Revista Opinión

La alternativa del laicismo

Publicado el 23 mayo 2015 por Habitalia
Christian Gadea Saguier/Blog Los Arquitectos
Cuando me enteré que Adriana, una hermana del Derecho Humano, pasó cuatro años de su vida dentro del Opus Dei encontré en ella la personificación de la actitud laicista: la elaboración personal de una concepción de vida que se basa en la experiencia humana, con exclusión de toda referencia confesional, dogmática o sobrenatural, que implica la adhesión a los valores del libre examen, de emancipación respecto a toda forma de acontecimientos y a los imperativos de ciudadanía y justicia.

En varias ocasiones, sea en el salón de los Pasos Perdidos o durante un ágape fraternal, conversábamos sobre la posibilidad de una experiencia espiritual ajena a la religión, lo que la hermana no comprendía cómo podría ser posible, puesto que antes de sumar había aprendido a rezar. Hoy ella constituye el paradigma del laicismo filosófico, tema del que esta semana nos vino a hablar Ariane Hassid, presidenta de Bruselas Laica.

En la actualidad la hermana es una de las más críticas a la hora de abordar los temas filosóficos de la Masonería y su actitud es contagiada a los demás hermanos que como capullos en primavera se encuentran abriendo de sus convicciones dogmáticas. Justamente sobre este tipo de doctrina nos expuso Ariane en dos presentaciones realizadas en universidades de Paraguay. Los objetivos operacionales de Bruselas Laica, según manifestó, consisten en: promover el espíritu crítico y la libertad de pensamiento; favorecer la expresión de los recursos y capacidades individuales; apoyar y desarrollar iniciativas de emancipación de los individuos y de igualdad de oportunidades.

Implementar estas medidas en nuestra región será la mejor manera de combatir la nueva contrarreforma Católica en particular y dogmática en general, ya que nosotros los ciudadanos latinoamericanos apegados a la tolerancia y al progreso social debemos sostener esfuerzos para disponer de estructuras estatales laicas que garanticen libertad y verdadera democracia. Este propósito es el desafío que nos dejó Ariane ante la actualidad que nos aporta pruebas sobre los efectos dañinos de quienes, al basarse en sus dogmas pretenden mantener a la ciudadanía ajena al espíritu crítico y semejante a la obediencia de una oveja.

En particular, según su presidenta, Bruselas Laica define su acción como un trabajo didáctico y social de desarrollo del laicismo como alternativa humanista, social y cultural. En este sentido, aspira a ser herramienta de aprendizaje de la vida en sociedad y de sus exigencias; de la democracia participativa y de la cultura. Para su desarrollo cuenta con una financiación del estado belga, que reparte unos cien millones de Euros anuales al financiamiento de los seis cultos reconocidos y de las organizaciones filosóficas no confesionales. Esta subvención les permite un trabajo profesional que se suma al voluntario de sus miembros.

Personalmente me encuentro organizando el Movimiento Laicista del Paraguay que pretende implementar estas ideas a modo de paliar el subdesarrollo mental de los ciudadanos producto del dogma y la ignorancia. Interesante sería conocer que trabajos se realizan en tu nación para así soñar con la creación de una federación humanista de Latinoamérica, porque no.

Se entiende el desarrollo del laicismo en Bélgica al ser fruto de una lenta evolución histórica desde su independencia, en 1830, a su Constitución de 2002 donde se establece el principio de reconocimiento de las concepciones filosóficas no confesionales, de la misma manera que los cultos y del principio de subvención ya mencionado; sin embargo, su desafío, según Ariane, es lograr una referencia explícita al laicismo de Estado entendida en la voluntad de construir una sociedad progresista y fraternal, dotada de instituciones públicas imparciales, garante de la dignidad de la persona y de los derechos humanos, garantizando a cada uno la libertad de pensamiento y expresión, así como la igualdad ante la ley sin distinción de sexo, origen, cultura o convicción y considerando que las opciones confesionales o no confesionales sean relevantes exclusivamente en la esfera privada de las personas.

A estas dos concepciones del laicismo, como principio jurídico y método filosófico, es indispensable sumar el modo de vida laicista: una experiencia que permite la convivencia de toda la ciudadanía.

Adriana aún continúa en su proceso de emancipación y constantemente dialogamos en torno al desarrollo del espíritu humano por más que su sentido sea tan antiguo como el hombre mismo. Ariane volvió a Bruselas y al conocer nuestra realidad, renovó sus votos por la militancia laicista. Y tú, ¿dónde estás? Yo armando el Movimiento Laicista del Paraguay.


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