Revista Cultura y Ocio

La batalla de Vicksburg : la guerra civil estadounidense

Por Joaquintoledo

Ulysses Grant, supremo líder militar de los unionistas, sabía que tenía que hacerse con victorias importantes antes de que los confederados vuelvan a invadir el norte. En efecto así fue. Se dio origen a la campaña de Vicksburg, una ciudad fortaleza muy importante, pues gracias a ella se controlaba la última sección del río Misisipi, en poder de  los confederados. Ahora bien, al estar en un lugar cercano al río también se llevaron a cabo operaciones navales. En total, además de estas, hubo once enfrentamientos entre los unionistas y los sureños, acaecidas entre el 26 de diciembre de 1862 al 4 de julio de 1863. Ahora el importante río Misisipi estaba en juego entre ambos bandos y quien se hiciese con él se llevaría una importante ventaja.

El último baluarte

Vicksburg era importante para los confederados, pues era el último de los baluartes que poseían, justamente en el no mal llamado “padre de los ríos”: el Misisipi. Todos los demás habían sido eliminados por los federales, cuya superioridad en el mar era evidente, uno tras otro. Si Vicksburg caía toda la arteria vital del Sur quedaría totalmente acabada. El asedio a la ciudad fue una campaña larga y en realidad, los federales ya habían mordido el polvo cuando a finales de 1862 el general Sherman intentó tomarla, tomando el acceso de tierras altas en la retaguardia de la urbe, pero los confederados se escaparon del castigo tras cortar su conducto de abastecimiento, cortando una vía férrea, la única, por cierto, que llegaba a la región. En cuanto a Lee, estaba éste muy confiado en sus hombres, pero aún más en la geografía que Vicksburg ofrecía a los confederados.

La misma hacía la defensa simple, convirtiéndola en un punto casi inexpugnable. El río también ayudaba, ya que justamente en aquel lugar, describía una curva muy cerrada, en forma de herradura, abarcando una faja de terreno de casi un kilómetro de anchura. La ciudad estaba al fondo de dicha “herradura” al margen oriental del  río.
Los federales por cierto andaban preocupados, entre ellos se sugirió inclusive abrir un canal que atravesara la península que formaba dicho rio con su forma, aislando a Vicksburg de agua, de suministros y comunicación.  El plan era ambicioso y se planteó hacer trabajar a miles de negros que se podían reclutar en las plantaciones vecinas y de hecho se empezó, pero la obra superó todo alcance de los federales y se desechó la idea. ¿Acaso Vicksburg tenía alguna otra ventaja? Pues sí, existían empinados riscos arriba y debajo de ella, a una altura sobre el nivel de corriente que llegaba a los treinta metros, suficiente para que los confederados colocaran allí baterías, para ser empleadas con total ventaja.

El inicio al asedio final, la batalla naval

Luego de la primera fase de la campa que duró desde diciembre de 1862 a enero de 1863 y que no tuvo grandes resultados para los federales, Grant, futuro supremo líder, decide tomar cartas en el asunto  y luego de haber estado varios meses por la región deciden tomarla por cerco de una vez por todas. El jueves 26 de junio de 1863 la Unión desplegó una formidable flota comandada por el almirante David Porter, eran 40 embarcaciones de todos los tipos. El ataque fue dirigido contra las fortificaciones en el farallón situado debajo de la ciudad. Los sureños respondieron vehemente y decididamente al ataque, el cañoneo no cesó en todo el día, sólo al anochecer se dio una tregua. Al día siguiente se reanudaron los intercambios y los federales bombardearon la ciudad, pero a esto respondieron las baterías confederadas en un épico enfrentamiento tierra-mar, que rechazó las intenciones federales de hacerse con la ciudad.

