Revista Diario

La autoestima de nuestros hijos

Por Belen
A principios de verano acudí a un taller impartido por una psicóloga muy cercana a la maternidad y al mundo infantil. El taller trataba de Cómo fomentar la autoestima de nuestros hijos. Dicho así puede resultar chocante, ya que muchos podemos pensar que si guiamos a nuestros pequeños ya estamos trabajando su autoestima. Otros, tristemente, ni se han parado a pensar en ello.
La autoestima de los más pequeños es parte importante del desarrollo psicoafectivo, un pilar básico que debemos trabajar y reforzar para que logren desplegar su aprendizaje emocional de un modo sano y completo.
Este tipo de charlas y encuentros no suelen contar nada que la mayoría de padres y madres no sepamos. Pero o bien porque no le damos importancia, bien por las prisas que la sociedad nos impone, bien porque hacemos oídos sordos a nuestros instintos, no le prestamos la atención que debiéramos.
La sociedad que nos toca delimita mucho la autoestima no solo de los niños sino también de los adultos. Nos enseñan que debemos educar a nuestros hijos en base a unas expectativas muy altas. Ya antes de nacer soñamos con su aspecto físico, "esperamos" que sean físicamente de determinada manera, que les gusten determinadas cosas, se comporten como esperamos. Por un lado es inevitable, pero por otro y sin querer, ponemos el listón muy alto a nuestros hijos.
Voy a centrarme en algunos puntos que vimos en el taller que me parecen muy interesantes:
- Dejemos que hagan cosas por sí mismos. Mediante ejemplos muy sencillos nos hizo ver lo controladores que podemos llegar a ser los padres. Podéis hacerlo en casa para experimentar lo que se llega a sentir, hacerlo por parejas. Un miembro de la pareja ha de dibujar un barco, puede hacer el barco que quiera. Y el otro, mientras el primero dibuja, debe expresar su desaprobación, haciéndole ver que quizá sería más bonito si le pinta una vela, o lo hace más grande, quitándole incluso el lápiz para hacerlo, haciendo todo el tiempo observaciones..... Esto es lo que muchas veces les hacemos a nuestros hijos, ¡¡corregirles!!.
Para que los niños aprendan a hacer ciertas cosas, primero han de equivocarse, o hacerlo mal, o hacerlo más lento que tu. Si el mensaje que les mandamos es "no eres capaz", la motivación desaparecerá y no les interesará intentarlo de nuevo pues no están recibiendo un feedback positivo.
Si por el contrario les damos tiempo, les animamos, les felicitamos por intentarlo, por conseguir hacerlo, lograremos motivarles, les reforzaremos en sus acciones. Si necesitan ayuda no dudéis que os la pedirán, pero debemos dejarles probar y sobre todo equivocarse, pues gracias a eso ellos aprenden, su cerebro modela nuevas estrategias, nuevas conexiones neuronales.
- Dejarles elegir.Damos por hecho a veces que solo por ser niños no saben lo que quieren. ¡¡Error!!. Los niños, desde edades muy tempranas toman decisiones, están preparados para hacerlo y debemos permitir que lo hagan. Esto les da madurez, les hace sentirse protagonistas, sentirse escuchadso, tenido en cuenta, valorado e incide directamente en su autoestima.
Los mayores, por prisas, por hacerlo más rápido, porque es "más conveniente" y "mejor" nos empeñamos en decidir por ellos. Pero volvemos a lo mismo, necesitan equivocarse para saber qué decisión tomar la próxima vez. No pasa nada porque tomen la decisión incorrecta. El ensayo y el error es un método de aprendizaje legítimo que utilizan muchas especies en este planeta, la nuestra sobre todo. Que yo sepa ningún científico ha hecho sus descubrimientos y avances a la primera, sino que se equivocan muchas veces hasta que logran su objetivo. Todos conocemos la frase "de los errores se aprende". Dejémosles pues equivocarse, permitámosles decidir por sí mismos.
- Decir "NO".Llega un momento en que nuestros hijos parece que solo saben decir NO. A cualquier cosa, cualquier pregunta, cualquier situación, escuchamos un rotundo "no". Lo vemos como algo molesto, pesado, como una fase que esperamos pase. Poco a poco aprenden a discernir, a diferencias mejor el sí y el no. Pero en esa fase se sienten fuertes y decididos diciendo ese no que a los adultos molesta tanto. Cuando nos hacemos mayores, ¿cuántas veces nos cuesta decir no?, ¿cuántas veces nos sentimos cohibidos porque queremos contestar no y no nos atrevemos?. Los adultos tememos la desaprobación de otros. Los niños parece que no y debemos respetar esa fase y alegrarnos por ello. Son capaces y valientes, nos plantan su NO en nuestras narices sin pudor alguno. No les reprimamos por ello, no les digamos que son pesados por hacerlo. Debemos mostrarnos felices por su valentía y su determinación.
- Nuestro ejemplo es importante para ellos.Debemos ser coherentes. No le digas a tu hijo "no comas chocolate" si tu te lo tomas a escondidas. No le regañes por decir una palabrota y le respondas tu con otra. No le digas "no se pega" mientras le das un cachete en el culo. Nuestros hijos se reflejan en nosotros, somos su espejo. Hablarán como nosotros, se comportarán como nosotros, imitarán nuestros actos, nuestras actitudes. Seamos entonces un buen ejemplo para ellos.
Si nos ven seguros de nosotros mismos eso reforzará su autoestima. Si cuando te sale algo mal dices expresiones del tipo "soy un desastre, no valgo para nada", tienes trabajo que hacer. Si tu hijo lo escucha, tenderá a sentirse como tu.
- Evitar las etiquetas. El niño que se porta mal en un momento puntual no es malo, y eso debe quedarles claro. Mi hijo sin ir más lejos, cuando le he dicho que ha hecho algo malo o que no se ha portado bien, siempre me pregunta "¿pero mamá, yo soy malo?". Y yo siempre respondo lo mismo "no cariño, no eres malo, pero debes entender que lo que has hecho está mal. Eres un niño muy bueno y por eso quiero que te portes bien". Si los niños creen que los consideramos malos, harán cosas malas. Al final hará lo que se espera de él.
Tampoco deben pensar que es un niño bueno porque haga lo que esperas de él. Pues estaremos convirtiendo a nuestros pequeños en dependientes de la aprobación de los demás.
Si tenemos varios hijos no les comparemos, ni para lo bueno ni para lo malo. Cada niño es único con sus virtudes y sus defectos. Cada uno tiene que desarrollar su autoestima de un modo independiente y por ello debemos fomentarla en cada individuo por separado.
Estas son algunas de las cosas que vimos en este taller. Me resultó interesante, esclarecedor y necesario.

Volver a la Portada de Logo Paperblog