La boda de María y Carlos

Publicado el 04 mayo 2015 por Palaciomontarco

Tras siete años de noviazgo, María y Carlos se casaron el 30 de agosto de 2014 en la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo. El Palacio de Montarco fue el sitio escogido para la celebración. Guardaban un gran recuerdo de la boda de unos amigos años atrás y desde entonces “no hemos encontrado un sitio más especial y con más encanto que el Palacio”.

María llevó un vestido de Pronovias confeccionado en tul, con cola y escote barco con bordados en dorado, regalo de su abuela. Lo acompañó de una mantilla en color marfil y beige como velo.

“Soñábamos con una boda especial, llena de detalles personales pero la verdad que el resultado nos sorprendió, fue muchísimo mejor de lo que esperábamos. Todo estaba perfecto, la decoración, el menú, la organización…”, nos cuenta María al recordar ese día.

En los jardines se dispusieron cajas de madera con plantas aromáticas y se incluyó un bodegón con sus iniciales en madera y una Lambretta antigua que Carlos había restaurado. “¡Tuvo mucho éxito, todo el mundo se sacó fotos!”.

Los rincones del Palacio se decoraron con distintos tipos de flores, desde el zaguán hasta los baños, con girasoles. “Y una de las cosas más especiales fueron las 350 velas repartidas por todo palacio, creaban un ambiente mágico”…

La moto clásica fue también el tema escogido para los meseros y el cartel de seating. Los novios se encargaron personalmente de diseñarlos, así como un sello personalizado de su boda que también acompañaba a los detalles que tuvieron con los invitados, como las alpargatas. “También queríamos un photocall en el baile y, como ese fin de semana se celebraba en Ciudad Rodrigo la Feria del Teatro, se nos ocurrió que sería una buena idea recrear un pequeño escenario con un telón de fondo en el que los invitados pudieran disfrazarse con máscaras”.

Para uno de los momentos más emocionantes de la celebración, el baile, Carlos y María escogieron la canción de Aerosmith I don’t want to miss a thing. “Pasamos muchísima vergüenza pero fue muy bonito, bailando los dos solos, con las luces apagadas y rodeados de velas en el claustro”.