta en el falaz prestigio de la monarquía, en la mitología servil hacia un Borbón que ha sido un desastre sin paliativos para España, de una frivolidad exasperante y de un aventurerismo irresponsable y enervante.

Ahora, abierta la veda, con el elogiable celo de honradez de un juez casi anónimo, José Castro, con el caso Urdangarín, andan todos echando carreras mareados como patos, desde los lacayos de argumentario hasta las marujonas del corazones, sin atreverse, con todo, a entrar al fondo en la cuestión.

Carlitos lleva toda nuestra puta vida cobrando comisiones de cada barril de petróleo que viene de las petromonarquías( no vamos a hablar del robo de cuadros a ciertos nobles). Esa fue una decisión que se adoptó el mismo día de la sesión de las Cortes y que trama en el despacho de José María de Areilza, en la Plaza de la Lealtad, número 2, por una veintena de patricios monárquicos, que deciden que Juan Carlos debe tener una importante fortuna para que esté tranquilo y que lo deben pagar los contribuyentes. A esa reunión asistió Manuel Prado y Colón de Carvajal que fue durante décadas el hombre del maletín y la carabina del adicto al sexo Juan Carlos, al que pilló Sofía en 1975 folgando con Sara Montiel. Los españoles llevamos pagando más cara la gasolina para hacer más rico al avaricioso Borbón.

Corinna lo que ha hecho ha sido ocupar la función de Sara Montiel, la de Sofía de Grecia y la de Manuel Prado y Colón de Carvajal. Y ahora, tras tanto trajín, y tanto Botswana (cacería que pagaron los saudíes, un empresario egipcio a sueldo de Riad) anda despechada. Normal, ni tener las joyas de Victoria Eugenia le consuela, ni el collar de esmeraldas de la colección de Liz Taylor, regalos del Borbón, “tuyo siempre”. Cuando Corinna, la princesa de pacotilla y divorcio, se entrevista con el príncipe saudí Al Waleed bien Talal, de la Kingdom Holding Company, en calidad de “representante del Jefe del Estado español” y como tal se la agasaja en una recepción en su honor en el Kingdom Resort –como se indicó en nota oficial del emporio saudí- perpetra una clara asunción de funciones impropias, pero el principal culpable es su amante zarzuelero. Y a lo que realmente fue es a velar por los negocios corruptos de Juan Carlos, que es, según la revista Forbes, la cuarta fortuna de España.

Está publicada por el jefe del gabinete del sha de Persia la carta de Juan Carlos en la que le pide diez millones de dólares y está el caso Kio en el que, sobre la sangre de los soldados, Manuel Prado y Colón de Carvajal y su señorito, le habían estafado a la familia Al Sabah la cifra de 55.000 millones de pesetas.

A lo que se ha dedicado La Corinna es al mantenimiento de  la corrupción, al tiempo que al barraganeo. Menos rollos, lacayos, y menos ínfulas de la trepa sobre servicios gratis a España. No es la primera. Hay una larga lista de corruptos en el círculo de Juan Carlos: el citado Manuel Prado y Colón de Carvajal, Javier de la Rosa, el príncipe (de pacotilla) georgiano Zourab Tchokotua, Kasoghi, Mario Conde, que fue el banquero del monarca y tiene los documentos a buen recaudo pero no se atreve a cumplir con su obligación moral, los estafadores indultados Alberto Cortina y Alberto Alcocer –el encargado de despachar a Corinna fuera de la frontera, a la casa en Mónaco que por seis millones de euros le puso el Borbón-, Gerardo Díaz Ferrán, Arturo Fernández… No hay nadie honrado entre los amigos del felón, porque también, al parecer, a los corruptos, añadiendo a la Iglesia de dios, dios les cría y ellos se juntan.

Y claro está, si el rey es un corrupto, todo el sistema se corrompe y todos se creen  investidos de la misma inviolabilidad del monarca porque para eso está el principio de igualdad. Y a imagen y semejanza del monarca, todos los políticos españoles se pretenden vitalicios, colocan a su familia y transmiten sus cargos a sus hijos. Pero esto ha pasado siempre,¿no?.

