Revista Comunicación

La Colosa, entre la tentación de la minería y el riesgo de su vida

Publicado el 12 septiembre 2015 por Solano @Solano
Panorámica del asentamiento del proyecto minero La Colosa. Fuente: Elantagonista.com

Panorámica del asentamiento del proyecto minero La Colosa. Fuente: Elantagonista.com

La coexistencia entre la minería y la agricultura, y en general, entre la minería y otras actividades de la vida humana siempre han generado conflicto. Los defensores argumentan que es un motor para la economía al generar empleo en las regiones y facturar regalías. A su vez, sus contradictores pintan un panorama de devastación ambiental, amenaza a los recursos naturales y estímulos para pervertir los territorios por atraer la llegada de problemas como prostitución, crímenes y vicios, entre otros.

La verdad es que ambas partes pueden tener razón parcialmente, o mejor, en diferentes proporciones dependiendo de las situaciones, las perspectivas y los contextos. En esa dimensión, uno de los casos que más me han llamado la atención es el que ha tenido que ver con el proyecto minero de La Colosa, en el municipio de Cajamarca en Tolima.

Desde hace años, la empresa minera Anglo Gold Ashanti [AGA] (de origen sudafricano) y la comunidad de Cajamarca y de algunos otros municipios vecinos, han tenido muchos ‘momentos de verdad’. Aunque la empresa ha buscado acercarse a la población quizá nunca había tenido tantos desgastes ante una comunidad que se ha organizado para la resistencia civil, como también quizá ninguna otra en el país.

No es la primera vez para la empresa que su presencia resulta incómoda. La oposición de la comunidad a la presencia de AGA, en el corregimiento de La Toma, municipio de Suárez, Cauca, produjo en 2009 que la empresa se retirara. Coincidencialmente, el 4 de diciembre de 2009, varios líderes comunitarios de esa zona recibieron amenazas de muerte relacionadas con la salida de la empresa, y en abril de 2010, presuntos paramilitares asesinaron a ocho mineros artesanales. Más recientemente, muchas personas también vinculan a la empresa con la muerte del líder campesino César García, reconocido opositor del proyecto minero en La Colosa, aunque la justicia descartó ese enlace.

Por supuesto, hay quienes también desde la comunidad defienden o por lo menos, no se oponen a la actividad minera por diferentes razones: Porque con convicción creen que eso va a traer progreso, especialmente a los dueños de los comercios a quienes les interesa mucho que aumente el tráfico y el poder adquisitivo (La empresa promete que al llegar a la fase de Explotación se harán compras locales por $250.000 millones de pesos al año); los que con sus acciones no quieren perjudicar a familiares que ya trabajan con la empresa; o porque la empresa entrega otra serie de intervenciones en ‘responsabilidad social’prebendas en materia de entretenimiento. Los opositores ven eso como distracciones para distraer la atención sobre el impacto real.

Hoy, uno de los temores, y con justa razón, es que los sistemas de páramos, las reservas forestales, los parques naturales y las cuencas hidrográficas de buena parte del departamento del Tolima estén bajo seria amenaza por la creciente actividad minera a gran escala. Los grupos ambientalistas están seriamente preocupados por lo que podría ser la contaminación de suelos y del agua para las poblaciones urbanas y rurales de la región, la pérdida de bosques y la biodiversidad, así como las afectaciones sobre los medios de vida de las comunidades, especialmente de la economía campesina.

Por supuesto, desde AGA desmienten esas versiones y señalan que se trata de “mitos” que se construyen desde la desinformación de los contradictores.

Una lucha por el territorio

En el departamento del Tolima existían a 2013, 618 títulos mineros vigentes en un área de 411.750 hectáreas, que representa el 17,5% del área departamental. El 82,6% del área titulada corresponde a la explotación de oro y metales preciosos. En 2007 se dio a conocer públicamente la presencia de AGA, luego de permanecer varios años operando con el nombre de Kedahda, cuando el entonces presidente Álvaro Uribe mencionó la exploración del yacimiento de oro La Colosa, en el municipio de Cajamarca, Tolima, como “uno de los más grandes del mundo”. AGA estima que allí hay 28 millones de onzas, algo muy lejano a la Mina Grasberg (Indonesia), que produce 58.474 toneladas de oro.

Fueron años sin que los habitantes de Cajamarca tuvieran conocimiento de la minera. Y así lo reconoció Carlos Enciso, gerente de Asuntos Corporativos de AGA, al señalar que la empresa se equivocó al no comunicar clara y oportunamente su presencia y que en eso falló también el Gobierno Nacional “por no haber hecho el acompañamiento a la hora de entrar a la región”.

El impacto de una empresa como esta comienza en la necesidad de entender quiénes son. La multinacional AGA es una de las tres compañías más importantes de producción minera en el mundo con una producción de 4,52 millones de onzas en 2010, y 20 operaciones en 4 continentes en países como Sudáfrica, Tanzania, Ghana, Congo y Colombia. Es la empresa con más títulos mineros en el país; 404 (763.337 Hectáreas) y 625 solicitudes (865.649 Hectáreas).

