Revista Viajes

Kyoto; el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion

Por Nacho22 @nuestromundovia
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
La puerta de entrada al Santuario de Yasaka-Jinja, en un vistoso color bermellón, nos recibió a los pies del tradicional barrio de Gion. Aquella soleada tarde habíamos decidido darnos un vuelta por este maravilloso barrio, y no sería la única vez, ya que al visitar primero el Santuario y el Parque Marauyama, al final se nos echó demasiado pronto la noche mientras caminábamos por las estrechas calles de Gion. Nada más acceder al Santuario de Ysaka-Jinja nos recibieron unos oportunos puestos de comida callejera que decidimos aprovechar. Desde el puesto de crepes rellenas y enrolladas sobre palillos a unos deliciosos palos de cangrejo asados sobre una parrilla, todo delicioso. Por cierto, el acceso al templo es gratuito. 
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
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Este santuario es muy popular entre los kiotenses y turistas debido en parte a su céntrica situación en el barrio más visitado de todo Kyoto. Su construcción data del siglo IX y en uno de los edificios principales cuelgan multitud de farolillos con el nombre de empresas de la ciudad inscrito en las mismas. Este acto y los aportes económicos al templo en forma de donaciones aseguran prosperidad para los negocios según creencia niponas.
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
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Dentro del recinto del santuario sintoísta de Yasaka-Jinja es habitual ver grupos de jóvenes adolescentes vistiendo las ropas tradicionales que previamente han alquilado en los numerosos negocios que se dedican a ello en Gion. El salón de oración principal decorado y pintado en un llamativo rojo congrega a gran número de creyentes ejerciendo su fe. Como en todos los demás hay que llamar la atención de los dioses haciendo sonar la campana.
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
Una vez acabada la visita del Santuario de Yasaka.Jinja conviene pasear por el precioso Parque Marauyama anexo al santuario. Este es un lugar para contemplar la naturaleza que nos rodea y disfrutar de la paz espiritual que suelen aportar los jardines japoneses. Aquí los grupos de chicas ataviadas con sus colorido quimonos lucían aún más si cabe su belleza. Nosotros recomendamos perderse un par de horas por el Parque Marauyama, disfrutar de sus estanques, sus arroyos, las frondosas arboledas y sentarse a escuchar a los habituales músicos callejeros que ofrecen maravillosos conciertos de música tradicional. Además se trata del parque más antiguo de Kyoto y el de mayor tamaño de carácter público.
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
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Dentro del parque hay erigida una gran escultura que rinde tributo y recuerdo a dos samurai que fueron asesinados en el siglo XIX por oponerse al gobierno feudal. Ellos luchaban por lograr una sociedad más igualitaria y hoy son honrados por la población como mártires.
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A las calles de Gion le queríamos dedicar más tiempo en días sucesivos -como así hicimos- pero no podíamos dejar de dar un pequeño paseo por ellas teniéndolas tan cerca. Gion forma parte del extenso barrio de Higashiyama situado al este de la ciudad de Kyoto y fue creado en la edad media para dar cobijo y alojamiento a los peregrinos que llegaban hasta los templos de la zona, especialmente al Yasaka.
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
Kyoto;   el Santuario Yasaka-Jinja, el Parque Marauyama y un pequeño paseo por Gion
En sus calles empedradas los edificios medievales se suceden alternando con pequeños jardines interiores, preciosas joyas escondidas a las que es posible acceder gracias a que algunas de esas edificaciones con jardín se dedican a restaurantes o comercios de ropa. La gran mayoría de las casas de Gion se conservan en perfecto estado y han resistido el paso del tiempo casi sin inmutarse. Al caer la noche esta parte de la ciudad va cayendo en el olvido por parte de los numerosos turistas que prefieren ir regresando hasta la zona del río Kamo en busca, quizás, de toparse con alguna maiko de verdad.
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La Pagoda Yasaka es una pagoda de cinco plantas de altura que en su día perteneció a un templo ya desaparecido. Es fácil toparse con ella ya que se encuentra a poco distancia del Parque Marauyama. Es posible visitar su interior previo pago. A esas alturas de la tarde ya se encontraba cerrada.
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Ya con la noche echada sobre la ciudad de Kyoto, decimos cruzar el río Kamo e ir a conocer una de las calles más conocidas de Kyoto. La calle Pontocho discurre paralela al río Kamo. Estrecha y con numerosos callejones está llena de restaurantes y aún conserva unas pocas casas de te por lo que es posible toparse con alguna geisha o más probablemente alguna maiko. Pasear entre esas antiguas edificaciones es un placer y una delicia. Nosotros tuvimos la suerte de toparnos de bruces con un grupo de tres maikos, pero como estábamos metidos de lleno en la vorágine de buscar un bonito restaurante para cenar, teníamos las cámaras de fotos guardadas en la mochila. 
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Pontocho no es precisamente un lugar económico y asequible para cenar. Muchos de sus restaurantes presumen de su cuidada oferta gastronómica y de unos precios que claramente no estábamos dispuestos a pagar. Afortunadamente había un coqueto restaurante, el Mimasu-ya, cuya carta ofrecía platos apetecibles a un precio razonablemente moderado, y con el respaldo positivo de muchas opiniones de sus clientes en tripadvisor. Un sabroso atún en teriyaki, un salmón braseado y un bol de verduras, carne y pasta que nos dejó muy buen sabor de boca y la cartera bastante más ligera. Ya había dicho que cenar en la calle Pontocho no es barato.
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