Katharine Hepburn me ha parecido siempre una revolucionaria del mundo de la moda por su negativa al uso de la falda en favor del pantalón, en una época en la que las mujeres debían seguir unos cánones bastante estrictos en cuanto a vestuario y comportamiento. Se la considera una de las pioneras del estilo tomboy.
Pero la ropa no era sino la manera más directa que tenía la actriz para expresar su personalidad liberal, que algunos llegaron a confundir con libertina. Su melena pelirroja era otro claro símbolo de su ardiente y pasional forma de ser y actuar.
Para mi Katharine Hepburn es, además de un icono de estilo, una de mis actrices preferidas, pues adoro el cine clásico. Es por eso que cuando hice la sesión fotográfica con Sara Fermé opté por un estilo muy masculino y andrógino.
Si tenéis la suerte de visitar Nueva York este mes o antes del 12 de enero, pasaros a ver "Katharine Hepburn, Dressed for Stage and Screen" en el Lincoln Center.
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