Revista Opinión

La batalla de las palabras

Publicado el 14 junio 2015 por Vigilis @vigilis
Anda la cochambre dando saltitos emocionados y mojando las bragas (llevar ropa interior es una desviación burguesa que con premura corregirán). Unos pocos, que con la disparatada posición del PSOE han logrado llegar a alcalde de su pueblo, muestran ya sin tapujos su cara más abyecta y rijosa.

La batalla de las palabras

Keep'em flying, Miss USA! :D

Es el caso de alcaldes que lo primero que hacen es levantar grandes y orwellianas videopantallas para que las ovejitas vayan a corear lindezas a sus nuevos líderes. A esto le espolvoreamos la patita antisemita que siempre tienen los racistas y extremistas europeos desde los tiempos de los tristes pogromos (me encanta lo de "los hechos se contraponen a la verdad". Winston, dos y dos a veces son tres y otras veces son cinco). Y por supuesto no podían faltar las risitas a costa de las víctimas de los torturadores y asesinos etarras (quienes por otra parte también están de enhorabuena gracias al conchabeo de PSOE (¡otra vez!) y PNV). Eso sí, lo de reirse de Marta del Castillo es un récord para la chusma que lo desprecia todo y se siente con bula total porque le dejamos que la tenga.
No son más que la banda de la porra, la masa violenta e histérica que toda sociedad occidental alberga en su seno. Que haya gente que quiera destrozar la vajilla es el precio a pagar por tener vajilla. De la masa tarada y degenerada no hay que esperar otra cosa. De quienes sí podíamos esperar otra cosa es de quienes les ríen las gracias. Es sabido que el abusón de patio de colegio no maltrata a un compañero si no obtiene el permiso implícito de terceros que callan o dejan hacer con actitud displicente.

La batalla de las palabras

We clear the way!

Es el caso por ejemplo de algunos periodistas que llaman "plataformas ciudadanas" a candidaturas de los violentos extremistas. Compran así un discurso que tiene un objetivo de parcialidad política más que evidente. Sabido es que antes de la batalla de las ideas viene la batalla de las palabras. Llamar "plataforma ciudadana" a una candidatura concreta es despojar del significante ciudadano al resto de candidaturas. Se diría que la gente del PP o del partido de Revilla no son ciudadanos, sino inmigrantes ilegales o extraterrestres. Y en esas estamos, regalando palabritas al adversario.
Esto tiene una importancia capital. ¿O acaso creéis que si no fuera por la terquedad de una minoría hoy los etarras no gozarían del privilegio de ser considerados románticos idealistas? ¡A Carrillo le funcionó!
La batalla de las palabras

Otra de mis palabras favoritas es "cambio". El famoso cambio con el que a todo el mundo se le llena la boca desde la guerra del Peloponeso. Bien, pues una de las primeras declaraciones del nuevo alcalde jipi de La Coruña se refería a las fiestas tradicionales: Cabalgata de Reyes y procesiones de Semana Santa. Le faltó tiempo para decir que cabalgata y procesiones continuarán como siempre porque hay cosas que simplemente no se van a tocar. ¿Es este el laicismo que nos ha prometido el soviet de Coletagrado? Y luego está lo de la normalización lingüistica que es otra cosa que evidencia un cambio espectacular: hacer cumplir los decretos lingüísticos de Fraga ahora parece ser política de izquierdas.
También tenemos ese infinito partido de tenis entre "lo viejo" y "lo nuevo". Una coletita en declaraciones a la prensa llegó a decir que fijarse en el número de escaños para decidir quién va a gobernar en un sitio es algo "de la vieja política". Cagándose así como quien no quiere la cosa en el proceso electoral. No os diré a quiénes me recuerdan quienes odian a los judíos y se cagan en los procesos electorales, pero os podéis hacer una idea.
La batalla de las palabras

Al puchero también le podemos meter el sentimentalismo barato. Eso de "mi programa político es hacer que se cumplan los derechos humanos" que es como no decir nada por el pequeño detalle de que el conjunto de la humanidad no forma parte de la misma nación política (sí habría coherencia si estos jipis fueran internacionalistas y quisieran exportar su modelo bolivariano al resto del planeta, pero parece que no están por la labor, ya que esas cosas son propias de comunistas y cristianos y los coletas son reaccionarios particularistas).
Como digo, lo único que no nos puede sorprender o no puede darnos motivos para la indignación es que el escorpión pique. Al fin y al cabo es un escorpión. Lo que sí es indignante es ver la fila de cortesanos que le sacan punta al aguijón. Eso que decía Churchill de negociar con los cocodrilos esperando que te coman de último.
Es ver por ejemplo esas tertulias buruaguescas que no tienen ni la decencia de poner a una vedette falidcorta como hacen en las tertulias de progreso reaccionario y a cuyos invitados pagados con tarjetas-regalo del Cortinglés les falta tan solo la bombona de oxígeno para tener el cromo completo. Imágenes, palabras, cosas que orbitan la construcción de un discurso que se enfrente a la banda de la porra. Esa es una asignatura pendiente.
A mi que me fusilen estos y no el Kichi:


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