Revista Opinión

La belleza como elemento político

Publicado el 16 diciembre 2013 por Vigilis @vigilis
No diré aquí que los guapos lo tenemos más fácil sino que trataré de la belleza como factor importante a la hora de marcar preferencias. En todos los aspectos vitales, e incluyo la esfera política, la gente siente inclinación por la gente atractiva. Si fuéramos una polis de griegos barbudos, con un sistema democrático basado en tratar a todos los ciudadanos por igual y con elección de cargos por elección aleatoria, daría igual lo guapo que fuera el personal. Pero no estamos en ese sistema ni tampoco la gente deja que el azar elija sus cargos.

La belleza como elemento político

Inés Arrimadas, diputada en el parlamento catalán. Recientemente apareció en una lista de desafectos ideológicos con el régimen.

En las inclinaciones políticas del personal operan los mismos mecanismos que en otras elecciones de las relaciones humanas. Compartimos una tendencia natural por escuchar opiniones que coinciden con las nuestras y a partir de ahí reforzarlas, levantando barreras a ideas nuevas o contradictorias con aquellas con las que nos sentimos conformes. Esto es importante a la hora de elaborar un discurso político (o a la hora de vender un coche) porque sabemos así que la seguridad de nuestra trinchera supone un muro para atraer al pagano a tu cuerda. De ahí podemos sacar la figura del "moderado": alguien que sirva no tanto para replantear las convicciones de tu grupo como para atraer a quienes tienen dudas en otros grupos.
Pero quería hablar aquí de la belleza como factor de atracción política. Puede que este sea el tema político que menos se trate. Se habla mucho de programas, de medidas, de opiniones de gente desinformada, de sondeos y demás, pero no de la belleza como factor que a la hora de establecer preferencias influye en la decisión.
Por lo dicho antes, una vez formado un criterio superficial, si te sientes cómodo con el discurso de alguien que consideras guapo, se produce un refuerzo positivo muy difícil de vencer. Este mismo refuerzo positivo es el mismo que opera con el linkbaiting. Tendemos a pinchar en aquello que nos parece bonito. Existen numerosas técnicas para atraer esos clics —que son visitas, impresiones de publicidad y finalmente dinero—, las más básicas comprenden decorar el contenido con gente guapa.

La belleza como elemento político

Le hacen una entrevista en la radio y ponen en portada una galería de fotos de la entrevista (fuente: Libertad digital).

La decoración con gente guapa para atraer visitantes es algo muy extendido. En The other McCain hacen una recopilación semanal de blogs que decoran sus entradas con fotos atractivas. Nótese que ese blog y esas referencias se mueven en el ámbito de los constitucionalistas, paleoconservadores, republicanos y libertarios. Es decir, hablan de política pero un día a la semana ponen fotos de modelos, actrices o actores para atraer visitas. Treta legítima. Más aún: treta legítima que cierta coordenada ideológica puede hacer más que la otra. (Hilando fino se podría deducir que menos católicos forman parte de los pundits americanos conservadores y libertarios. Idea que parece coincidir con los datos).
Votamos más a los candidatos guapos

La belleza como elemento político

César Cabo. La verdad es que no sé qué le veis.

Exactamente igual que ocurre en otros campos, en política los guapos atraen más que los feos. Y esto tiene consecuencias evidenciables empíricamente. No es casualidad que los guapos reciban más votos que los feos ("simpáticos" en el idioma de los feos). Según Berggren, Jordhal y Poutvaara un aumento de un punto en la desviación estándar de la puntuación de belleza significa un incremento del 20% de los votos en el candidato.
Sabiendo esto, no sorprende conocer que las preferencias que otras personas tienen sobre el atractivo ajeno tienen una correlación positiva con el salario medio (Gvozdenodic). También la tienen ser hombre, blanco y mayor educación; pero esto último no es importante para el tema que nos ocupa. Nos interesa que en condiciones de igualdad la belleza puntúe más. Y parece que es así.
¿Por qué?

La belleza como elemento político

La ex-primera ministra de Ucrania Yulia Timoshenko. Tal vez la presa política más famosa del continente.

