Revista Cultura y Ocio

La ciencia en la sombra. J. M. Mulet

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La ciencia en la sombra. J. M. Mulet
     "Dedicarse a la ciencia supone vivir con la espada de Damocles del paro sobre tu cabeza. Hasta que ganas una oposición en la universidad o en el CSIC, o te vas fuera de España y no vuelves, te pasas muchos años dependiendo de la próxima beca o de la próxxima convocatoria de contratos y proyectos... si existen. Sea como sea, van a valorar principalmente tu productividad científica de los últimos años." 
     No es la primera vez que me acerco a un libro del autor. Tengo que reconocer que me lo paso francamente bien, así que no había duda de si lo iba a leer. Hoy traigo a mi estantería virtual, La ciencia en la sombra.
     Esta vez le ha tocado el turno a los muertos. Dicho así parece casi de película de terror, pero, como nos muestra el autor desde las primeras páginas, la ficción nos hizo adictos a series de crímenes e imágenes de estudios forenses. Casi cualquiera reconoce a la chica que hace las autopsias en Castle y es una broma común decir que para empezar en eso de actuar, hay que haber aparecido de cadáver en CSI.
     Con un tono que va de lo divulgativo, ya que no falta a la verdad en los datos y explicaciones, a lo francamente divertido, Mulet hace un repaso a todas esas imágenes que vemos en este tipo de series y a alguna más en la que posiblemente no hayamos caído aún.  Nos contará por ejemplo, el caso del asesino identificado por unas moscas que, tras varias horas al sol, decidieron  acercarse al arma homicida; o desmontará lo que hay de mito en que a un muerto le siguen creciendo uñas y pelos. Y así durante el libro completo, de la anécdota al hecho, iremos avanzando laboratorio tras laboratorio para saber si se leen los huesos, si las huellas sirven, o los fluidos, el ADN, ¡la sangre! Mulet nos convierte en el aprendiz, y nos lleva de la mano como si fuéramos un fantasma sin importarle tampoco dar saltos en el tiempo.
     La anécdota. Ya lo he comentado más veces: las anécdotas, las curiosidades, me encantan. Por eso quizás se disfruta aún más este tipo de lecturas en las que no faltan referencias a Poe o Doyle, un libro en el que, al dar la vuelta la página, descubres que en un momento dado, se dijo que el Destripador pudo ser una mujer. Y eso es lo que hace interesante este tipo de libros que además se lee con una sonrisa que oscila entre el tono y lo relatado, Mulet nos provoca esa sonrisa incluso al hablar de la muerte, y nos salpica de pequeñas historias este interesante libro.
     El otro día lo comentaba, los libros de Mulet podrían resumirse diciendo, al pan, pan. Y a mi me gustan. Porque son divertidos y nos permiten acercarnos a fenómenos y procesos que de otra forma, nos serían ajenos durante tiempo. Además, ahora que la novela negra está de moda y los detectives llegan a la escena del crimen pasando por debajo de la cinta mientras se tapan la nariz. Ahora que cuando enciendes la televisión, sobre todo a determinadas horas, sabes que no vas a tardar en ver una mesa de autopsias o un montón de gente haciendo fotos en una sala revuelta...  Ahora es cuando me parece el momento perfecto para divertirnos acercándonos a ese mundo con otros ojos. Y, por qué no, jugando a buscar errores la próxima vez que al encender la televisión aparezcan Horatio o Crimson para cazar a un asesino que parecía que no había dejado huellas. Empezaréis a ver alguna cosa de otro modo y a fijaros, por ejemplo, en las distintas formas de vestir dependiendo del género.
     Animáos.
     Ayer se me olvidó preguntaros algo importante, ¿qué libro tenéis entre manos esta semana?
     Gracias.

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