La acidez de ciertos tumores frena el efecto de las terapias

La cloroquina, un medicamento contra la malaria ampliamente utilizado, se encuentra actualmente bajo investigación en ensayos clínicos con pacientes con cáncer. Es la capacidad de la cloroquina para inhibir la autofagia en las células tumorales lo que ha despertado el interés de los investigadores. La autofagia es un proceso por el cual las células homeostáticas devoran partes de sí mismas, de modo que orgánulos dañadas o innecesarios y proteínas tóxicas se descomponen y se reciclan. Ante la falta de nutrientes, las células recurren a la autofagia para sobrevivir. De esta manera, la autofagia ayuda a las células cancerosas a sobrevivir en regiones tumorales que son pobres en nutrientes y que se caracterizan por bajos niveles de oxígeno y pH ácido. Además, las células tumorales utilizan la autofagia para protegerse de las muchas formas de terapias contra el cáncer, incluyendo la quimioterapia.

Varios estudios han demostrado que la inhibición de la autofagia a menudo aumenta la quimiosensibilidad y la radiosensibilidad en células tumorales. La cloroquina se combina con el tratamiento del cáncer existente y es por lo tanto considerado como una estrategia prometedora. Sin embargo, en algunos modelos de cáncer, la cloroquina parece ser incapaz de bloquear la autofagia, pero los mecanismos subyacentes aún no han sido identificados.

En el presente estudio, los científicos estudiaron el efecto de la cloroquina en diferentes células cancerosas que o bien no fueron cultivadas en pH ácido por un corto tiempo o se adaptaron a la acidosis crónica. Los investigadores también estudiaron el efecto en tumores desarrollados en ratones.

“Hemos descubierto que una de las principales consecuencias de la alteración del metabolismo de las células tumorales, la acidificación del tejido, es responsable de la falta de actividad de la cloroquina para luchar contra la autofagia. Los resultados sugieren que la cloroquina puede carecer de eficacia en pacientes cuyos tumores se caracterizan por regiones ácidas,” dice Angelo De Milito, del Departamento de Oncología-Patología del Instituto Karolinska, e investigador principal del estudio.

En el contexto de terapia contra el cáncer, el hallazgo podría ser de importancia para la traducción de descubrimientos preclínicos para la práctica clínica en los pacientes. La investigación fue financiada por la Asociación para la Investigación Internacional del Cáncer, la Sociedad de Cáncer de Suecia, la Fundación Sigurd y Elsa Goljes.