Revista En Femenino

Kurdistán iraquí: Las niñas y las mujeres sufren las consecuencias de la mutilación genital femenina

Publicado el 19 junio 2010 por Daniela @lasdiosas
Kurdistán iraquí: Las niñas y las mujeres sufren las consecuencias de la mutilación genital femeninaUn día, cuando Dashty (derecha) tenía 12 años, su madre le dijo que esperara compañía. Pensando que llegarían amigos, ella se sorprendió cuando vio a una comadrona, a quien reconoció, entrar a su casa. Después de que Dashty se resistió, su madre la golpeó mientras la otra mujer la sujetaba. Dashty dijo que la operación fue muy traumática y que pasó 20 días recuperándose en cama. "Nunca olvidaré ese día", afirmó Dashty, de 32 años, quien vive cerca de su hermana Sara (izquierda), de 30 años, en el pueblo Meer Ghasem. "Desde ese día, mi personalidad ha cambiado y estoy deprimida. ... He perdido mi amor por este mundo por lo que pasó a manos de gente en quien confiaba. "Cuando Sara tenía 11 años, su madre, tía y una prima la llevaron a casa de su vecino. Cuando llegó, reconoció a la comadrona y, sin éxito, trató de escapar. Estuvo inmóvil durante tres días después de la circuncisión.
Las niñas son detenidas por la fuerza y sus piernas son separadas. La comadrona les cortan el clítoris con una navaja de afeitar, que a menudo está sucia y sin esterilizar.
Después del procedimiento, la comadrona cubre la herida abierta con xola kawa (cenizas) de tanoor. Las justificaciones que las mujeres dan para continuar con la mutilación genital femenina (MGF) están vinculadas a la cultura y la religión. Por generaciones se ha hecho creer a las niñas y las mujeres que todo lo que toquen, los alimentos o el agua, estará sucio hasta que pasen por este procedimiento de "purificación".
  • Exposición: Fotogalería
Fuente: © 2009 Samer Muscati/Human Rights Watch

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