Revista Cultura y Ocio

La autoeducación

Publicado el 06 octubre 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Los niños son como esponjas. Aprenden rápido y casi sin esfuerzo, en comparación con un adulto, lo malo es que los niños carecen de conocimientos, por lo que es un adulto el que tiene que enseñarles, y aquí comienzan los problemas.

Gran parte de los problemas de la educación comienzan por una mala comunicación entre el profesor y el alumno. Hablan idiomas distintos y no se interesan mutuamente. A menudo el profesor es incapaz de motivar al alumno para que aprenda por gusto y es necesario imponer medidas, ya sean premios o castigos, para motivarlo.

Yo me pregunto si sería posible que un niño aprendiera por propia voluntad, sin que fueran necesarias esas medidas de premios y castigos. Me parece que la clave es hablar el mismo idioma que los niños, y creo que eso es algo que solamente los dibujos animados consiguen. A menudo veo a niños revoltosos, que no paran ni un segundo sentarse y quedarse inmóviles en cuanto empiezan sus dibujos preferidos. Por supuesto hay dibujos animados para todos los gustos, pero los mejores son aquellos que tienen un componente pedagógico, que enseñan algo al niño, y el niño aprende, y se divierte.

Lo malo es que los videos son un sistema unidireccional, el niño no puede plantear dudas ni puede resolver un problema por si mismo, simplemente aprende lo que escucha y ve. Puede aprender cosas muy importantes a través de este sistema, pero no podrá por ejemplo aprender operaciones matemáticas o caligrafía.

En cambio me pregunto que ocurriría con un videojuego didáctico que tuviese el mismo atractivo para los niños que tienen los dibujos animados. Si la historia les enganchara lo suficiente podrían solventar cualquier problema que les planteara el juego con tal de que avanzara la historia, es más, si el problema tiene relación con la historia en cuestión disfrutarían resolviéndolo. En este contexto no sería difícil que un niño aprendiera a sumar y a restar por si solo, pues al fin y al cabo, hoy en día el problema no es el acceso a la información, si no la motivación para encontrarla.

Este sistema tiene grandes problemas a superar, para empezar el difícil equilibrio de plantear retos sin abrumar al niño, o el hecho de que aunque la información esta siempre disponible, no siempre está orientada a los niños y les es difícil entenderla. En cualquier caso, suponiendo que todos esos retos se superasen un sistema de este tipo tampoco podría sustituir al colegio, en primer lugar por la importancia fundamental que tiene en la educación la relación de unos niños con otros, y con adultos que no son de su familia, pero sería interesante, quizás un sueño ver niños que se formen opiniones, que adquieran habilidades por si mismos, que estén lo bastante motivados como para buscar información sobre un tema que les interese, porque al fin y al cabo, la gran ventaja de esos niños sería que podrán aprender sobre lo que para ellos tenga importancia, sea lo que sea, a diferencia de los niños de hoy en día, que solo pueden aprender aquello que alguien decide.

Unos niños educados de esa manera tendrían la que probablemente sea la mayor ventaja de todas, que es poder elegir.

Silvestre Santé


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