Revista Cine

La compleja sutilidad en Las hijas de Abril

Publicado el 24 julio 2017 por Sergio Palacios @palserg
La compleja sutilidad en Las hijas de Abril

Si hay algo recurrente en la filmografía de Michel Franco es su particular manera de escribir personajes cotidianos de una manera simple, pero que a través de las situaciones en que los involucra, su desenvolvimiento nos permite ver capas y capas de complejidad, a veces a través de muy breves líneas de diálogo.

Esto no es la excepción en Las hijas de Abril. Sus dos protagonistas, Abril y Valeria, madre e hija de una relación ausente, se "reencuentran" debido al embarazo de la joven. Aún sin ver la historia desenvolverse, es más que seguro que la mayoría del público ya se formó una opinión de ellas basándose, sin siquiera darse cuenta, en lo que nuestra misma sociedad nos hace esperar de las mujeres en estas situaciones.

Valeria, adolescente descontrolada, "promiscua", que no mide las consecuencias, ¿qué futuro le espera al bebé que viene en camino? Abril, cuyo rol maternal deja mucho qué desear, se nos presenta como la solución al "problema" de su hija. Qué fácil es emitir juicios, y qué equivocados pueden estar.

A través de sus simples interacciones se nos revela todo el trasfondo de su relación, y es lo que, si estamos poniendo atención, hace que comencemos a cuestionarnos la opinión que ya nos hemos formado de estos personajes. Esto porque, a diferencia de Franco, nosotros sí estamos emitiendo juicios sobre ellas, algo que él evita cuidadosamente al momento de desarrollar su historia.

La grandeza de Franco recae en que sus personajes suelen ser moralmente ambiguos, o suelen tomar decisiones que, aunque incoherentes para nosotros, son coherentes en su contexto. Estas buenas o malas decisiones que los obliga a tomar lo hace, como mencionaba, de manera objetiva.

Basta con observar el inicio y el final de cualquiera de las dos protagonistas para darnos cuenta de cómo desafía los prejuicios que llevamos cargando con este tipo de personajes, que a final de cuentas no son más que la consecuencia de los juicios con los que día a día la sociedad ataca a las mujeres.

Claro, a uno le encantaría poder ver esta exploración de personajes femeninos a través de la visión de las mismas cineastas mexicanas, pero si no dejamos de juzgar a las mujeres hasta en las situaciones más cotidianas ¿qué apoyo pueden esperar aquellas que tienen a toda una industria que desafiar?

La compleja sutilidad en Las hijas de Abril


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