Revista Cultura y Ocio

La batalla de Cartagena de Indias

Por Viriato

La batalla de Cartagena de Indias

Don Blas de Lezo y Olavarrieta, marino español nacido en
Pasajes (Guipúzcoa).


En septiembre de 1739 un buque español, al mando del capitán Juan León Fandiño, interceptó un barco pirata comandado por el inglés Robert Jenkins, a quién el capitán español cortó una oreja y le dijo: “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. Ese hecho fue la excusa perfecta para que Inglaterra declarase la guerra a España, conflicto que sería conocido como “Guerra de la oreja de Jenkins”.
Inglaterra quería acabar con la supremacía de España, así que mandó a América una armada de 186 navíos (casi 60 más que la armada invencible española) y 30.000 hombres, entre soldados y marinos. La escuadra, comandada por Edward Vernon llegó a Cartagena de Indias (Colombia) el 13 de marzo de 1741. De dicha ciudad partían los cargamentos de oro hacia la península y era un puerto clave para acabar con el dominio español en América.

La batalla de Cartagena de Indias

Combate en Bocachica.

La ciudad estaba defendida por 6 buques de guerra españoles y menos de 3.000 hombres.
La batalla comenzó en el mar, tras comprobar que no podían acceder a la bahía, los ingleses comenzaron un bombardeo incesante contra los fuertes del puerto. El guipuzcoano Blas de Lezo (al que le faltaba un ojo, un brazo y una pierna de batallas anteriores) apoyaba a los defensores con la artillería de sus navíos, que había colocado lo suficientemente cerca. Usaba bolas encadenadas, entre otras artimañas, para inutilizar los barcos ingleses.
Cuando los ingleses desembarcan comienzan a asediar el fuerte de San Luis de Bocachica, una de las posiciones españolas más importantes, defendido por 500 hombres. Tras 16 días la fortaleza cae en manos inglesas.
Finalmente Blas De Lezo, que aún combatía en el mar, ordena replegarse al fortín de San Felipe de Barajas. Se deshace de sus propias naves hundiéndolas y quemándolas, para intentar retrasar la entrada a puerto del resto de ingleses.

La batalla de Cartagena de Indias

Anverso y reverso de la moneda conmemorativa acuñada por Inglaterra.


A estas alturas, la batalla estaba decidida, o eso pensaban los ingleses, por ello Vernon mandó a Inglaterra un mensaje anunciando su victoria. Tras lo cual se crearon monedas conmemorativas en las que se podía leer “El orgullo español humillado por Vernon”.
Pero, muy a pesar de Sir Edward, lo peor se le venía encima. Desembarcaron el resto de tropas y artillería, comenzando un gran ataque contra el baluarte San Felipe de Barajas, defendido por 600 españoles.

La batalla de Cartagena de Indias

Monumento a Blas de Lezo en la ciudad. Se puede
observar el fuerte de San Felipe de Barajas al fondo.

Las escalas inglesas no eran suficientes para llegar a lo más alto de las murallas, y los defensores aprovecharon para masacrar a los asaltantes. Este hecho no fue fruto de la casualidad, el propio Lezo había mandado cavar junto a los muros, para aumentar su altura y evitar un posible asalto.
Por primera vez la balanza se ponía a favor de los españoles y, convencidos de que la victoria era posible salieron de la ciudadela y cargaron a la bayoneta contra el resto de atacantes. Blas De Lezo, lleno de rabia y cólera, dirigió la carga. Esto motivó aun más a sus tropas, que veían como “medio hombre” luchaba contra cientos.
El 20 de mayo Vernon ordenó la retirada, con gran parte de sus barcos hundidos o dañados, y una pérdida de casi 10.000 hombres, partió rumbo a Jamaica. Es famosa la frase que pronunció, lleno de ira, Edward Vernon: God damn you, Lezo! (¡Que Dios de maldiga, Lezo!).
Jorge II, rey de Inglaterra prohibió toda publicación sobre la batalla.
Cabe destacar que ha sido el segundo mayor desembarco de tropas de toda la historia (y perdieron), detrás del de Normandía por parte de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

La batalla de Cartagena de Indias

Vista de la moneda con más detalle.



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