La opinión tabernaria desinformada apuntará a una sociedad víctima del estándar de la publicidad. Lo cierto es que las preferencias por los guapos (recuérdese que no hablamos de apareamiento sino tan sólo de inclinación a coincidir en opinión) tiene más que ver con la biología que con el capitalismo malvado que denuncian los comunistas tabernarios y sus feministas instrumentalizadas.
Nos atraen los rostros atractivos (simétricos) porque nos hace pensar en que esas personas son más saludables. Existe una correlación negativa entre asimetría facial y salud percibida (Rhodes et al.). Es curioso que esta correlación es mucho más fuerte que la que existe entre belleza y salud.
Juzgar un libro por las tapas no parece tan mala idea
Hablamos de políticos y de belleza. Parece frívolo y contradictorio que nos sintamos inclinados a favorecer al candidato guapo. ¿Cómo es posible que alguien guapo pueda ser mejor para un cargo? No estamos eligiendo a Miss España o Mister España (casos en los que sí hay que tener el criterio de la belleza y dejarnos influir plácidamente por él). Se supone que un político debe utilizar la cabeza, ser espabilado, tener dotes comunicativas y de liderazgo, etc. Todo esto no lo garantiza la belleza ¿verdad?

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Verónica Hernández, secretaria del presidente de Islas Baleares.

Verdad a medias. Feos del mundo, tengo malas noticias para vosotros: la belleza no garantiza un desempeño inteligente, pero sí existe una correlación positiva entre belleza e inteligencia. Kanazawa y Kovar sostienen que no se trata de que los guapos os parezcamos más inteligentes sino que realmente lo somos. Para ello demuestran que los inteligentes son más propensos a alcanzar un alto status, este alto status hace que puedan elegir parejas más atractivas y si a estas dos cosas les unimos que belleza e inteligencia son hereditarias, nos sale que los guapos somos inteligentes. Esto habría que reforzarlo con cuestiones de movilidad social: por qué los hijos de los ricos tienen más probabilidades de ser ricos.
Prokosch et al. tienen una aproximación diferente para llegar a las mismas conclusiones. Para ellos, la simetría corporal está relacionada con un desarrollo morfológico estable. Dentro de este desarrollo se incluye el cerebro y las facultades cognitivas. Por lo tanto, un desarrollo morfológico estable y simétrico tiene consecuencias en el desarrollo estable del cerebro y por tanto en la capacidad cognitiva y mental de los individuos.
Los guapos comunicamos mejor

La belleza como elemento político

Revistas para hombres y para mujeres tienen una cosa en común: aparecen mujeres atractivas en portada.

Debo dejar de emplear la primera persona porque aquí escribo con la imagen de un muñequito de pelo naranja, pero se entiende la idea. Los guapos comunican mejor que los feos. Chaiken midió el grado de persuasión de varios grupos ante el mensaje de gente fea y de gente guapa y resultó que los guapos conseguían persuadir más al público. El atractivo físico opera como una herramienta más de persuasión en la habilidad comunicativa. Digamos que se trata de una herramienta natural para lograr una mayor persuasión.
A la hora de comunicar mejor hay una parte muy importante de confianza en el mensaje y en la persona que lo emite. Según Etcoff et al. las mujeres maquilladas aparentan ser más competentes que las no maquilladas. E incluso dentro del mundo del maquillaje, un maquillaje natural puntúa mejor que uno recargado en el aspecto de la confianza (al mismo tiempo, acentuar el dimorfismo sexual sólo tiene una gran diferencia a la hora del apareamiento).
La belleza como elemento político
Conclusión
Ceteris paribus una persona guapa ante la masa atrae más, vende más, conquista más. No se trata de una conspiración de las modernas técnicas de publicidad sino de algo que tiene más que ver con nuestro instinto de supervivencia, con nuestra elección y preferencia innata. La publicidad tan solo explota y saca partido a este instinto que todos compartimos. Esta publicidad trasladada a la política significa más partidarios, trasladada a la tele significa más televidentes y trasladada a la decoración de un sitio web significa más clics.

La belleza como elemento político

Mélissa Theuriau, periodista francesa. Editora y presentadora de Zone interdite de M6.

Sorprende que se hable abiertamente del tema cuando se trata de audiencias de televisión y visitas a páginas web, pero no cuando se trata de política. Es un error ya que este es un factor más que entra en el juego. Aprovecharás una pequeña ventaja con un candidato guapo.
Referencias:


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