Revista Opinión

La cola

Publicado el 02 julio 2015 por Purasvitae @PurasVitae
Ella salía con la convicción, o costumbre, de intentarlo cada día. Bajaba unos metros y la cola era porque habían llegado pañales, tantos hijos con pañales improvisados y la gente disfrazando un positivismo extraño se excusa en las limitaciones creadas por los que vendían algo mejor. Más allá y una cola por la harina pan, que dicen que siempre llega pero los bachaqueros – los primeros asalariados de la narco dictadura – se hacen con la casi totalidad del producto. Es más, la única empresa privada produce a full capacidad y las empresas del narco régimen paradas a media máquina.

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(Fuente: http://www.entornointeligente.com/)

Colas más, colas menos.

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(Fuente: http://www.diariocontraste.com/)

En la vía principal una cola de vehículos por baterías, de la veintena que alcanza la vista, la mayoría de los vehículos ya fueron robados por los otros protegidos de la narco dictadura: Los motomalandros, colectivos o todas las anteriores. Al lado del negocio de las baterías, donde las venden dolarizadas por fuera, la farmacia donde alguno espera la matica de acetaminofén. No llega el medicamento y si usted lo quiere pídalo de afuera.

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(Fuente: http://elimpulso.com/)

Ella sigue su camino, en la tristeza de que los suyos se acostumbraron a esto y esperando un Caracazo inducido esperan el día que se abran los sellos del apocalipsis como si entonces los líderes del narco chavismo se prenderán en el fuego con el que cocinan la tragedia del país que queda.

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(Fuente: http://www.el-nacional.com/)

Siente un gentío a sus espaldas, se fue la luz y el metro dejó de prestar servicio.

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(Fuente: http:www.diariocontraste.com/)

Sabe que en lo que llaman provincia es peor.

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(Fuente: http://www.turismoenfotos.com/)

Allá en Santiago de León de Caracas, cerca de la Catedral y San Francisco, pero muy lejos de la Asamblea ve una cola en apariencia larga y se pregunta: ¿Acá qué escasea? Se detiene en el último lugar de la cola y precisa que no hay tal cola, ve a la gente con cara de dificultad, contrariedad, lo más parecido a un funeral sin el difunto.

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(Fuente: http://caracas.ciberturista.com/)

Ella pregunta a la primera persona: ¿Y qué hay acá? ¿Qué venden? ¿Hay cola o no?
Le responde el primero: No mi cielo bello, acá no hay cola.
¿Pero qué hay? – Insiste ella.

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(Fuente: http://www.twitter.com/)

Bueno amol acá hay gente buena.
¿Gente buena? ¿Cómo así? – Ella remata.

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(Fuente: http://www.el-nacional.com/)

Pues nada culito mío, gente y que apegada a los valores, esa gente que son como los abuelos que si respetan a los demás, que si hablan de una vaina que llaman sentido común, unos pendejos que y que respetan la ley. – Le contesta el individuo.

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(Fuente: https://zonatwive.wordpress.com/)

Ella decide acercarse y hay un señor de rostro serio pero amigable, quien antes de que ella abra la boca él le contesta:

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(Fuente: http://estampas.com/)

Venezuela, acá hay gente buena, gente que respeta las leyes; no solo las tuyas; sino las de la vida misma. La gente que sabe que la mejor remuneración es producto del trabajo, que todo lo que usted haga en la vida más allá o más acá repercutirá en los demás y de vuelta le repercutirá a usted. Son los hombres y mujeres que tiraron el hombrillo mental y van por la vía que corresponde, aquellos que detestan hablar mal de los demás y prefieren aferrarse a cada intento por un país mejor.

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(Fuente: https://laicaro.files.wordpress.com/)

Acá hay gente que se monta en su peñero, en su vehículo, en su medio de transporte y respetan a los que le rodean, no entienden de quitarle algo al que lo luchó, no entiende que la viveza criolla sea la firma de la mediocridad, la corrupción y la rapidez por hacer cosas que merecen su tiempo.

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(Fuente: http://www.nuevoordenmundial.es/)

Los que afuera están contrariados es porque cuando llegan acá, se alcanzan a ver en un espejo en el que descubren que pueden ser mejores personas.

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(Fuente: http://servidornoticias.com/)

Venezuela lloró, de tristeza porque a pesar de ver aquella cola donde hay esperanza, alcanzó a ver la cola de los que no tienen más tiempo que intentarlo afuera. Lloró de alegría porque ha visto que situaciones aún peores y la gente, aunque parece increíble, le ha puesto las ganas, el corazón y los huevos.

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(Fuente: http://elperiodicodemonagas.com.ve/)

Ahí va Venezuela en sus colas, en sus largas filas de tristezas, de dolores, de dificultades. Dios quiera que nos encontremos en aquella cola de la gente buena. 

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