La original portada de 'La carne' de Rosa Montero
Soledad está sumida en una terrible crisis de edad, los sesenta no perdonan y su ex está a punto de ser padre. Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío y eso es lo que pretende cuando se arregla hasta el infinito y contrata los servicios de un escort para hacer frente a una de las peores noches que recuerda: tendrá que ver al que fue su amante y para más mofa, en compañía de su mujer embarazada.Todo se desboca cuando a la salida de la representación, un hecho fortuito y terrible une a Soledad y su gigoló.
Regresar a la literatura de Rosa Montero siempre es un alivio, es como volver a casa los días de lluvia: reconforta. Aunque tengo pendiente la segunda de entrega de su saga de Bruna Husky, no he querido dejar tiempo para leer esta novela, corta en extensión y muy trepidante, en la que no dejan de pasar cosas.
De 'La carne' me han gustado, sobre todo, dos cosas: la protagonista y los toques de thriller con los que la autora juega en algunos capítulos, unos toques que son los que ayudan a que formemos un rompecabezas para entender la personalidad atormentada y obsesiva de Soledad. Su hermana, la familia ausente o sus relaciones con los hombres son los temas que le preocupan y los temas principales del libro que parte una trama que va de menos a más. Nos engancha, nos revuelca y nos hace pensar, no tanto en la edad y el placer, como sí en el miedo a la soledad, que al final es el eje central de la novela.¿Quién no ha sentido ese miedo alguna vez?
Puede que 'La carne' no se vaya a convertir en mi novela favorita de la autora (es difícil superar 'La hija del caníbal' o 'La función Delta'), pero es una de los libros que más me han gustado en este 2016.
Un libro breve, de narración concisa y con capítulos cortos. Con la soledad como tema central y que pone sobre el tapete un tema tabú de la sociedad: el sexo y el deseo después de los sesenta. Hay sorpresas y acción. Hay amor, deseo y también dolor. ¿Qué más se puede pedir?