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La Caja Lista: Carnivále

Publicado el 23 enero 2012 por Lapalomitamecanica
Una de las cancelaciones más dolorosas de la historia de la pequeña pantalla
La Caja Lista: Carnivále
En la última entrega de esta sección (Bored to Death) comenté que durante estas navidades tuve tiempo para desempolvar series pendientes. Una de ellas era sin duda una asignatura de las gordas, Carnivále, obra de Daniel Knauf que duró en emisión tan solo dos temporadas. En mayo del 2005, la HBO no tuvo piedad con la guadaña de la cancelación debido principalmente a sus altos costes y auna audiencia estancada a pesar de que en su día Carnivále fue el mejor estreno de la historia de la productora. Y es que los costes por episodio se aproximaban a los 4 millones de dólares, y a pesar de que se habló de rodar un capítulo de tres horas de duración que diera carpetazo de una manera digna a todas las tramas, finalmente todas las protestas de los fieles seguidores no surtieron efecto alguno para nuestra desgracia. Sin duda, esta pequeña joya a la que no se le permitió crecer en todo su esplendor ha dejado huella, y es que qué duda cabe de que Carnivále roza la maestría por tantas razones que merecen una entrega de La Caja Lista.
Descubre Carnivále tras el salto.
La serie se ambienta en la gran depresión de 1929 de Estados Unidos. Podría decirse que existen dos vertientes del argumento,  por un lado describe el duro día a día al que tienen que enfrentarse un variopinto grupo de feriantes que van deambulando de pueblo en pueblo ofreciendo su espectáculo y retratando fielmente la situación político-social de entonces. En cambio, en la otra vertiente  nos encontramos con el argumento fantástico, un relato que si lo tuviéramos que sintetizar en pocas palabras podríamos describirlo simplemente como la eterna batalla entre el bien y el mal. Sin embargo, Carnivale dista mucho de la sencillez, ya que el aura que emite toda la historia desborda al espectador con un sinfín de emociones visuales y sonoras. Prueba de ello son estos estupendos títulos de crédito  (que entraron en nuestro ranking de Las 20 mejores cabeceras de la historia) amenizados con una banda sonora espectacular firmada por Jeff Beal.

La primera e impecable temporada de Carnivále nos introduce de lleno en todo el misticismo que rodea a esta magnífica serie descolocando por completo al espectador sin llegar a saber con certeza que es lo que está contemplado. Tan solo se dan las piezas de un puzzle que va mucho más allá, pues estamos ante la mayor batalla del hombre, ¿Dios o El Diablo? Esa es la eterna elección del hombre a la que éste tendrá que hacer frente, nunca siendo fácil la elección ya que el diablo adopta muchas formas atractivas al ojo humano.  La historia llega a mezclar la teología cristiana con la masonería o los Caballeros Templarios en episodios con historias paralelas que el propio creador de la serie Daniel Knauf no dudó en defender argumentando que Carnivále fue creada con una gran numero de historias que finalmente convergirían en un hilo argumental principal.
La segunda entrega, ante los augurios de una muerte inminente, se muestra mucho más acelerada, dando casi todas las claves que Carnivále abrió en su primera y desconcertante temporada. Este hecho marca quizás un poco a una segunda temporada trepidante, que si bien no supera a la primera, al menos nos deja el consuelo de tener un final que deja por lo general satisfecho a pesar de que evidentemente mantiene muchas incógnitas en el aire para una serie que estaba pensada para nada menos que seis temporadas.
La Caja Lista: Carnivále
Pero si a nivel técnico, esta serie es de lo más brillante que puedas encontrar, sus personajes no quedan atrás. Samson (un gran Michael J.Anderson al que ya vimos en Twin Peaks), personaje de pequeña estatura que sin embargo inspira un profundo respeto. Feriante de corazón, un hombre que a pesar de recibir malas cartas siempre ha sabido llevarse de mano el botín sobre el tapete. Porque quién conoce mejor las debilidades y miserias de los hombres que un feriante, quién sino él es consciente de la propia naturaleza humana a la que él mismo sirve satisfaciendo  con sus divertimentos de Carnivále. Es por ello quizás, que el rey de los tramposos siempre ve al diablo aproximarse desde la distancia. ¿Y que me decís de el hermano Justin? Seguramente, el viaje al que se embarca el personaje interpretado por Clancy Brown (simplemente brillante actuación en un sinfín de emociones por las que hace atravesar a su personaje) sea uno de los mayores alicientes de Carnivále, tensionando al espectador incapaz de dilucidar el rumbó que tomará la recta vida del hermano Justin.

Y es que como en toda gran represión, la desesperación siempre ha sido un caldo de cultivo donde germinan las semillas del mal. El fervor, la pasión, el misticismo y las firmes creencias pueden ser armas de doble filo, pues los desaprensivos siempre tienden a utilizar lo mejor de nosotros mismos con la intención de que acabemos cavando nuestra propia tumba. Política o religión, ambas nacieron para conducir a las masas, y solo del hombre depende leer entre líneas para dilucidar entre el bien y el mal.
Como todas las grandes series, Carnivále lo que realmente consigue es retratar al ser humano mediante las repercusiones que tienen sus acciones. Todo ello, rodeado de una atmósfera atormentada por todos los miedos que asolan al hombre, repleta de personajes humanos y no tan humanos. Una obra de arte que poseía una factura técnica intachable que le llevó a conseguir cuatro Emmys en 2004 en este aspecto gracias a un diseño de producción detallista, lo cual a su vez le supuso su propia espada de Damocles.  Carnivále es una serie incatalogable al igual que sus personajes, inadaptados por sus circunstancias, y quizás por ello, por su rareza, muchos siempre la tendremos un cierto anhelo especial.

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