En la noche los barcos federales reanudaron el ataque contra la ciudad utilizando sus poderosos morteros. A continuación se produjo una escena bella y a la vez mortífera, pues el cielo nocturno se vio prontamente iluminado por el incesante fuego de la artillería,  la ciudad se vio atormentada por casi una hora, por el plomo y el hierro que caían sobre ella, pronto no hizo falta más bombardeos para alumbrar aquella noche, pues las llamas de la ciudad iluminaron el panorama. Luego del asedio, las embarcaciones federales se retiran habiendo perdido 15 muertos y 30 heridos. Los rebeldes sureños si sufrieron muchas pérdidas, en especial las tropas del general Van Dorn las cuales ocupaban la ciudad.


El cerco y la genialidad de Grant

Pese a sus daños los confederados mantenían su posición y los federales suspiraban hastiados y con pesadumbre pues sabían lo costoso que sería tomar la plaza. Fue entonces cuando Grant, tomó directamente las cartas en el asunto, si bien ya venía desde algunos meses atrás planeando en torno a la caída definitiva de Vicksburg. Para el 14 de mayo de 1863 Grant tomaba por asalto la ciudad de Jackson, a unos 50 kilómetros al este del Misisipi, allí el confederado Johnston no pudo resistir y los federales obtuvieron el control de la principal vía férrea de Vicksburg. Grant evitó que éste se unieron a las tropas de Permberton comandante del área de Vicksburg. Logró su cometido y en dicho perímetro (Vicksburg) quedaron divididos en dos grupos cerca de 45 mil confederados, mientras Grant avanzaba con una fuerza similar girando al oeste para completar su círculo y cerrarlo en torno a Vicksburg.

Fue el 18 de mayo de 1863 cuando las fuerzas de Grant estaban en la cima de Walnut Hill, es decir exactamente el mismo lugar donde había luchado Sherman en diciembre del año anterior. Ahora bien, cuatro días después los federales se lanzan contra las fortificaciones rebeldes. En la embestida inicial Grant se salvó de milagro, pues casi es  acabado por una granada disparada a través de un barranco al que acababa de entrar. A continuación se produjo el único error en la campaña por parte de Grant, el cual fue asaltar toda la línea, nada más y nada menos que cerca de tres millas de trincheras, en la cual los fusileros rebeldes respondieron con fuego asesino causando gran mortandad, por ende Grant y los suyos se retiraron humillados. Éste decidió entonces ir lentamente pero a paso firme. Todo el resto de aquel mes, incluido luego del bombardeo en junio, las tropas federales se batieron violentamente contra los confederados, que a razón del cerco, sabían que no podrían resistir para siempre.

Trinchera tras trinchera los federales iban ganando posiciones, mientras que sus enemigos retrocedían. Durante el enfrentamiento también  abundaron los   desertores, pues la situación en la guarnición era realmente desesperada, cundía el hambre, los heridos, las enfermedades y el cansancio. Para fines de junio Grant escuchó un rumor de que el general Johnston ayudaría a Pemberton atacando la retaguardia federal, felizmente Johston cambió de opinión pues pensó que tal estrategia era vana, ya nada ni nadie podría salvar a Vicksburg de la inminente caída.

El 3 de julio, luego de casi dos meses de incesantes combates y unos seis meses que duró toda la campaña, la bandera blanca flameaba sobre las fortificaciones de Vicksburg, y así acabó aquella cruenta lucha. Grant recibió a su enemigo Pemberton en la sombra de un árbol para tratar las condiciones de la rendición y decidir qué hacer con los 37 mil sobrevivientes, hambrientos y bastante debilitados. En un gesto magnánimo aunque también conveniente para él, Grant decidió dejar marchar bajo palabra a aquellos prisioneros. En sus memorias personales aclaró el porqué de tal decisión: “esperaba desmoralizar a todo el interior del país, aún en rebeldía bajo el impacto de esparcir a esta desalentada masa de hombres entre el resto aún no conquistado”. El 4 de julio de 1863, justo el día de independencia, 37 mil confederados abandonaban sus fortificaciones rindiendo 172 cañones y 60 mil fusiles (de lejos el botín más grande que se capturó en la guerra).

Así acabó aquella batalla por la última fortificación confederada en la espina dorsal de América, el Misisipi.


Volver a la Portada de Logo Paperblog