Tipo de crítica: Novedad 2011
Tomo único
Clasificación: Cómic manga, Fantástica
Nuestra edición: Glénat, 2011, 7’95 €
Valoración: 4 sobre 5
Ariadna es la única hija y futura heredera del rey Kreios, monarca del reino de Athemenia cuya devoción y lealtad recae sobre la diosa Atenea. Kreios, viudo desde hace años, sorprende a Ariadna con la buena nueva de su inminente matrimonio con una hermosa y misteriosa mujer. La joven no tardará en darse cuenta de que su madrastra es más de lo que parece y que, no sabe cómo, está influyendo en su padre… Pesadilla que queda confirmada cuando este le anuncia que ha acordado su matrimonio con Iacos, primogénito del pernicioso Phrixos, soberano de un reino que siempre ha estado enemistado con Athemenia y que rinde culto a la gorgona Esteno. La decisión destroza el corazón de Ariadna no solo por comprobar lo que temía acerca de su padre, sino porque ella ya está prometida en secreto al príncipe Órelan, heredero del reino de Bathmos, a quien ama con cada fibra de su ser y al que no está dispuesta a perder.
La canción de Ariadna es uno de los títulos que forman parte de la Línea Gaijin, palabra que en japonés significa “extranjero”. En la práctica consiste en un estilo de cómic propiamente nipón pero de producción española, y con esta nueva apuesta la editorial Glénat ha querido demostrar que en nuestro país también existen autores capaces de ofrecer obras de gran calidad. Desde luego, el tomo que hoy nos ocupa es una muy buena muestra de ello. Irene Roga, la autora, no es nueva en estas lides; su andadura en el mundo del cómic dio comienzo a la temprana edad de catorce años y desde entonces no ha parado, aunque La canción de Ariadna es el primer título personal del que ha podido crear tanto el guión como el dibujo. Desde su portada ya nos podemos hacer una idea de lo que nos espera en el interior, una historia de corte puramente griego presentada con un dibujo cuidado, limpio y muy bonito que, si bien responde a un estilo propio, denota un leve aire, una reminiscencia, al trazo de Masami Kurumada (autor del mítico manga Saint Seiya). A pesar de eso, la indiscutible calidad de Irene se reafirma en cada viñeta: no sólo en cada ilustración, sino también en sus perspectivas y ángulos ricos y dinámicos, que dotan a la narración de un gran impacto visual. Al margen de esto, es una verdadera pena que la historia nos produzca un sabor agridulce, ensombreciendo así el resultado final. El relato es agradable por ese regusto a clásico que nos aleja de las típicas aulas y amores de instituto, y es que nos sumerge en una historia de amor (y acción) de antaño, de cuando los dioses se mezclaban de vez en cuando con los hombres e incluso creaban héroes (con pinceladas puntuales que nos recuerdan títulos como Furia de Titanes, por ejemplo). Sin embargo, todo esto se ve desvirtuado por la rapidez con la que se suceden los acontecimientos, desde la relación entre Ariadna y Órelan hasta el desarrollo y la resolución de cada obstáculo que aparece en el camino. No se deja al lector disfrutar del momento y degustar los acontecimientos, sino que se le arrastra en una acción quizá demasiado trepidante; un hecho que sin duda resta puntos a una historia que podría haber sido redonda. Probablemente sea un fallo que casi con seguridad se hubiera subsanado de haber tratado el relato en un par de tomos en vez de en uno solo. Por otra parte, me gustaría destacar la acertada inclusión de extras al final del volumen, con elementos como ‘Orígenes de La canción de Ariadna’, diseño de personajes, mentiras y verdades en La canción de Ariadna y curiosidades sobre la misma; además de una galería de invitados donde aparecen los personajes del manga (sobre todo Órelan y Ariadna) dibujados por otros artistas españoles, entre ellos algunos de los compañeros de Irene en la Línea Gaijin.
En definitiva, una obra que merece mucho la pena y que reafirma que aquí también tenemos grandes profesionales a los que hay que aprender a dar una oportunidad.