Por supuesto, es obvio, cualquiera lo puede entender, que si Juan Carlos no le hubiera abierto las puertas a Urdangarín no le hubiera recibido ni Francisco Camps, ni Jaume Matas, ni Alberto Ruiz Gallardón, ni Esteban González Pons, ni Rita Barberá, porque todos los generosos donantes del dinero del contribuyente eran -¡Oh! Casualidad- eran del PP, que en materia de corrupción es el mayor grupo de familias mafiosas de la historia de España y que en el abyecto “y tú más” queda muy mal parado, porque es incluso más corrupto, mucho más corrupto que el PSOE (Bárcenas ha robado mucho más que Luis Roldán).

Sólo un apunte más sobre esta materia: además de corrupto, Juan Carlos es un tacaño, porque podía dar algo de su inmensa fortuna a sus hijas, en vez de estar regalando joyas multimillonarias a su amante daneso-germana, en vez de enseñar a su yerno a vivir corruptamente del contribuyente.

Y ahora ni le paga la fianza, ni la hipoteca, sin piedad ni para su hija, ni para sus nietos. Aquí no se tiene piedad con el español indefenso: Corinna vivía en El Pardo en la Colonia Mingorrubio en un pabellón o chalet de la Guardia Real. Es decir, en propiedades del Estado, con cargo al contribuyente, con escolta y protección de los servicios del Estado, y que el mamporrero CNI se ha dedicado durante años a tener siempre un chalet como picadero para el Borbón donde consumaba si es que podía consumar. Esto cuesta dinero señores, ha costado y sigue costando muy caro a los españoles que pagan  en sufrimiento, miseria y hambre.

Se montaron las autonomías para que hubiera puestos para todos los políticos profesionales. Se ha convertido el periodismo en una cloaca, en un juguete roto. Pero mucho más grave: Arabia Saudí no es ninguna broma para España. Arabia Saudí es la financiadora del wahabismo y mantiene un criterio imperial del islamismo que amenaza a España, denominada Al Andalus, y que el jefe del Estado esté a sueldo de los saudíes es gravísimo. Ya está bien de decir eso de que tenemos el mejor embajador español: si sólo viaja de Marruecos a Suiza, y a Qatar, a Kuwait y a Arabia Saudí con el cazo puesto.

Un detalle histórico: Juan Carlos acudió presto, el 21 de septiembre de 1992, a inaugurar la mezquita de la M-30, que se financió (2.000 millones de pesetas) y se financia con dinero saudí, y donde tuvieron su iniciación los terroristas wahabistas de la terrible masacre de Atocha el 11 de marzo de 2004. Y el wahabismo campa por sus respetos en una España que se islamiza a golpe de talonario hispano-saudí.

El sistema pivota sobre esta monarquía corrupta y corruptora y ambas tienen tan ligada su suerte, que el sistema caerá cuando la monarquía caiga, más pronto que tarde, y como Juan Carlos ya no da una –nunca la ha dado, pero antes no era público- y tiene menos credibilidad que Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal y Luis Bárcenas juntos, ahora andan con lo de la abdicación y lo bueno que es Felipe, que es un pavón, y saldrá mal, muy mal si lo intentan. Juan Carlos ha sido siempre un traidor: empezando por su padre, Don Juan, al que ninguneó y dejó en la estacada suplantándole, a Franco, a Adolfo Suárez, a los españoles, a Sofía de Grecia, por supuesto y con compulsión. La monarquía jamás fue votada, se coló de rondón en el paquete de la Constitución, que no se sometió ni a referendum sino que se plebiscitó. En un referéndum hay opciones, en un plebiscito, sólo hay una. Y resulta que esta monarquía, por edad, la mayoría de los españoles ni la han refrendado ni la han plebiscitado y proceder a la sucesión es un trágala que carece de legitimidad y no tiene otra finalidad que mantener a la casta parasitaria y por eso quieren que abdique cuanto antes, porque esto se cae; se está cayendo sobre los españoles y se va a caer sobre ellos, porque la paciencia está agotada y está costando salir del aborregamiento de cuatro décadas, pero se saldrá. Así que es obligado un referéndum con dos opciones: monarquía o república, cuanto menos.

Sobre un texto de Enrique de Diego


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