Kyoto; el Palacio Imperial

Otra de las visitas obligadas en Kyoto. A diferencia del Palacio Imperial de Tokio, es posible visitar el Palacio Imperial en Kyoto todo el año a excepción de domingos y fiestas. Aunque realmente lo que se visita es el recinto interior, el exterior de sus numerosos edificios, templos sintoístas y casas de te y sus jardines, pero al menos suficiente para que pudiéramos hacernos una ligera idea de cómo vivían los emperadores en tiempos pasados. Para poder acceder a uno de los grupos organizados tuvimos que registrarnos con nuestro pasaporte en la Agencia de la Casa Imperial y rellenar y firmar unos formularios que nos dio derecho a entrar al Palacio Imperial. A finales de febrero no suele haber problemas pero en la temporada alta de turismo es absolutamente recomendable reservar cita con antelación a través de internet.

El Palacio Imperial ha sufrido numerosos incidentes a lo largo de su historia, sobre todo incendios, que destruyeron muchas de sus edificaciones. De hecho los edificios actuales datan de mediados del siglo XIX, justo unos pocos años antes de trasladar definitivamente la residencia de los emperadores a Tokio.


Durante el recorrido por el recinto del Palacio Imperial algunos edificios tenían las puertas abiertas para que pudiéramos observar los delicados dibujos que ornamentan las paredes y puertas interiores. Estas pinturas recogen diversos motivos de la vida en Japón, de la vegetación, de los animales más representativos de país o de escenas cotidianas como la ceremonia del té. Animales tales como tigres, garzas o grullas, o los cerezos en plena floración. Y por supuesto los suelos cubiertos de los cálidos tatami.


Al llegar al recinto central vimos como éste, con columnas pintadas en un vivo rojo bermellón, guardaba celosamente el edificio principal y la residencia de los emperadores del Japón. Aquí ni si quiera se podía acceder al exterior de la edificación y nos tuvimos que conformar con verlo a través de una de las puertas de acceso. No lo había mencionado antes pero, para que nadie se despiste o se pierda por el recinto, cerrando el grupo de visita en inglés nos acompañaba una pareja de policías que se encargaba de indicarnos cuando se había acabado el tiempo para fotografiar.

Todo el recinto del Palacio Imperial se encuentra aislado de la ciudad por altos muros. El acceso abierto al público está situado por la puerta del lado oeste del recinto amurallado, y el edificio de la Agencia de la Casa Imperial también se encuentra muy cerca de dicha puerta. Pero en la muralla existen otras puertas más bellas con su tejado grueso de paja, robustas puertas de madera tallada y finos trabajos de orfebrería. La puerta principal está situada en el lado sur del recinto del palacio y se cree que se abría en ocasiones especiales para agasajar a invitados importantes del emperador.


Una de las partes más interesantes de la visita que hicimos al recinto del Palacio Imperial de Kyoto fueron los jardines. Un pequeño estanque preside los Jardines Oikeniwa junto a un precioso puente de piedra que salva dicho estanque para acceder al otro extremo del jardín. En estos jardines abundaba la vegetación frondosa salpicada con algún que otro cerezo que despertaba del largo letargo invernal.


El Sentò Imperial Palace es junto al Palacio Imperial uno de los edificios más importantes de todo el recinto imperial, y existen otros más pequeños salpicados por el recinto dedicados a santuarios sintoístas. Al Sentò Palace es posible acercarse pero sigue vetada su visita interior. Un precioso edificio situado junto a los Jardines Oikeniwa cuyo objeto fue servir de residencia a los ex-emperadores. A mediados del siglo XIX casi todos los edificios del complejo Sentò fueron destruidos por incendios y jamás se volvieron a  reconstruir. 


Otro bello emplazamiento dentro del Palacio Imperial son los Jardines tradicionales Gonaitei, de inspiración japonesa y también con un pequeño estanque. No me deja de sorprender la delicadeza y el empeño que ponen los japoneses en todo, incluido el cuidado diseño de los jardines tradicionales. 


Maravillosos detalles adornan los edificios del Palacio


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