'La autopista del sur', de Julio Cortázar

Un relato no es una novela corta, es una narración con ritmo y reglas propias. Bien lo sabía, Julio Cortázar, un maestro del relato corto.
A todo fuego el fuego es un conjunto de ocho magníficos relatos que Cortázar publicó en 1966. La autopista del sur, el relato que hoy quiero comentar con vosotr@s, es el primero de esta colección, un relato surrealista como la mayoria de la obra de Cortázar, en la que la mezcla de elementos realistas y fantásticos, absurdos o delirantes dejan impronta.
La autopista del sur comienza con el enorme atasco de tráfico en la entrada sur de París un domingo por la tarde. 

"Al principio la muchacha del Dauphine había insistido en llevar la cuenta del tiempo, aunque al ingeniero del Peugeot  404 le daba ya lo mismo."

Julio Cortázar y su gata Flanelle

En este relato coral los personajes son todos los que se ven implicados en el atasco. No se conocen sus nombres- se les menciona por la marca del coche-, no tienen pasado ni futuro, y se desconoce sus sentimientos e inquietudes. El narrador se limita a darnos datos, hechos, de forma lineal de la aproximadamente una semana en la que transcurre el relato.  
Inicialmente los personajes se comportan con normalidad, como lo haríamos cualquiera de nosotros en una  situación similar: miran los relojes, van avanzando lentamente encendiendo y apagando los coches, hacen deduciones sobre las causas del embotellamiento, esperan a la autoridad pertinente que les sacará del atolladero,... Pero a medida que las horas y los días van pasando, y una vez superada esa incertidumbre inicial,  se va produciendo una especie de "pacto social", pacto de supervivencia, se forma casi un gran familia, en la que la fraternidad, el egoísmo, el hambre y la sed, el auxilio al prójimo, el amor y la muerte tienen cabida.
¿Pero esos vínculos que se dan en situaciones extraordinarias o extremas son de largo recorrido? ¿Duran más allá de esa circunstancia que los ha creado y hecho posible? ¿Vosotr@s qué creéis? Si queréis conocer la respuesta de Cortázar, tendréis que leer el relato. Os lo recomiendo.

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