Revista Cultura y Ocio

La calle de la amargura

Publicado el 15 febrero 2016 por Monotematicosfm @curnom
La calle de la amargura
La extensa filmografía de Arturo Ripstein comenzó a mediados de los años 60, y desde entonces ha realizado más de treinta largometrajes, a través de los cuales ha ido construyendo un universo propio y característico, una personalísima visión de México extravagante y plagada de personajes pintorescos. Ya con quince años, Ripstein visitó el rodaje de Nazarín, y con diecinueve fue ayudante de Luis Buñuel en el rodaje de El ángel exterminador; estos fueron sus primeros acercamientos al séptimo arte y, como no podía ser de otra forma, la influencia del director aragonés dejó una profunda marca en la obra del mexicano. A sus sesenta y dos años, y tras cuatro años sin ponerse tras la cámara, Arturo Ripstein vuelve con La calle de la amargura.
Dos prostitutas de un barrio marginal, con sus respectivos problemas familiares, no ganan lo suficiente como para mantenerse y acaban planeando un plan para drogar a dos clientes y robarles cuando contraten sus servicios. Su objetivo es una pareja de hermanos que trabajan como luchadores enanos en lucha libre, que jamás se quitan las máscaras, ni dentro ni fuera del ring, y que buscan relajarse tras finalizar un combate. Lo que estaba planteado como un hurto menor termina complicándose y convirtiéndose en un terrible crimen.
Efectivamente la presencia de Buñuel se deja notar especialmente en esta cinta, es fácil encontrar similitudes entre los desheredados de Ripstein y los de Los olvidados, con su descarnado retrato de una sociedad marginada y repudiada. La visión de Ripstein es sucia y desagradable, muestra a sus personajes en la más absoluta miseria y de una manera totalmente descarnada, no fuerza que sintamos simpatía por ellos, los expone sin juzgarlos. En una entrevista sobre esta película, el director mexicano dijo: “Filmo desdichado, vengativo, con miedo. Filmo por rencor. Filmo a la contra”. Esa tristeza y resignación que trasluce su comentario está perfectamente plasmada en su obra, que a través de su contundentes imágenes en crudo blanco y negro y de sus personajes logra causar verdadera incomodidad al espectador.
Cameo pone a la venta, exclusivamente en DVD, esta interesante película con una buena calidad que permite apreciar a la perfección su excelente fotografía en blanco y negro, pero sin el menor contenido extra.   La calle de la amargura

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