Revista Coaching

La carpintería

Por Candreu
La carpinteríaEsta semana he estado trabajando para una fábrica de muebles de madera. Por el tipo de mueble que realizan y por la peculiaridad de sus clientes, una de las competencias fundamentales de casi todo su personal es la capacidad de trabajar en equipo, todos juntos en la misma dirección.
¿Y dónde no es necesaria esa competencia? ¿Cuantos problemas vemos -incluso en los medios de comunicación- por falta de sinergia entre los miembros de un equipo deportivo, político, empresarial...?.
Las herramientas de una carpintería convocaron una reunión para tratar de arreglar sus diferencias. El martillo se autoproclamó director de la reunión, pero el resto de herramientas dijeron que tenía que renunciar, porque hacía demasiado ruido. Se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó la recusación, pero pidió que el tornillo también fuera apartado de la dirección porque había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante semejante ataque, el tornillo también recusó al papel de lija, porque era muy áspera en el trato y siempre tenía fricciones con los demás.
La lija aceptó igualmente su recusación pero "en venganza" pidió que fuera expulsado el metro, porque siempre medía a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. El metro aceptó pero recusó al serrucho.
En ese momento entró el carpintero en la carpintería y las herramientas dieron por finalizada la reunión. El carpintero se colocó el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, el papel de lija, el metro, el tornillo y el serrucho, y al final el tosco bloque de madera se transformó en un estupendo mueble. Al terminar su trabajo, el carpintero se fue, y la carpintería volvió a quedar nuevamente sola. La asamblea reanudó sus deliberaciones, y el serrucho dijo:
- Ha quedado demostrado que todos tenemos defectos. Pero el carpintero ha trabajado con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no nos fijemos en lo peor de nosotros sino en la fortaleza de nuestros puntos fuertes.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija afinaba y eliminaba asperezas, el metro era preciso y exacto y con el serrucho se cortaban los trozos de madera que no servían.
Todos tenemos virtudes y defectos, pero en la convivencia con otros solemos fijarnos en estos segundos. ¿Te imaginas que pensáramos en la mejor manera de complementarnos con los que nos rodean, potenciando lo positivo de ellos y olvidando lo negativo?

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