Revista Viajes
Por José Manuel Beltrán.
Si deseas olvidarte del mundo,
zambullirte en el silencio, nadar en la tranquilidad de un espacio virgen, si
buscas la paz… no hay duda, la estancia en La Almendra y el Gitano es
obligatoria. Su lema: el culto al silencio.
Hace ya unos cuantos años que Ángel Vivas, su propietario,
decidió dejar su trabajo en Madrid. El mundo de las finanzas, inversiones,
asesoramiento… provoca una adicción al estrés que se complementa con la de una
gran urbe. Su contrapunto lo encontró en Agua Amarga, en Níjar, provincia de
Almería y en uno de sus mejores parajes: el Parque Natural del Cabo de Gata.
Hoy hacemos parada y fonda en un establecimiento de esos
que se denominan “con encanto”. Un encanto que comienza por su entorno, se
transmite a su edificación en medio del desierto, a sus vistas hacia el
horizonte de unas “montañas rechonchas” como las denomina Ángel, a la ausencia
de carreteras y de otros edificios. Un encanto propiciado por el trato familiar
y personalizado de sus propietarios, y en donde todo, todo, tiene su nombre,
incluso el anciano algarrobo “Don Manuel”.
Catalogada como casa rural de categoría superior y situada
en lo alto de un pequeño cerro, el complejo se desarrolla sobre distintos
balates (alturas). Así llegamos a la plaza, con su fuente incluida y protegida
por palmeras, a la piscina, rodeada de vegetación y aislada de las
habitaciones, o al aljibe, herencia de la cultura árabe y visible desde el
salón-comedor, estancia esta que puede ser compartida por todos los
huéspedes.
La Almendra y el Gitano
dispone de tan solo seis habitaciones, tres dobles y tres suites de total
independencia y todas exteriores. Cada una tiene su propia terraza individual
donde deleitarse con sus vistas. En la suite de “el Gitano”, la preferida por
su propietario, dispone de jacuzzi dentro de la habitación con un gran
ventanal.
Priman los pequeños detalles de todas las habitaciones con
una decoración austera, moderna y que encaja perfectamente con todo el entorno.
Otro de los aspectos más importantes, y que el huésped
siempre agradece, es el trato personalizado y familiar con el que te reciben y
te atienden. Llegado un momento –generalmente en las horas de la siesta- no
podrás hacer tu checking; bien
sencillo, el propietario y los huéspedes estarán descansando. Tú eres el dueño
del complejo, toma algo en el Bar-Self Service 24h., anótalo tu mismo pero, por
favor, respeta el culto al silencio.
Ofrece servicios complementarios como masajes, que se
pueden dar dentro de la habitación o, si hace buen tiempo, en la propia terraza
particular; cenas, bajo petición; organización de paseos a caballo, mountain
bike, rutas de senderismo, visita a las calas en barco o velero, etc…
A escasos cinco kilómetros se encuentra la localidad de
Agua Amarga donde podrás deleitarte con una buena cena, cocina de autor, por ejemplo en La Villa, y que será objeto de un nuevo artículo; además en el entorno
del Parque Natural del Cabo de Gata, podrás descubrir y disfrutar de calas casi vírgenes y aisladas, como
la de “En medio”, la de “el Plomo”, la de “las Negras” o la cala de “San
Pedro”; zonas donde los "turistas" no llegan y donde la paz y la relajación se mezclan con las olas y el silencio.
“La Almendra y el gitano un día se conocieron, un
día, un mes y un año…”, lo que en su día fue el comienzo de una poesía personal
de Ángel Vivas, hoy es un sueño hecho realidad, en el que hemos efectuado
parada y fonda y que por supuesto te recomendamos. Ciudadano, con mucha salud,
disfruta del culto al silencio.
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Otros artículos relacionados:
Turismo naturista. Vera. Almería.
Página web de La Almendra y el Gitano. www.laalmendrayelgitano.com
Fotografías: Marcos Beltrán González.