La China Mandarina es esa cafetería de donde te da pereza salir. De la mañana a la noche, este restaurante precioso en la Plaza de Cascorro consigue agradar a la vista y al gusto, con una selección de comida sana, guisos, tartas, ensaladas y picoteo que permite a cualquier tipo de público encontrar un hueco en sus mesas. Su intención es recuperar la cocina tradicional saludable y tener en el barrio un espacio en el que quedarse, en el que sentirse en casa.
Su dueño, Fran Echegoyen, reconoce que él y su socio eligieron el local de la Plaza de Cascorro “porque es una bisagra entre Lavapiés y La Latina, con el espíritu de ambos”. En su espacio pretenden tener “una mezcla de energías” que vayan desde los que pueden trabajar por la mañana en la gran mesa común (que tiene regletas de enchufes debajo para el portátil y wifi gratuito) hasta los que se reunirán en las mesas redondas llenas de flores, las cenas, las copas, los que salen del teatro o las futuras exposiciones y montajes de microteatro que realizarán en la cava que tienen debajo. Fran quiere que en La China Mandarina “pasen cosas entre la gente, nazcan proyectos, más allá de lo que nosotros ofrecemos”.
Y no es poco lo que ofrecen. La idea de Fran es cambiar el concepto de comida tradicional, “sin tocar lo importante pero quitando las frituras y otros elementos poco sanos”. Por eso, presenta una cocina “sin aspavientos, sencilla, con sabores ricos” cuya carta crecerá según vaya entrando el frío en Madrid. De momento, una selección de ensaladas ya listas o al gusto, donde puedes elegir los ingredientes para tu bol individual (y te cobran como las pizzas, en función del número), hummus, tzatziki, ceviche, cocas de distintos sabores y otras variedades, además del plato del día. Las ampliaciones incluirán platos combinados, cremas (sin lácteos) e incluso están estudiando tener brunch más adelante.
No me pude resistir a morderla. Ñam!
Destacan las tartas, de limón, chocolate y manzana y las “mañanas mandarina”, que permite seleccionar tostadas, fruta, zumos, yogur con cafés e infusiones (muy especiales) y para las noches, Joanna cuida las presentaciones y las preparaciones de combinados y destilados, ideales para una primera copa tranquila entre amigos.
La decoración, muy atractiva, es obra del Estudio Plantea, que se ha encargado de hacer realidad las ideas de los socios. Dominan las maderas oscuras, los tonos grises y azules, los metales, un aire “más masculino” que se contrapone a la vecina, Martina Cocina, con la que Fran se deshace en halagos (nosotros también adoramos a Martina, ¿a que sí?). “Ella es la luna, la parte acogedora y femenina y nosotros somos un poco más duros”, dice, pero esa pretendida dureza es sólo decorativa, a juzgar con la amabilidad y familiaridad con la que Fran saluda a las vecinas que se acercan a “tomar una caña” a su local. “Sentaos en una mesa de la ventana, que estaréis mejor”, dice mientras las acompaña. Promete La China Mandarina. Promete buen ambiente, ritmo, calidez y rica comida. ¡Apuntadlo!
Los datos: La China Mandarina. Plaza de Cascorro, 17. Horario: de lunes a viernes, de 9:30 a 00:30. Sábados y domingos, de 9:30 a 02h. Precio medio: 20€. De momento no tienen ni web, ni redes sociales. Pasaos por allí a la antigua usanza y ya está. Cuando la tengan, edito
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