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La Biblioteca: Hacia rutas salvajes, Jon Krakauer

Publicado el 09 mayo 2011 por Sextohombredigital

La Biblioteca: Hacia rutas salvajes, Jon Krakauer

Primero la historia

Primavera, 1990. Tras graduarse en la Universidad de Emory (Atlanta), Chris McCandless se marcha de su casa en su viejo Datsun del 82. No volverá nunca más. Su objetivo es recorrer Norteamérica. Y lo hará, con mayor o menor fortuna, de sur a norte, llegando hasta Alaska.
En su peregrinar, llevará una vida nómada. Romperá las relaciones con su familia, salvo con su hermana, Carine, con la que seguirá comunicándose. Cambiará de nombre; pasará a llamarse Alex Supertramp. Autostop, duermevelas al raso a las afueras de grandes ciudades, abordajes de trenes, trabajos precarios, comidas escasas… y amigos en la carretera que le ayudarán y en los que encontrará un tipo de comprensión que jamás encontró en su familia. Pero en ningún lugar se queda lo suficiente como para llamarlo hogar. Su objetivo es otro: llegar a Alaska y cumplir su sueño.
Dos años después, en abril de 1992, Chris / Alex se adentra en Alaska, escasamente equipado, con medios paupérrimos. Una parca sintética, un par de botas de agua, un rifle Remington, un saco de arroz de cinco kilos, dos emparedados, una bolsa de maíz frito, un mapa obsoleto, una brújula y libros, un montón de libros que se convertirán en su única compañía. Cree que no le hace falta más. Pretende vivir, subsistir, de lo que las tierras de Alaska le den, cazando y recolectando frutos y bayas comestibles.
La vida le demostrará de una forma cruel lo equivocado que estaba. Dos meses después, cinco excursionistas encontraron su cadáver dentro de su propio saco de dormir, en un autobús abandonado que le sirvió de hogar improvisado. Un cuerpo consumido por el hambre y que apenas pesaba treinta kilos.
A su muerte, surgieron muchas voces que hablaron sobre su persona. Unos lo acusaban de loco, de temerario, de inconsciente, poco más que un iluminado. El propio Krakauer recibió fuertes críticas por glorificar su figura en el artículo de la revista Outside, en su número de enero del 93, punto de partida de esta novela. En cambio, otros lo veían como el último romántico, como un monje mesiánico que pregonaba, a todo aquel que le quisiese escuchar, que otra vida si que era posible.
Una vida lejos de la sociedad, ajena a sus normas y convencionalismos. Una vida lejos de la vida moderna, sin su seguridad, sin su bienestar, sin su modo de vida, tan tecnificado y opresivo a la vez.
En una carta a uno de esos amigos de la carretera, un jubilado de ochenta años al que curiosamente sí que cambió la vida, lo deja bastante claro.
(…) Sé audaz. Son demasiadas las personas que se sienten infelices y que no toman la iniciativa de cambiar su situación porque se las ha condicionado parta que acepten una vida basada en la estabilidad, las convenciones y el conformismo. Tal vez parezca que todo eso nos proporciona serenidad, pero en realidad no hay nada más perjudicial para el espíritu aventurero del hombre que la idea de un futuro estable. El núcleo esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mayor dicha que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol que es nuevo y distinto cada día (…) No eches raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una vida nómada, renueva cada día tus expectativas (…) Te equivocas si piensas que la dicha procede sólo o en su mayor parte de las relaciones humanas. Dios la ha puesto por doquier. Se encuentra en todas y cada una de las cosas que podemos experimentar. Sólo tenemos que ser valientes, rebelarnos contra nuestro estilo de vida habitual y empezar a vivir al margen de las convenciones (…) Espero que la próxima vez que nos veamos seas un hombre nuevo y hayas acumulado un sinfín de aventuras y experiencias. No lo pienses dos veces. No intentes encontrar justificaciones para aplazarlo. Sólo tienes que salir y hacerlo. Así de simple. Sentirás una gran alegría por haber emprendido un nuevo camino (…)
Después la leyenda.
Sobre McCandless se ha dicho y escrito mucho, pero también es cierto que toda su vida es un gran misterio. ¿Por qué ese existir tan extremo? ¿Por qué no intentó pedir ayuda? ¿Por qué se quedo en el autobús mientras se moría de hambre? Sus motivos, sus aspiraciones, lo que pretendía, su vida después de aquella aventura… se lo llevó consigo.
En este sentido, el libro de Jon Krakauer es un intento por reconstruir sus pasos, intentando arrojar algo de luz en los pasajes menos documentados. Para ello mezcla la narración de sus peripecias con cartas, con su escueto diario escrito en tercera persona en las últimas hojas de una guía de plantas, con pasajes subrayados de los libros que llevó consigo y, sobre todo, con los testimonios de esos amigos que dejó por el camino y los familiares para los que parecía casi un desconocido.
Sin duda, la figura de Chris McCandless es muy controvertida; denostada y glorificada a partes iguales. Pero creo que es justo reconocer que, pese a su aparente insensatez, tuvo el coraje de vivir de acuerdo como creía y que, aunque sus consecuencias fueron trágicas, fue capaz de difundir su mensaje, de hacerlo eterno y global, en una historia, su propia historia, tan particular y trágica, que logra conmover y agitar conciencias.
Fue capaz de hacernos ver que hay otra forma de vivir, en unos tiempos en que todos hacemos lo mismo, en que vamos a los mismos sitios, como borregos.
Todo este coctel sirvió también a Sean Penn para dirigir su cuarta película ‘Into the Wild’, de 2007, y protagonizada por Emile Hirsch. Todo un éxito de crítica y público que acercó la figura de McCandless al gran público y lo convirtió prácticamente en una leyenda.
Hacia rutas salvajes
Jon Krakauer
Barcelona: Ediciones B, 2009.
Zeta Bolsillo; 139. 188 p.
ISBN: 84-96778-74-0


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