El proyecto minero La Colosa se encuentra en la fase de exploración y estudio de prefactibilidad y consistiría en la explotación de oro a cielo abierto a partir de 2022. Si se llega a la fase de explotación, esa operación implicaría el lavado de la roca extraída de la montaña con cianuro para obtener el metal, lo que significaría riesgos enormes sobre los ecosistemas naturales por el uso de explosivos a gran escala, las filtraciones a fuentes hídricas y la acumulación de escombros contaminados con metales tóxicos. No obstante, AGA afirma que es el químico que menos daño produce. Al indagar solo un poco sobre esta sustancia confirmamos que es potencialmente “letal”, como lo señala el CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos).

En cuanto a los suelos, AGA afirma que ha recuperado ya 42 hectáreas, vía proceso de reforestación. Brigitte Baptiste es una reconocida ecóloga colombiana a la que le preguntamos si la minería puede coexistir con la agricultura. “Por supuesto que la minería puede coexistir con la agricultura, obviamente no exactamente en la misma área. El uso del suelo dentro de las áreas concesionadas o con título depende de una zonificación que aprueba la autoridad ambiental y que normalmente implica intervenciones en menos del 10 % del área total, dejando el otro 90 % disponible para ser manejado con criterios de conservación”.

El Comité Ambiental en Defensa de la Vida –quizá el colectivo contradictor más evidente, consistente y radical que tiene el proyecto minero– afirma que este proyecto podría, además, afectar áreas planas de otros municipios en los que se realizaría la molienda de la roca con metales nocivos, como estaba previsto inicialmente, por la expansión aérea del polvillo en un radio de hasta 500 kilómetros.

No obstante, la magnitud del proyecto cambió en los últimos años y hoy AGA afirma que solo espera abarcar un total de 970 hectáreas. Cuando en la entrevista que le hicimos a Enciso le pregunté por las 19.000 hectáreas que los ambientalistas afirman que AGA solicitó, Enciso evadió rápidamente el tema y ratificó la cifra de las 970 hectáreas. Sin duda, la movilización y resistencia social tiene algún impacto en la decisión de AGA para replantear el proyecto en su totalidad solo en el municipio de Cajamarca.

La tensión por el agua

Según un informe técnico de la Procuraduría General de la Nación, citado por el Comité Ambiental, 161 fuentes hídricas corren el riesgo de desaparecer por la actividad minera de La Colosa. Aunque no encontramos ese dato en el portal de la Procuraduría, el organismo público si señala que “es evidente el conflicto que hoy gira en torno a las actividades que desarrollan y las que pueden generarse más adelante”.

Al respecto, Bapstiste afirma que “deben establecerse y negociarse los niveles de exposición y respuesta al riesgo (del agua), bien sea por accidentes, contaminación o eventos climáticos extremos”.

Ante esto, AGA controvierte señalando que aunque tienen autorizado usar hasta 4 litros por segundo, no emplean actualmente más de 1,2 litros por segundo y que podrían reciclar hasta un 80 por ciento del agua utilizada. De acuerdo con cálculos realizados por expertos citados por BM Colombia Solidarity Campaign, el consumo mensual de agua en la fase de explotación equivaldría a una cantidad mayor al consumo mínimo vital de los 1,4 millones de habitantes del Tolima.

Y no deja de preocupar las irregularidades en el manejo de las regalías por el concepto de minería. En 2008 –cita el Plan Visión Tolima 2025— “Tolima recibió por concepto de regalías 185 millones de pesos, cuando según reportes de la Secretaría de Desarrollo Rural, de sus suelos se extrajeron 670 toneladas de barita, 3.322 de caliza, 121 de feldespato, 655 metros cúbicos de granito, 255 mil gramos de oro y 112 mil de plata. Los bajos ingresos sorprenden en un Departamento que cuenta con cerca de 400 títulos mineros, de los cuales al menos la mitad están en explotación permanente”.

Nos aproximamos a las elecciones en todo el país y normalmente las regiones se ven amenazadas por el manoseo de los candidatos a las comunidades y a los candidatos por parte de los poderes políticos y económicos. Los grupos opositores al proyecto de La Colosa ven con recelo a Óscar Barreto Quiroga, candidato conservador a la Gobernación del Tolima, por su presunta ’empatía’ con el proyecto, su cercanía con el ex presidente Uribe quien fue quien más hurras y vítores lanzó con el presunto rico tesoro aurífero de La Colosa y porque, aunque fue absuelto en segunda instancia por la Procuraduría, en 2013 alcanzó a ser destituido y inhabilitado por 11 años por presuntas irregularidades en la licitación de la vía Líbano-Villahermosa en 2009.

A Enciso se le preguntó específicamente si en esta campaña a las elecciones de octubre, AGA estaba apoyando a algún candidato de la región y afirmó que no, pero no descartó hacerlo en el futuro si se ve conveniente. El candidato Barreto respondió a nuestra pregunta y envió el enlace a su reporte en el que solo aparecen $96 millones por cuenta de patrimonio familiar, y por lo menos declarado legalmente no hay ningún aporte de la minera.

