Los ciudadanos de Islandia, indignados contra su gobierno y en abierta rebeldía cívica, juzgarán el martes, día 7 de junio, al ex primer ministro Geir Haarde, destituido por sus ciudadanos y acusado de "negligencia" ante la crisis económica, que estuvo a punto de hundir al país.
El político, el primero en ser juzgado en el mundo por la forma en que se enfrentó a la crisis económica, declara que no es culpable y que el juicio es una venganza del pueblo, pero reconoce que debió vigilar mejor a los banqueros de su país.
Muchos consideran ejemplar la actitud de los ciudadanos de Islandia, que se rebelaron contra su gobierno y lo echaron del poder por los errores que cometió al gestionar la actual crisis. La "revolución" islandesa ha conmocionado el mundo político internacional, pero está siendo silenciada cuidadosamente por los grandes medios de comunicación, tal vez para que el ejemplo no cunda y la repulsa y el castigo ciudadano a sus dirigentes se extiendan como un reguero de pólvora por el planeta.
Si en paises como España, donde la calidad de la democracia es escasa y la corrupción y la ineficacia minan al sector público, tuviéramos que juzgar a nuestros políticos "negligentes", habría tantos reos que tendrían que habilitar instalaciones como palacios de deportes y perreras municipales como cárceles improvisadas.
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