La seguridad alimentaria

La otra gran preocupación de las organizaciones sociales tiene que ver con el riesgo que corre la producción de alimentos por cuenta de la potencial contaminación y por el desplazamiento de las tierras fértiles para el desarrollo de la industria minera. En términos de producción agrícola, el departamento del Tolima es uno de los más ricos del país. A Cajamarca en particular se le conoce como ‘la despensa agrícola del país’.

La actividad agropecuaria del Tolima aporta el 14,3% al PIB departamental y ocupa los primeros puestos del país en la producción de arroz riego, sorgo, maní, arracacha, fríjol, frutales como mango, aguacate, limón, anón, curuba, guanábana, toronja y banano, y hortalizas como cilantro, pepino, arveja, repollo, entre otras. Como se ve, la diversidad de una canasta familiar nace en la riqueza de este municipio.

Por su parte, Cajamarca contribuye con el 7,1% de la producción agrícola del Tolima, siendo el cuarto municipio agrícola más importante del departamento y el 69 entre 1.123 municipios en todo el país.

Resistencia social desde el empoderamiento ciudadano

Ante esta situación y luego de ver la fuerza de movilización, resistencia y articulación de ciudadanos y organizaciones sociales en defensa del Páramo de Santurbán (Santander), fue en 2011 cuando se configuró el Comité Ambiental en Defensa de la Vida de Ibagué. En ese comité se dio la participación de organizaciones, iniciativas ciudadanas, colectivos; grupos ambientales, estudiantiles, académicos, universitarios y ciudadanos independientes, con el objetivo de realizar acciones de denuncia sobre los riesgos para la vida, el agua y el territorio que entraña el proyecto minero La Colosa y ejercer el derecho a participar en las decisiones que afectan el territorio y la vida de las comunidades. El proyecto La Reversa, organizado por estudiantes de la Universidad del Tolima, constituyó el momento fundacional del nacimiento del Comité.

Una de las principales acciones que ha convocado a miles de ciudadanos y organizaciones la constituye la Gran Marcha Carnaval en la que a través de comparsas, pancartas y canciones, los manifestantes expresan que la biodiversidad vale más que el oro, que la producción alimentaria está en riesgo, que la agricultura es la vocación del departamento y que no desean la presencia de AGA en su territorio. La primera Marcha convocó a cerca de 3.000 personas; la séptima Marcha Carnaval realizada el 5 de junio de 2015 en las calles de Ibagué, Líbano, Espinal, Honda y Saldaña, contó con la participación de 68.000 personas.

Pero quizá lo más interesante que ha realizado la ciudadanía empoderada en esa región fue lo que consiguió el pueblo de Piedras (en parte con el apoyo y formación de la Red de Comités Ambientales del Tolima): La Consulta popular en el municipio, un hito que recibió mucha atención incluyendo la de los medios masivos para definir si AGA podía continuar sus labores en el municipio. Como resultado de la Consulta, 2.971 personas dijeron No a la minería mientras que solo 24 dijeron que si apoyaban su presencia.

La ‘entrevista’

En tan solo unas horas de estar en Ibagué y luego de escribir un tuit sobre mi preocupación por el tema, fui contactado por AGA quienes me propusieron conversar con ellos, algo que de todos modos pensaba realizar aunque no imaginaba que en ese mismo viaje. Al día siguiente estuve a las 11:00 a.m. para cumplir la cita acordada.

El siguiente video es un ejercicio en el que, improvisando una entrevista, formulé algunas preguntas sin contar aún con toda la información necesaria desde fuentes documentales a Carlos Enciso, gerente de Asuntos Corporativos de la empresa, quien antes de trabajar en la minera fue el Secretario de Infraestructura y Hábitat en la Gobernación del Tolima.

Aunque el video podría ser mucho más corto luego de un proceso de edición, el ejercicio consiste en compartir el material con edición mínima para que si alguien quiere ver todo el encuentro pueda hacerlo y por otra parte, el beneficio adicional es poder tomar el material y generar nuevos productos periodísticos para efectos documentales. Es lo que desde la iniciativa #BrigadaDigital llamamos ‘Periodismo de Código Abierto‘.

Este es el video (Duración: 59 minutos):

Así las cosas, la situación de Cajamarca y los otros municipios vecinos tiene que tener un seguimiento real, con lupa y con criterio por parte de las autoridades nacionales. En proyectos que mueven tanto dinero, el alcance de la neutralidad por parte de muchos de los gobernantes locales siempre entra en sospecha. La seguridad alimentaria, el acceso al agua y a los medios de vida, es decir, a la vida misma, debe prevalecer por encima de cualquier otra consideración de tipo económico o político.

Recursos adicionales:

  • Conozca el proyecto La Colosa (en el sitio web de AGA).
  • Verdadera minería, documento de AGA.
  • La Colosa, una muerte anunciada. Informe alternativo acerca del proyecto de minería de oro de AngloGold Ashanti.
  • Como reacción al video de la entrevista a Carlos Enciso, Covco publicó sus impresiones.
  • AGA editó y publicó fragmentos de la entrevista original en su sitio web.

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